Majo, Claudia y Ariana cambiaron su vida con sus propósitos de Año Nuevo

CULIACÁN._ Cada que un ciclo termina, las personas se preparan para recibir el Año Nuevo con retos, metas y propósitos que cumplir, por lo que Majo, Claudia y Ariana se propusieron crecer de manera profesional, como artística.

A finales del 2022, cada una se detuvo a pensar lo su lugar en el mundo y lo que quería lograr en el futuro próximo, proponiendo alcanzar objetivos que las llevarían por caminos favorecedores.

María José Verdugo, quien prefiere que la llamen Majo, es una estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación que tiene una pasión por las artes escénicas desde una corta edad.

Anteriormente, daba clases de inglés entre semana en una escuela privada, sin embargo, su amor por la docencia limitaba la visión de lo que podía ser en un futuro como bailarina o actriz, dos de sus más grandes sueños.

“Lo único que me propuse para 2023 y que me cambió todo el año fue cambiar de trabajo, quería estar en otro trabajo donde pagaban mejor y daba más flexibilidad de tiempo, entonces, al cambiarme de trabajo me di cuenta que ya tenía las tardes libres entre semana, ahí fue cuando comencé en el mismo 2023, a hacerme más propósitos”, explicó.

Ese giro cambió drásticamente el estilo de vida de Majo, pues con más tiempo libre, entró al taller de danza de su universidad y se dio paso a escenarios, obras de teatro, performances privados, entre algunas de las cosas que jamás vio más allá de un sueño.

“Al entrar al taller de danza logré estar hasta el frente, aparecer en todas las coreografías, bailar en escenarios después de 10 años”, recordó.

“Tengo varios amigos que ellos hacían sus bailes aparte de los del taller y me invitaban para bailar con ellos, ahí poco a poco creo que me fueron conociendo más en la danza”.

Con el tiempo, observando de lo que es capaz, se propuso a crecer en la danza y abrirse puertas, hasta que fue actriz de una obra de teatro musical.

“Iba a entrar como extra pero luego me dieron más diálogos, me dieron personajes y me di cuenta de lo mucho que me gustaba el teatro, me hice más propuestas durante el año para involucrarme en lo escénico y en lo de danza y con el tiempo me iba enfocando más”.

Para Majo, la valentía de animarse a cambiar el rumbo de su vida, aunado a la disciplina, le han permitido crecer en el ámbito artístico.

“La manera en que lo pude lograr fue arriesgarme, y luego de arriesgarme y tomar el paso, dar el brinco, seguir con la disciplina para seguir creciendo y viendo qué más podía cumplir”, mencionó.

Por otro lado, Claudia Beltrán planteó que su emprendimiento de bisutería hecha a mano, llamado Relic’s Ark, creciera de manera exponencial tanto en línea como el número de sus consumidores.

“Ya llevaba dos años aproximadamente haciendo crecer mi marca pero en esta ocasión yo ya quería algo más amplio, ya quería que la gente me conociera más y poder poner mis accesorios en más lugares”, dijo la artesana.

Explicó que antes de finalizar el año hizo una lluvia de ideas, un ritual para plasmar y atraer objetivos a través de un collage de fotos, en el que puso dos imágenes de tiendas.

“Yo no sabía que sí lo iba a cumplir, ahorita mis productos están en dos colectivos, la gente los ve y los compra, la neta está increíble”, expresó Claudia.

Otra de sus metas era popularizarse en redes sociales, lo cual logró aliándose con una socia encargada del manejo de las cuentas oficiales de la marca, así, duplicando el número de seguidores.

También, inició un proyecto de diseñar y hacer libretas personalizadas a mano, que han sido del agrado de los consumidores.

Para cumplir estos propósitos, implementó estrategias de marketing atractivas para que sus clientes mostrarán fidelidad a la marca.

“Cambió por completo el estilo de mi marca, lo cual fue un hit”, agregó.

“Todo salió muy bien, con confianza y paciencia... Todo salió muy bien, aunque me tuviera que esforzar mucho para que saliera como quería”.

Algo similar se propuso Ariana Verdugo Vega, una estudiante de Psicología que se propuso a emprender un proyecto con un giro similar al de Claudia: una marca de accesorios hechos a mano.

Creó la marca Arigato Accesorios que vende pulseras, collares, aretes y llaveros que tienen un estilo único, alternativo y característico.

Por otro lado, buscaba mejorar de manera personal, trabajar en su salud mental, como física y mejorar sus relaciones sociales.

“Me propuse mejorar en mi persona, lo que estuviera a mi alcance, claro que lo cumplí porque me rodeé de personas muy lindas y pues creo que es resultado también de mi personalidad”, aclaró Ariana.

Otra meta fue adentrarse en la música, pues, aunque es una de las vocalistas del Taller de Música de la Universidad Autónoma de Occidente, quería crecer como artista.

Actualmente está tomando clases personalizadas de guitarra y bajo, avanzando día con día a través de su constancia y amor por la música.

“Empecé tomando clases de teoría musical con un amigo y aprendiendo por mi cuenta desde YouTube y aprovechando al taller de música de la UAdeO, no solo estoy aprendiendo a tocar la guitarra, sino también a tocar el bajo”, detalló.