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Historia

‘Me embaracé en primero de prepa, tenía 16 años’, travesía en la vida de una menor embarazada

Desde el abandono de la pareja, problemas de salud, y violencia médica, suman los rasgos de un embarazo adolescente

Carolina cursaba sus estudios de preparatoria en una sindicatura de Culiacán, cuando se enteró que estaba embarazada, le desconcertó la situación porque no imaginó ser parte de las estadísticas de embarazo en menores.

Los datos más recientes sobre el embarazo adolescente se remiten al año 2022, donde según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el embarazo adolescente representó en México más del 13% de los nacimientos con 259 mil 702 casos de madres entre 15 y 19 años de edad.

De acuerdo a un reportaje Noroeste publicado en 2022, entre 2019 y 2021, la cifra de niñas y adolescentes embarazadas entre los 10 y 19 años en Sinaloa pasó de 10 mil 359 a 8 mil 144.

Mientras que hasta julio de 2022 registraron 3 mil 803 casos.

“Me embaracé en primero de prepa, tenía 16 años. No pensé que fuera a quedar embarazada tan rápido pero, cuando recién me enteré pues yo pensé que iba a estar más fácil”, narró.

Aunque cuenta que al principio la noticia disgustó a su familia, ésta aceptó la decisión de Carolina admitiendo el hecho de que criaría sola debido a que el padre del bebé la abandonó.

En este contexto, según los datos del 2022, del grupo de madres menores de 15 años, 54.9 % estaba en pareja, sea en matrimonio o unión libre.

Asimismo, Carolina mencionó haber tenido dificultades en el proceso por problemas de salud ligados a su propio cuerpo que, a su vez podrían desencadenar daños en el bebé.

“El proceso en parte, si fue algo difícil porque tampoco me imaginé que fuera a ser mamá soltera y pues tener a un bebé en tu vientre tampoco es tan fácil, las idas al doctor, los achaques, a mí me da una enfermedad en los embarazos por el ácido biliar y pues también ponía en riesgo el embarazo y ponía en riesgo al bebé”.

También, recordó cómo, durante su estancia en el Hospital de la Mujer (dónde fue atendida) previo al parto, el personal de salud que incluía enfermeros y médicos, de ambos sexos, se referían de manera despectiva a todas las embarazadas jóvenes con las que compartía habitación.

“Nos ofendían mucho a las pacientes los doctores o enfermeras, o enfermeros, que para qué abríamos las patas tan pronto, que todavía no sabíamos ni limpiarnos la cola y ya andábamos de cuscas o yo que sé”.

A principios de 2024, en una entrevista con Tere Guerra Ochoa, entonces titular de la Secretaría de las Mujeres, refirió que en el estado había un incremento de embarazos en menores de edad focalizados en las comunidades migrantes.

Además, añadió que muchas veces son embarazos con personas adultas, lo que resulta en un delito y agrava en gran medida la situación.

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