María Elda lleva más de 30 años creando artesanía de palma
CULIACÁN._ María Elda Rodríguez es originaria del estado de Puebla, hija de padres artesanos de palma, quienes le transmitieron el conocimiento y gusto por la artesanía delicada y colorida que elaboraban sus antepasados.
Desde pequeña aprendió la técnica del tejido con el que se forman grandes obras de arte como canastos, tapetes, sombreros y bolsos decorados con distintos colores y semillas desecadas de frutos silvestres.
Por razones familiares emigró junto a sus dos hermanas mayores hacia el norte del país cuando aún era pequeña. Dejó su tierra pero nunca olvidó sus raíces, al contrario, las trajo consigo.
María Elda, Alicia y Gilberta, las tres hermanas Rodríguez, llegaron a Culiacán, Sinaloa, a un lugar nuevo y desconocido, y con ganas de salir adelante decidieron hacer lo que sus padres les enseñaron: artesanía.
Pero esta vez adaptada al gusto del culiacanense, elaborando aretes y collares a base de la hoja de maíz y de palma, y claro, las imágenes religiosas de la Virgen de Guadalupe, Jesucristo y San Judas Tadeo que ya realizaban en Puebla.
Por más de 30 años, María Elda ha elaborado artesanía de palma en un lugar que poco valora su ingenio, esfuerzo y dedicación, ya que una de las limitantes más grande del artesano es que al vender su producto en el comercio informal, comúnmente es víctima de “regateo”.
Durante la semana, mantiene un perfil bajo en un empleo con una jornada de ocho horas al día que le permite trabajar por la tarde en la elaboración de artesanía.
Los domingos (su día de descanso) lo utiliza para vender su producto en el tianguis Los Huizaches, un espacio abierto al público en el que solo tiene que pagar una pequeña cantidad de dinero al Ayuntamiento por el uso de piso.
Ahí, sobre el bulevar Minas en el tianguis más grande del municipio, espera paciente a los posibles compradores, al mirar el producto se asombran por la belleza y delicadeza de las piezas, y sorprendidos preguntan si es ella quien los elabora, a lo que María Elda responde que sí.
Uno que otro cliente se anima a pedir un precio más bajo que el estipulado por la artesana, otros simplemente se van y otros más con gusto pagan la cantidad indicada.
María Elda comenta que elaborar un par de aretes le puede tomar hasta dos horas, pues el proceso es largo y minucioso, y debe seleccionar el material, pintarlo y cortarlo, iniciar el tejido y finalmente decorarlo.
Elabora imágenes religiosas a base de la hoja de palma, semillas desecadas y bambú; aunque el trabajo requiere un gran esfuerzo, las piezas las vende en 30 o 50 pesos, según su tamaño.
Igual los aretes y collares, los elabora con distintas figuras en gran variedad de colores y tamaños. El precio promedio es de 60 pesos, pero “te lo dejo en 50 porque ahorita no hay venta”, dice, con la esperanza de lograrla.
La artesana reconoce que las ventas han estado muy bajas por la pandemia y porque “la gente no quiere gastar en cosas que no urgen”, razón por la que sus ingresos han bajado y en los últimos meses ha sido difícil a completar para los gastos del día.
María Elsa afirma que sin falta estará cada domingo en el tianguis Los Huizaches esperando a los clientes que deseen adquirir una pieza de artesanía de palma hecha con cariño y dedicación.