"En Sinaloa el ejido está devastado, con la renta del 80% de tierras y campesinos rehenes de las trasnacionales"
CULIACÁN._ El morenista Horacio Lora Oliva realiza un diagnóstico sobre cómo fue devastado el campo sinaloense, desde las políticas neoliberales del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Entre los productores agrícolas, considera, se ha impuesto una nueva “dictadura”.
Es la “dictadura económica del neoliberalismo” con todas sus cargas de corrupción, transa, violencia e impunidad, resume.
A 100 años del asesinato de Emiliano Zapata, a quien los mexicanos deben la lucha por el reparto de tierras tras la Revolución de 1910, dice, mucho se ha retrocedido por las políticas neoliberales impulsadas por el PRI y apoyadas por el PAN.
El neoliberalismo, asegura, ha impuesto un modelo de crecimiento rural ajeno al interés nacional, desplazando a campesinos de sus tierras, mientras que los pueblos originarios son despojados de sus territorios.
“En Sinaloa el ejido está a punto de desaparecer, más del 80 por ciento de la tierra está rentada, miles de hectáreas vendidas”, advierte el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación.
El neoliberalismo, lamenta, desmanteló la protección a la producción ejidal.
“Así desapareció el crédito, se dejó de producir semilla, igual se desmanteló la producción de fertilizantes. En pocas palabras, no hay apoyos al campo y al ejido, además de mandarlo a competir a un mercado desventajoso para los ejidatarios, el gobierno neoliberal abandonó el ejido”, fustiga.
Lora Oliva señala que en el campo sinaloense predomina un modelo ajeno a los intereses de la patria.
“Se trata de un modelo bajo la hegemonía de las grandes empresas transnacionales, como Bayer, Pionner, Singenta, entre otros.
“Estos monopolios controlan el proceso productivo al tener pleno dominio de los insumos, dígase semillas, fertilizantes, insecticidas y ahora ya se tienen a las finanzas al promover créditos”, añade.
A este panorama se suma, asevera, el hecho de que se está frente a una agricultura química, con todas las implicaciones que eso trae para la salud y el deterioro de la fertilidad de la tierra.
“Tenemos un modelo sometido a las lógicas del mercado mundial, específicamente a las políticas de Estados Unidos y en particular de la Bolsa de Chicago, que define los precios de los granos”, subraya.
“Este modelo que prevalece”, puntualiza, “provoca una rentabilidad disminuida para los agricultores sinaloenses, donde no hay utilidades o éstas son muy reducidas, debido a que las ganancias se transfieren a las empresas extranjeras vía costos de producción”.
El morenista indica que es fundamental pensar en otro modelo de desarrollo rural para Sinaloa, inscrito en un nuevo modelo económico para el país.
“Es necesario reformar el artículo 27 constitucional, para restituir el ejido como categoría social, restableciendo el espíritu previo a las reformas salinistas”, remarca.
Y plantea que la 63 Legislatura eleva una iniciativa de reforma al Congreso de la Unión para impulsar el “Plan de Ayala del siglo 21”, en alusión al que Zapata enarboló.
“Esto supone concebir un modelo rural para Sinaloa, que acabe con la agricultura química y termine con el saqueo que hacen del campo sinaloense las empresas de los agro negocios recalca.
Pensar el “Plan de Ayala para el siglo 21”, expone, supone que campesinos y agricultores generen otro tipo de organizaciones económicas y sociales, superar la subordinación a los gobiernos y dejar de lado la manipulación política.