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Día de las Madres

Desde un local de sushi hasta vendedora en el mercado: Teresita inculca el valor de la responsabilidad a sus hijos

Teresita lucha cada día para educar y proteger a sus cuatro hijos, entre el esfuerzo del trabajo, el amor materno y el miedo constante por su seguridad
10/05/2025 04:00

CULIACÁN._ Desde hace tres meses, Teresita vende verduras y alimentos en el mercado Humaya. A lo largo de su vida ha pasado por muchos trabajos: promotora, supervisora, empleada en una tortillería y en un local de sushi porque, para ella, el trabajo ha sido una forma de educar a sus hijos.

Teresita tiene cuatro hijos. Fue madre por primera vez a los 22 años, lo planeó junto a su esposo. Lo quiso desde antes de que llegara, lo esperó con calma, y cuando lo vio por primera vez en aquella cama de hospital, lloró de emoción.

Su hijo Brayan fue el primer nieto de la familia y todos estuvieron ahí: su pareja, sus papás y sus hermanas.

“Lloré cuando nació. Lloré mucho de la emoción que tenía al tener al primer hijo”, expresó Teresita.

Después del primer bebé, siguió Sofía, Alexandra y Aitana, cuando su madre cumplió los 40 años.

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Aunque el ritmo de vida se aceleró, Teresita nunca dejó de transmitirles lo que ella considera fundamental: el respeto hacia los demás, la importancia de ser humildes y valorar lo que se tiene.

“Enseñarles el respeto hacia las personas mayores. Más que nada inculcarles de que pues hay que ser uno humilde, no presumir algo que no tenemos y valorar lo que Dios nos permite tener al alcance de nosotros”, comenta mientras observa a su hija prepararse un sándwich.

“Ahorita la verdad los valores están muy echados a perder. No sabe la gente respeta a la gente mayor, piensan que todos son iguales y no, hay que enseñar a respetar a nuestras personas mayores y hablarles con respeto”.

Este viernes, su hija adolescente la acompañó a su trabajo. Mientras la observa, Teresita menciona que, aunque hubiera preferido ser más atenta en cuestiones escolares, a veces sintió que dejó pasar esas responsabilidades por tener que atender sus empleos. Sin embargo, se esfuerza por compensarlo de otras maneras.

“Como trabajo, hay veces que descuidamos a los niños en las escuelas, de que nos dejamos en la escuela y nos estamos pendientes de su tareas o juntas que hacen en la escuela. A veces tratamos de hacer todo lo posible para ir, pero hay veces que no se puede. Me hubiera gustado estar un poquito más presente pero lo que he llevado sí me siento satisfecha por mis hijos”, comparte.

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La maternidad, dice Teresita, también implica vivir con miedo por la seguridad de sus hijos. Ese temor constante de no saber si volverán a casa con bien es una carga que lleva sobre sus hombros, junto con los sacrificios del trabajo.

“Me da mucho miedo que salgan mis hijos a la calle porque uno no sabe qué es lo que puede pasar. Hasta uno al venir al trabajo temprano nos da miedo a salir ahorita de casa, nos da miedo y si mis hijos tienen una reunión, hay veces que trato de decirles que no vayan y se molestan pero uno lo hace por su bien, porque sabemos que pueda llegar bien, pero de regreso no sabemos o en el mismo momento donde están que llegue a pasar algo por lo que ahorita estamos viviendo sí me da me da temor dejarlo salir” señaló.

Aun cuando el día está cargado de responsabilidades, se toma un tiempo para jugar y hacer reír a su hija. En medio de la rutina, Teresita es esa figura juguetona que transmite alegría. Hoy, mientras le hace una sesión de fotos improvisada para el Día de las Madres, ambas se ríen y disfrutan del momento.

Teresita deja al descubierto el amor por sus hijos, y la felicidad de verlos crecer.

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