Leonel vende plantas para el amor, la abundancia y la buena suerte en las calles del Centro de Culiacán
Leonel recorre las calles del Centro de Culiacán con una carretilla de madera repleta de macetas; los colores en diversos tonos de verde, blanco y uno que otro morado, llaman la atención de transeúntes desde lejos.
“Pásele, pásele, tengo para la suerte, para el amor, para la abundancia, pásele”, anuncia.
Curiosos e interesados se acercan, admiran y tocan el producto, preguntan los precios. “¡Mira esta qué bonita!”, “¡Esta es para la suerte!”, “¿Cuánto cuesta esta?”. Algunos preguntan si estará al día siguiente o en qué punto pueden encontrarlo, otros preguntan por alguna planta en especial.
Amable y apasionado por el tema, Leonel responde sus preguntas y explica las propiedades de cada planta, también dice cuáles son los cuidados que debe de tener, y en el caso del bonsai, enseña a los clientes a darle la forma que ellos deseen.
“Aquí traigo un cincho, con estos le vamos dando forma, la que usted quiera, separa las ramas y las sujeta con el cincho, lo que le sobre lo corta con unas pinzas”, explica.
“Mire, esta es la espuma del amor, esta la pone cerca de donde esté y atrae al amor. Esta otra es el árbol de la abundancia, la pone en la sala de su casa y le va llegar abundancia a su vida, a su familia”.
Trueno de venus, pinitos, pata de elefante, palo de brasil, espuma del amor, bonsai, árbol de la abundancia, son las plantas que lleva en su carretilla.
Leonel es de Cuernavaca, Morelos, un lugar con clima templado, húmedo, por lo que aún no se acostumbra al clima de Culiacán, menos al de Mazatlán, dice, donde también vende sus productos.
Usa un sombrero de palma, de ala ancha y lleva consigo una botella de agua de la que bebe frecuentemente para apaciguar el sol y el calor.
“Está muy fuerte el calor aquí oiga, ya es noviembre, ya debería estar más fresco”, se queja.
Pese al calor, sale a las calles en las horas más calientes, entre 11:00 y 5:00 de la tarde, pues asegura, es la hora en la que puede vender más por el tráfico de gente.
“A esta hora es cuando hay más gente y ahí es cuando puedo vender un poquito más”, narra.
Dice que por la pandemia también se ha visto afectado, ya que su producto no es de primera necesidad y la gente prefiere comprar otras cosas.
“Ahorita está muy feo, no se está vendiendo esto, la gente está comprando otras cosas, ahorita nomás estoy vendiendo unas 10 plantas al día o a veces menos”, se lamenta.