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Historia

Diego, el niño de Angostura que brilla al tocar el acordeón

Desde los ocho años, Diego Salazar Castro empezó a tocar el acordeón, instrumento que ahora le apasiona
27/11/2022 16:30

CULIACÁN._ Aunque su primer acercamiento con la música fue a través de la guitarra, fue el acordeón lo que verdaderamente desarrolló la pasión por la música en Diego Alejandro Salazar Castro, quien desde sus ocho años recibió de regalo por parte de su papá este instrumento musical del cual ya no ha podido despegarse.

La Evangelina fue la primera polka que escuchó porque su abuelo le hacía escuchar esa música y fue a partir de ahí que empezó a crecer el interés, y el amor por el sonido del acordeón.

“Se me facilitó bastante empecé con una polka llamada, cómo se llama la Evangelina una muy bonita canción que él me enseñó la verdad, se me facilitó”, comenta.

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“Yo estaba todo contento por mi primera canción y pues actualmente todavía la sigo tocando, hay gente que se me dificulta cantar cuando tocas un instrumento se le dificulta tener esa coordinación, pero yo sí puedo hacerlo”.

Con apenas 11 años Diego, se adueña del escenario en sus presentaciones, dice que esa es una de las razones por la que le gusta tocar el acordeón, porque es un instrumento que por sí solo toma protagonismo en los grupos musicales.

Desde una polka hasta la Boda del Huitlacoche pasan por el repertorio de Diego, que con su habilidad con el acordeón y su talento vocal impresiona a todo aquel que lo ve.

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“La verdad el acordeón me hace sentir feliz y me hace sentir como una persona cómo se dice una persona... me encanta sentirme en un equipo importante que digan no podemos estar sin miedo, me encanta sentirme así me encanta sentirme que cuando toca el acordeón siento que una energía sea se apodera de mí y que quiero tocar más bien, aunque a veces me paso y me emociono mucho”, expresa.

Diego recuerda que en su natal Angostura es donde su abuelo ponía música y él escuchaba todas las canciones con atención hasta que llegaba a aprenderlas, y luego las cantaba, y que fue así que su abuelo le dijo que tenía una buena voz y lo impulsó a seguir cantando.

“Mi abuelo ponía música cada vez que nos íbamos al rancho en la camioneta, la ponía volumen y conforme el tiempo fue aprendiendo más las letra y mi abuelo me decía que cantaba muy bien que iba a ser cantante yo en ese momento estaba cara de que ¿qué significa ser cantante?”, dice.

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Mientras transcurre la entrevista, Diego mantiene su postura, el acordeón bien pegado al pecho y bien agarrado, la pose no se pierde y la sonrisa se mantiene de oreja a oreja. Entre su relato hay varias interrupciones, son niños, niñas, mujeres, y hombres que le solicitan una foto ya que han quedado fascinados tras verlo desenvolverse en el escenario.

Diego se da su tiempo, posa y sonríe en todas las fotos, pero al mismo tiempo retoma el hilo de la conversación, el pequeño niño muestra su habilidad para socializar con todos, mientras que su madre a su lado se le ve orgullosa.

Las solicitudes de fotos cesan por alguno segundos, y comienza a platicar sobre su vida en el municipio de Angostura, y como a pese a todo, la tranquilidad de su lugar de nacimiento no la cambia por nada en el mundo.

“Yo ando estoy feliz, me encanta el ambiente. Me encanta que vas afuera y no hay un carro, no hay una gota de basura, el cielo está azul pájaros cantando te despiertas con todo gusto en un fin de semana con tranquilidad”, dice.

“Ese ambiente de paz interior es lo que me encanta de Angostura, Sinaloa es un pueblo muy bonito con playas muy hermosas, muchos mariscos y cosas muy ricas”.

Pese a que tiene solamente 11 años y toda una vida por delante, Diego se visualiza continuando en la música y haciendo lo que más le gusta que es tocar el acordeón.

“Me visualizo en un futuro con esto de la música ya siendo así un poco más bueno en esto de la música, me veo siendo, no sé muy feliz en mi casa de Angostura con mi acordeón en un banco con no sé, me imagino todo contento”.