En el Centro de Culiacán, una tienda atestigua el paso de la historia
Las campanadas melancólicas de un reloj de péndulo antiguo recorren cada rincón del Bazar de Antigüedades, acariciando la porcelana, la madera de los muebles, los libros llenos de historia y la pared tapizada de relojes de diferentes épocas.
Ahí dentro uno puede olvidar que se encuentra en el siglo 21, se pueden pasar horas mientras se buscan tesoros, mientras una cámara Century de más de 100 años de antigüedad es testigo de todo desde un rincón.
“Una pieza, yo considero que para poder catalogarla como una antigüedad, pues tiene que tener arriba de unos 60 o 70 años. De no serlo así pues son cosas que las podemos llamar como vintage”, explica Enrique Guadiana Urías.
Él es el propietario de la tienda Bazar de Antiguedades, misma que ha administrado desde hace 18 años en Culiacán.
Su pasión por coleccionar y vender piezas antiguas inició en el seno de una familia cuyo patriarca fue el fotoperiodista Enrique Guadiana Serrano, quien junto con la señora María Urías de Guadiana, crió a cinco hijos entre curiosidades y artefactos relacionados con la fotografía.
“Yo nazco viendo antigüedades, en la casa de mis abuelos, en el negocio que mi padre tenía que, ahí nacimos, ahí nos criamos y viendo aparatos, pues muy antiguos y siempre me llamaron mucho la atención”, recuerda el coleccionista y comerciante.
“Pero es cuando yo ya tengo una edad, que yo ya me independizo y ya empiezo a trabajar, empiezo a ganar mi propio dinero, es donde ya empiezo yo a comprar, pero no con la intención de vender, sino coleccionar antigüedades”.
La primera pieza adquirida por Enrique fue una máquina Singer recuperada de un depósito de chatarra en Culiacán, poco a poco fue recolectando más antigüedades que en ese momento estaban destinadas para decorar un negocio de fotografía del cual era propietario.
Cuando decayó el negocio de fotografía, en 2005, las piezas antiguas que lo decoraban tuvieron que ser vendidas y de manera gradual Eduardo se convirtió en propietario de un bazar de antigüedades.
“Nunca me imaginé yo que iba a terminar este dedicándome a eso”, admite.
Después de casi 20 años de adquirir y vender piezas es complicado apegarse a inventarios rigurosos, pero entre la colección destacan cómics de Superman, libros de literatura inglesa y estadounidense, juegos de té, monedas de todo el mundo y un sinfín de relojes y artefactos de fotografía.
“Me costó mucho mucho trabajo desprenderme de las cosas, pues cada cosa que yo tenía la tenía porque eran cosas que a mí en lo personal me llenaban, me gustaban. Estás aprendiendo a soltar las cosas, las tienes, las disfrutas un tiempo, y pues una semana otras llegan y las disfrutas un momento y así”, comparte.
Señala que uno de los elementos que más disfruta de su profesión es adquirir conocimientos nuevos para compartir con las personas que se encuentra en su tienda.
“Es otra de las cosas buenas que me ha dejado este negocio, es de que he aprendido muchas cosas que desconocía, que yo no sabía, pero como todo van pasando los años y posee la la experiencia que vas adquiriendo verdad de cada, pues de cada cosa que te guste y que te llame la atención”, dice.
“Todo para mí tiene su valor, tiene su espacio aquí, a nada le hago menos, para mí todo es importante”.
Su negocio Bazar de Antigüedades se ubica por la calle Miguel Hidalgo en la colonia Centro, en el número 510 oriente cerca del Mercado Juárez.
“Sin duda alguna este giro, este tipo de negocio, pues ya ve usted que no es muy común aquí en la ciudad de Culiacán me he dado cuenta que llama mucho la atención cuando viene gente así de fuera que viene aquí a la ciudad”, puntualiza.