La tradicional tortillería ‘La Superior’ de Culiacán cerró sus puertas, pero busca una nueva etapa
Durante décadas, La Superior fue una tortillería emblemática del centro de Culiacán para quienes crecieron entre sus calles. Hoy, el local permanece cerrado, pero su historia no termina ahí, pues la familia de su fundadora, Francisca Quintero, busca darle una nueva vida al lugar.
Su nieta, Aidé Quintero, explicó que el cierre ocurrió hace varios años, cuando la familia decidió dejar de rentar el negocio ante los problemas económicos que comenzaron a presentarse.
“De tres a cinco años fue cuando se cerró, por la edad, precisamente de mi abuela.... la rentó varias veces, a diferentes personas, pero haz de cuenta que siempre le dejaban deudas con el gas, la harina porque le daban crédito por los años que tenía mi abuela”, comentó.
Agregó que, aunque el local permaneció un tiempo operando solo como tienda, la producción de tortillas había cesado mucho antes.
“La maquinaria [para hacer tortillas] la vendió hace como un año y medio. [Funcionaba] como tienda pero no como tortillería]”, señaló.
“En sí, esta tortillería cerrada tiene ya rato”.
Respecto al tiempo que funcionó, Aidé aclaró que no llegó a cumplir 80 años de servicio, como a veces se ha dicho, sino alrededor de seis décadas.
“Mi abuela tiene 92 años, esta tortillería no tiene 80 años, no cumplió los 80 años... cuando mi abuela empezó tenía unos veintitantos. Fácil unos 60, 70 [años funcionó]”, explicó.
Hoy, el lugar se encuentra en proceso de renovación, pues Aidé ha comenzado a trabajar en un nuevo proyecto que ocupará el mismo espacio donde alguna vez se elaboraban las tortillas de “La Superior”.
“Estoy arreglando adentro para spa... en enero empecé a meterme a trabajar aquí”, contó Aidé, quien explicó que el retraso en su proyecto se debió a situaciones familiares, contó.
Aidé subrayó que el cierre no estuvo relacionado con la violencia, sino con decisiones familiares y personales.
“Mucha gente dice que cerró por la violencia, pero no es cierto. Esto no cerró por la violencia”, dijo.
La antigua tortillería, que por años fue parte del ritmo cotidiano del centro, se prepara para una nueva etapa bajo el cuidado de la misma familia que la levantó.