|
Justicia

La forma en que me mataron a mi hijo no tiene perdón de Dios; Doña Lupe pide justicia por Cristian que tenía parálisis cerebral

Christian se extravió la mañana del 12 de abril en la colonia Colinas de las Riveras en Culiacán y su cuerpo sin vida apareció a cientos de kilómetros en el Ejido el Grillo, cerca de la Cruz de Elota, fue asesinado de manera violenta, su madre pide justicia
04/05/2022 12:40

Christian Moreno ya había salido de su casa en otras ocasiones, pero nunca pasado de un susto, luego, luego, los vecinos le daba razón de su paradero a doña Lupe Barrón, su mamá que cuanto se daba cuenta que se le había escapado de la casa armaba un operativo de búsqueda.

El 12 de abril, no fue así. Ese día Christian logró escabullirse de su casa sin que nadie se percatara, pero ahora ya no pudieron encontrarlo, horas después de su desaparición, su cuerpo sin vida fue hallado en el ejido El Grillo cercano a la Cruz de Elota, a cientos de kilómetros de la colonia Colina de las Riveras en Culiacán.

“La forma en que me mataron a mi hijo no tiene perdón de Dios”, dice llorando doña Lupe.

“A mi niño me lo amarraron de las manitas y le dieron un machetazo en la cabecita”.

Christian tenía 27 años y padecía de parálisis cerebral infantil, tenía una edad mental de apenas 6 años, el día 12 abril por la mañana salió de su casa, en cuanto su mamá se percató de eso, empezó la búsqueda, sus hermanas lo publicaron en Facebook y empezaron a recibir noticias y datos sobre personas que decían haberlo visto.

Los datos decían que estaba para el rumbo de la Cruz de Elota, que lo habían visto caminar solo, hecho que para la mamá de Christian le era imposible de creer, “porque mi hijo sí caminaba ¿pero tanto? no”.

“Aparte que el niño le daban convulsiones, si no tomaba su medicamento, empezaba a convulsionar, ¿usted cree que no le dio una convulsión al lado de la carretera? me duele la cabeza, nomas de pensar todo eso”, cuenta la mamá de Christian.

La intensa búsqueda se mantuvo todo el día, la familia a como pudo se trasladó a la Cruz de Elota, para seguir rastreando la información que le daban sobre el paradero de su hijo, lo estuvieron buscando ranchería por ranchería, pero nunca lo encontraron.

“Lo publicaron en el Facebook y algunas personas se comunicaron por teléfono para decir que lo habían visto en tal parte, y unos les dijeron que lo habían visto en la La Villa Campesina para el lado de la Cruz de Elota”, indica.

“De ahí, nos dijeron que lo habían visto en El Aguaje, nosotros fuimos en friega a buscarlo, pero nunca lo vimos, nunca lo encontramos, volvimos a preguntar porque yo mandé a hacer fotos de él con su nombre, y se podía reconocer porque traía una tráquea”.

El cansancio no impidió que continuaran con la esperanza de encontrado con vida, pero lamentablemente no se obtuvieron resultados, fue hasta el día siguiente que las autoridades de Elota se comunicaron con la familia, que el cuerpo inerte y con señales de violencia de su hijo estaba en el Ejido El Grillo.

“También le quitaron la traquea, por eso no lo reconocíamos, porque no la tenía, le quitaron la traquea y le dieron machetazos”, dice doña Lupe.

“¿Por qué hay gente tan mala digo, yo? ¿por qué? por eso pido justicia”.

La misma madrugada del día 12 de abril su hijo había sido asesinado a cientos de kilómetros lejos de su hogar, y ahora las autoridades llevan el caso de investigación en Mazatlán, en otro municipio al que no puede acudir continuamente para darle seguimiento al caso y tener una respuesta por parte de las autoridades.

“Nos dijeron que ellos se iban a hacer cargo de la investigación, que porque ya había pasado un caso similar ahí, que nosotros no podíamos hacer nada, que tenían que ser ellos, pero no me han hablado por teléfono y como no trabajo no tengo dinero para estar yendo hasta allá”, señala.

A 22 días de que le informaran del asesinato de su hijo, la señora Lupe no ha recibido llamada alguna por parte de la policía y quienes llevan a la investigación del caso, la espera continua, pero la desesperación es grande, ella lo que pide es que el asesinato de su hijo no quede impune.

Dejado unos segundo de lado la tristeza que la invade, doña Lupe recuerda que a su hijo le gustaba jugar a la pelota y los carritos, y que le encantaban los juguetes musicales, hasta se peleaba por un teléfono de juguete que tenía su nieto de dos años.

Entre las comidas favoritas de Christian eran las sopitas con huevo, los frijoles puercos, la coca, la sopa fría, sopa verde.

Además recuerda entre risas como a donde fuera le encantaba bañarse, estar en el agua, “sentía calor por dentro, donde sea que llegaba se quería bañar, siempre estaba en el agua, me decía “ma, agua”.

“Yo me llevaba muy bien con mi hijo, yo estaba acostumbrada a estar con él y él conmigo, yo me siento muy mal, porque ya me quedé sola como quien dice, y lo que quiero es que se haga justicia por mi hijo”.