"Hay que ser bueno en lo que te guste: María Lucía Barrón Estrada"
CULIACÁN._ Cuando María Lucía estudiaba el Doctorado en Ciencias en la Computación en el Tecnológico de Florida su asesor de tesis, mismo que compartía con su esposo que también era estudiante, le sugirió desarrollar un tema de investigación que complementara el de su pareja, le contestó: ”Mire, doctor, si yo hago eso cuando regrese a México me van a decir ’es que el marido le hizo la tesis’”.
”¿Por qué dirían algo así?”, le cuestionó el docente.
”Pues, porque soy mujer”, respondió.
La doctora María Lucía Barrón Estrada es originaria de Mazatlán y tiene sus raíces en un pueblo llamado Aguacaliente de Gárate.
Cursaba la primaria cuando las dudas de cómo funcionaba el mundo se implantaban en su mente. Pero más allá de las interrogantes, los métodos para comprobar teorías eran lo que le despertaba interés.
”Yo tenía muchas preguntas de por qué sucedían cosas. En la primaria cuando la maestra explicaba sobre la teoría de la evolución yo pensaba ¿cómo puedo explicar que esa teoría es cierta?”, recuerda.

Sus padres, Eulogio Barrón Enciso y María Lucía Estrada Osuna, eran cabecilla de una familia con 11 hijos. Eulogio se desempeñaba en el oficio de estibador, él se encargaba de descargar mercancía de las embarcaciones que arribaban a los muelles de Mazatlán. Mientras que María Lucía se dedicó a confección de prendas siendo costurera por más de 30 años.
”Yo llevo su nombre”, dice orgullosa María Lucía, ”mi mamá nos empoderó a las hijas”.
Siempre curiosa y enfocada en las ciencias exactas, decidió estudiar la carrera de Físico Matemático que se impartía en el Instituto Politécnico Nacional. Fue entonces cuando la controversia tocó al matrimonio Barrón Estrada.
”Mi papá me decía ’¿Para qué quieres estudiar? Te vas a casar y te van a mantener’”, recuerda.
”Y mi mamá le decía ’¿Para qué le dices eso?, ¿Qué tal si a la mujer le va mal en el matrimonio? Ella tiene que trabajar para que ella salga adelante, para que no tenga que esperar que le den’”.
Enciso cedió y apoyó a María Lucía para estudiar una carrera profesional. Sin embargo, dado que su familia no podía costearse el enviarla a vivir a la Ciudad de México, optó por buscar una oportunidad en Hermosillo.
”Resultó que me fui, pero la universidad estaba en huelga. Hice trámites para empezar a estudiar una ingeniería al Tecnológico, fui aceptada pero opté por la carrera de licenciatura, que era la que tenía un programa relacionado con la computación. Casi, casi, por no perder el tiempo pensé ‘voy a estudiar computación en lo que entro a Físico Matemático’, pero resulta que el primer semestre me fue muy bien en la carrera y el segundo semestre empiezo a llevar las materias de computación y me enamoré. Ya no me quise salir”, recuerda.
Ahí es donde nace su inquietud por descubrir cómo funcionan las computadoras, misma que se extendió hasta Florida donde cursó su doctorado.
En el proceso de iniciar su maestría en el Tecnológico de Toluca se reencuentra con Ramón, un estudiante con el que compartía especialidad y que había impartido una conferencia en Culiacán donde Lucía estuvo como asistente.
Comenzaron a conocerse y salir en septiembre, y para diciembre ya se habían convertido en marido y mujer.
”Teníamos muchos puntos de coincidencia, muchos intereses en común, muchas cosas que nos apasionaban, muchos temas en común. Mis papás me decían que estaba loca, que me esperara ¿pero para qué me iba a esperar si yo sé que es con él?”, rememora.
Ramón Zatarain Cabada es su esposo desde hace 35 años. Con él comparte su espacio de trabajo pero en ocasiones no sus ideas; han aprendido a funcionar de manera individual como colegas y amigos.
”Somos un equipo, nos complementamos y nos complementamos muy bien. Nos respetamos mucho profesionalmente”, dice.

Sus hijas, María Lucía, Ana Karina y Naomi, representan su principal impulso en el plano personal y profesional. Les ha inculcado la perseverancia heredada de su mamá.
”Tuve una mamá que fue muy perseverante para muchas cosas y nos impulsó a todos los hijos a que hiciéramos lo que nos gustaba hacer. Nos enseñó a luchar, nos sacó adelante junto con mi papá y cada uno de nosotros se dedicó a lo que quiso dedicarse”, subraya.
Siguiendo el fundamento con el que fue criada, cuando echaba de menos a su familia y hogar mientras estudiaba trataba de recordar las motivaciones que la impulsaron.
”¿Extrañé a mi familia? Sí, pero era más el interés que tenía en hacer lo que quería, en salir adelante, en conseguir las metas que yo me había propuesto”, dice.
”La familia siempre ha sido una parte muy importante en mí”, afirma.
Recuerda que mientras cursaba la maestría el turnarse con su esposo para cuidar a su hija mayor, María Lucía, era una tarea que ya estaba bien coordinada.
”Nos tocó ir a congresos donde llevábamos a la bebé en un portabebé y me tocaba dar la un taller a mí y él se iba con ella a un café o algo, y cuando le tocaba a él yo me quedaba con ella”, comenta.
Sus padres también estuvieron al pendiente de las necesidades del nuevo matrimonio, y cuidaban a sus nietas cuando ellos lo requerían.
En tanto terminaba el doctorado y radicaba en Estados Unidos, María Lucía recibió la noticia de que Eulogio, su padre, había fallecido víctima de cáncer.
”Eso fue algo muy duro para mí porque yo era muy ligada con mi papá. Yo andaba queriendo tirar la toalla y regresarme porque pasé por un periodo depresivo.
”Mi madre fue a verme a Estados Unidos y me dijo ’Hija, ¿qué crees que le hubiera gustado a tu papá? Él pensaba venir a la graduación cuando tú terminaras, ¿Cómo no vas a terminar?’”.
Esas palabras fueron el sostén de María Lucía para convertirse en doctora y regresar a México como especialista en el diseño de lenguaje de programación orientados a objetos.
La doctora María Lucía Barrón Estrada fue galardonada con el Premio Sinaloa de Ciencia, Tecnología e Innovación 2020, el cual fue entregado por el Instituto de Apoyo a la Investigación e Innovación, INAPI.
Para poder otorgar dicho galardón, un comité de evaluadores conformado por investigadores de sinaloenses se encargan de calificar los expedientes participantes.
”Lo importante no es tener una carrera, sino dedicarte a lo que te guste y ser bueno en eso”, agrega Barrón Estrada.
María Lucía Barrón Estrada
- Doctor en Ciencias de la Computación - Florida Institute of Technology
- Maestría en Ciencias Computacionales - Instituto Tecnológico de Toluca
- Licenciado en Informática - Instituto Tecnológico de Culiacán
- Profesor Investigador de tiempo completo en Instituto Tecnológico de Culiacán desde 1985, en donde también fue fundadora del primer programa de posgrado en 1995 la Maestría en Ciencias de la Computación.
- En 2009 fue designada Investigador Nacional nivel I por el Sistema Nacional de Investigadores de CONACYT.
- Premio Sinaloa de Ciencia, Tecnología e Innovación 2020 otorgado por el Instituto de Apoyo a la Investigación e Innovación (INAPI).