"La última entrevista de Sadol Osorio: Así quiero que me recuerden"
¿Cómo quiere ser recordado en Culiacán? ¿Cómo quiere que lo recuerde la gente?
Así como fui, sencillo. Así como tú me ves. Que la gente se sentaba ahí, detrás de una “banquita”, de los “Miércoles Ciudadanos”, que no usé nunca ningún policía para que me cuidara. Ningún policía.
Que en mi casa jamás hubo un guardia, nunca. Yo anduve solo siempre, manejaba mi carro. Yo no utilicé el carro del Ayuntamiento, yo utilicé mi carro particular. Jamás durmió la camioneta del Ayuntamiento en mi casa, porque yo quería dar ese ejemplo a todos los colaboradores míos.
Esta y otras preguntas le formulé a Sadol Osorio Salcido, ex Alcalde de Culiacán de 1996 a 1998, en la última charla que concedió en vida.
En el marco de la llegada del segundo Alcalde no priista en la historia de Culiacán, Noroeste gestionó una entrevista con el empresario y político, que no fue posible en su momento, por problemas de salud.
Hace unas semanas, fue posible el encuentro.
El día de la charla, Osorio Salcido había sido invitado por amigos suyos, de la generación de Derecho de la UAS, para despedirle.
En su cuerpo, su voz, ya se notaban los estragos del cáncer, contra el cual luchó durante un año y dos meses.
Don Sadol y su hijo, Sadol Osorio Porras, tuvieron la deferencia con Noroeste.
Empresario desde chiquillo
Osorio Salcido nació el 17 de marzo de 1940 en Los Remedios Tamazula, Durango. Aunque la familia echaría raíces en Cosalá, donde transcurrió su infancia, hasta que la adolescencia lo llevó a Chilpancingo, Guerrero, para realizar su secundaria, lugar donde tenía familiares que podían apoyarle.
Desde pequeño afloró en él la vena empresarial, lo cual lo llevaría a incursionar en el comercio y fundar en la adultez empresas de diversos giros: agrícola, ganadero, industrial, comercial, de bienes raíces.
Una de las empresas icónicas que fundó fue la cadena de supermercados “Los Altos”, que de 1972 al 2000 generó cientos de empleos en Culiacán y Navolato, misma que llegó a tener diez eslabones.
¿Cómo inició usted en la parte empresarial?
Yo siempre fui empresario desde chiquillo. Hacía mandados, le buscaba y ganaba dinero, vendía cosas, siempre, y mis papás también fueron comerciantes. Entonces yo “ya lo traía”.
Como no había escuelas en Cosalá, me fui a hacer la secundaria a Chilpancingo, a invitación de unos tíos que bondadosamente me recibieron. Mis tíos eran concesionarios de una línea de transportes que se llamaba “Flecha Roja”, y le “buscaba” yo, entregaba paquetes, en diferentes partes de Guerrero. De tal manera que siempre estaba ganando dinero.
Desde chico traía dinero en la bolsa…
Todo tiempo, terminé la secundaria, ya me regresé a Culiacán y para ese entonces éramos once personas. Todos mis hermanos necesitaban estudiar, yo era el mayor. Y ya me vine ayudar a mis papás, a hacerme cargo de una tienda, una tiendita en Culiacán, que se llamaba Casa Osorio, por la calle Guerrero.
Yo les ayudé hasta que mis hermanos estaban grandes y podían valerse por sí mismos, busqué otra opción en una empresa grande, en la cual trabajé 30 años, del 62 al 92.
¿Cómo llega “Mercados Los Altos” a su vida?
En ese inter que trabajé 30 años, tenía unos patrones, muy abiertos, muy bondadosos, que me quisieron mucho, me dieron oportunidad de que hiciera negocios. No nada más me metí en lo del “Mercado Los Altos”, también a la agricultura, la ganadería, compré una fábrica de enlatados; yo procesaba camarón enlatado en sus tiempos. Tuve una época muy bonita, de desarrollo comercial, y ahí entraron “Los Altos”.
La historia de “Los Altos”, hoy desaparecida, comenzó con una tienda quebrada que había comprado Sadol, en Tierra Blanca, uno de los sectores del viejo Culiacán, la cual sacó adelante y la convirtió en la cadena de supermercados”, minorista y mayorista, que surtía a las rancherías y abarrotes en Culiacán.
“Los Altos” llegaría a contar con ocho tiendas en Culiacán y dos en Navolato.
Con su incursión en la política, y sobre todo con el triunfo en la Presidencia Municipal de Culiacán, empezó a dejar este negocio.
En 1995 se los pasó a la familia Zaragoza, de la cadena “MZ” (que cerró hace un par de años), la cual, al concluir su gestión de Alcalde, los retomó.
Pero Sadol decidió cerrar ese ciclo y vendió la cadena, que llegó a crear 160 empleos directos.
¿Usted dejó los supermercados, como se dice, “andando”?
Sí, sí. Yo no cerré “Mercados Los Altos”, como se cree, para nada. Aunque había que enfrentar todo; empleados, proveedores, derechos laborales, fiscales, las cadenas comerciales que empezaban a llegar.
Junto con los Ley y Zaragoza fue de los pioneros del ramo de autoservicios en Culiacán…
Sí, mira, en aquella época había en todo Culiacán tienditas, que eran las tiendas de las esquinas; Y había muy pocos supermercados. Pero se fueron viniendo cadenas y cadenas fuertísimas, y fueron despareciendo las tienditas, extinguiéndose.
Nosotros tuvimos muchos problemas porque no podías comprar lo mismo que ellos; ellos le compran mil unidades y tú les compras 50, no tienes el mismo precio. Y a la hora de vender, estabas ganando menos tú, y tenías que dar a veces más caro.
Finalmente fue uno de los comerciantes exitosos en la ciudad, que abrió tiendas, generó empleos, ¿Qué se siente?
Me siento muy bien, hice lo mejor que pude siempre, a esta edad sigo trabajando en bienes raíces.

Sadol Osorio Salcido con su esposa Rosa Alicia Porras.
Las huellas en la Alcaldía
Antes de convertirse en el único Alcalde panista que tuvo Culiacán, Osorio Salcido traía en su historial un cúmulo de liderazgos en cámaras empresariales, en el lapso de 1962 a 1992.
Encabezó organismos como la Cámara Nacional de Comercio, la Federación de Cámaras de Comercio, la Unión de Crédito Comercial de Sinaloa, entre otros.
También participó de manera activa en organismos sociales, filantrópicos e instituciones, que iban desde la Cruz Roja, la UAS, la Universidad de Occidente, clubes, órganos electorales, y muchos otros.
Hasta que empezó a incursionar en la política, bajo la bandera del PAN, del que fue candidato en varias ocasiones.
Su mayor logro, la Alcaldía, culminaría con altos niveles de aprobación ciudadana, por encima incluso del Gobernador y el Presidente, a decir de encuestas de Noroeste levantadas aquellos años.
Durante su administración municipal, la primera de oposición al PRI en la historia, impulsó el saneamiento de las finanzas públicas.
Se le reconoce de haber sido el único Alcalde, en el periodo moderno, que no endeudó a la ciudad, e implementó en su gestión innovaciones gerenciales y administrativas.
“Yo no incrementé ningún peso, no pedí ningún peso prestado, cero deuda, y dejé cero deuda, no deje deuda a nadie, y dejé dinero, con un presupuesto que era la décima parte de lo que tiene ahorita el municipio”.

En sus años como Alcalde de Culiacán.
¿A pesar de eso, por qué cree que la gente en Culiacán ya no ratificó al PAN en las urnas?
Déjame decirte por qué. Yo no invertí en publicidad. Porque media hora de televisión, con media hora de televisión podía poner un “sistemita” de agua, o de luz. ¿Entonces qué prefería? La prioridad era esa.
¿Siente que los medios de comunicación, de esa forma (al no invertir en publicidad), le restaron impacto al trabajo que usted hacía en la Alcaldía?
No, simplemente, como yo no les daba a conocer, ellos no investigaban ni tenían porqué investigar.
En esta etapa de Alcalde hubo mucha polémica, lo veíamos a usted vestido de barrendero, de policía, de tránsito… era un rasgo suyo…
Sí, ¿qué quería demostrarles yo, o qué mensaje quería mandar? Que el primer vigilante de la ciudad debe ser el Presidente Municipal, debe estar al pendiente, y finalmente el mozo de la ciudad, que haya luz, que no haya basura. Eso es lo que quise demostrar, dignificar al personal de policía y de tránsito, para que no se diga que hay una distancia entre el Presidente Municipal y el Policía, porque quien representa la autoridad, físicamente es un policía, bien uniformado. Por eso le di mucha importancia a dignificar al policía, le aumenté los salarios.
¿Hay algo de lo que usted se arrepienta en ese periodo cuando fue Alcalde?
No, no, de nada. No me arrepiento de nada, no ganamos, ni modo. No repetimos (el PAN en la Alcaldía), ni modo. Hice lo que mi conciencia consideró que era lo mejor para Culiacán y utilicé los recursos con las capacidades que se tenían, sin salirme de mi presupuesto.
Hablando de medios, ¿Qué tanto lo marcó a usted aquella lista que se difundió en su trienio, sobre periodistas que supuestamente recibían sobornos… qué tanto le afectó?
No, mira, yo sabía que era el primer presidente de oposición, que iba a tener todo en contra, Gobernador priista, secretarios priistas, delegados priistas, entonces en medio de eso, tenía que desarrollarme, tenías que tener mucha paciencia, mucha capacidad, mucha perseverancia, para cualquier desaire, cualquier desatención, no tomarla muy en serio.
Y buscar por los medios que fueran, lograr las cosas. Lo logré, terminé siendo amigo del Gobernador Renato Vega, me ponía hasta de ejemplo.

Encuesta de Noroeste, cuando Sadol fue Alcalde. Superaba en aprobación al Gobernador y el Presidente, entre los culichis.
Culiacán: la última vista
Osorio Salcido, como recientemente Jesús Estrada Ferreiro, de Morena, tuvo varias broncas con el sindicato priista.
De hecho, al panista lo recibieron con una paralización de labores, al inicio de su gestión. Terminaría teniendo puentes con el sindicato.
En su trienio usted tuvo muchos líos con el sindicato, le paralizaron el primer día la recolección de basura…
Bueno, me obstaculizaban por todos lados, pero yo ponía todo lo que estuviera de mi parte para resolver el problema, y como había buena disposición, buena intención mía, lo lograba, de tal manera que me atreví a establecer los “Miércoles Ciudadanos”, en el que atendía personalmente a la gente.
Si a la gente no le respondías, al siguiente miércoles regresaban. Y te decían “¿Qué pasó, presidente, Usted me dijo que iba a resolver ese problema y no lo hizo?”. Ese era un programa muy virtuoso, que tenía la capacidad de estar cerca del ciudadano, conocer los problemas y resolverle los problemas al ciudadano.
¿Con qué se queda de esos tres años de ejercicio del poder en Culiacán?
Tres años fueron poquitos. Una continuidad del PAN hubiera sido buena, unos tres años más. Siempre he dicho que cuatro años para un presidente municipal están ad hoc, para desarrollar sus programas.
¿Cómo ve a Culiacán hoy?
Muy desarrollado, muy progresista; creo que la ciudad desde el punto de vista del municipio, muy endeudado, con poca capacidad de maniobra; pero la ciudad muy desarrollada, creo que le ha ganado la sociedad misma, la fuerza empresarial le ha ganado a la autoridad ahí.
Con Jesús Estrada Culiacán tiene el segundo Alcalde no priista en su historia. ¿Ha seguido la labor del alcalde morenista?
Jesús Estrada tiene que tener mucha prudencia también, mucha capacidad de diálogo, de perseverancia, lo conozco bien a Jesús.
Está empezando ahorita, algo que ni siquiera esperaba él, no estaba preparado. Es posible que en el camino dé resultados.
Así fue la última charla con Sadol Osorio Salcido, quien murió el viernes a los 78 años. Le sobreviven su esposa Rosa Alicia Porras Rubio.
Procreó seis hijos: Isaac, Jorge, Rosa Alicia, Nelba de Jesús, Iris María y Sadol, el menor, quien resume su vida como la de un “guerrero”, que luchó por la vida… hasta el último aliento.
