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Denuncia

Mujer exige al IMSS indemnización por negligencia médica

Bertha Alicia Valenzuela Aispuro declaró lleva casi 19 años peleando porque el Instituto le dañó el nervio ciático, le perforaron un pulmón y sufrió de una infección de una rodilla por una década porque su caso no procedía a cirugía

CULIACÁN._ El primero de agosto del 2003, Bertha Alicia Valenzuela Aispuro sufrió un accidente de trabajo, ella era encargada de cocina en Casa Ley, que al levantar una olla de aproximadamente 30 litros le ocasionó un ‘chasquido’ y dolor en la parte baja de la cintura.

“Empezó con un accidente de trabajo, en donde me tronó la columna y yo me quedé así agachada, pero a como pude me enderecé”, explicó Bertha Alicia.

Contó que el dolor era tan intenso que fue al Instituto Mexicano del Seguro Social de la ciudad para que la atendieran, además de que le hicieron varios estudios para determinar qué era lo que tenía, para proceder a tratamiento.

El último estudio que le hicieron, fue un hidromielografía el 23 de septiembre del mismo año, que consiste en una prueba de diagnóstico por imagen utilizada para detectar problemas en el conducto raquídeo. El último es por donde pasa la médula espinal, las raíces nerviosas y el espacio subaracnoideo, que es una zona llena de líquido entre la médula espinal y la membrana que la cubre.

Bertha Alicia comentó que después que le realizaran dicho estudio, ya no pudo moverse correctamente, porque le habían dañado el nervio ciático, el que se encarga tanto del movimiento como de la sensibilidad en las piernas.

“Me llevaron a urgencias y entré caminando, me sacaron radiografías, tomografías y estando ahí me hicieron un estudio llamado hidromielografía y me dañaron el nervio ciático”, declaró.

En una nota médica de salud para solicitar valoración elaborada el 17 de agosto de 2004, señala que el accidente de trabajo le ocasionó un esguince lumbar leve y que posterior a realizar procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos, presentó complicaciones.

Después de pasar semanas en el hospital, se le diagnosticó dermatosis, este padecimiento ocasionado por antisépticos locales utilizados. Bertha Alicia señaló que le dijeron que necesitaba cirugía para sacarle su apéndice, ya que según se le había infectado.

“Estando internada agarré bacterias, dicen ellos. Aquí en las manos se me infectó y ya después sacaron de que, fueron a pedirme permiso para ponerme un catéter aquí, porque tenían que sacarme la apéndice porque se me había infectado”, comentó.

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“Al ponerme el catéter, me poncharon el pulmón de todo el lado derecho, el nervio ciático igual, del lado derecho”, afirmó Valenzuela Aispuro.

Expuso que fue hasta el 2005 que comenzó a luchar para que le explicaran qué le habían hecho, porque según su argumento, nunca le dijeron.

“Tuve muchas secuelas por el mismo estudio, porque fue el nervio ciático y ellos nunca lo quisieron reconocer”, expresó.

“Yo desde el 2005 estoy peleando”, afirmó.

Contrató abogados, quería que la indemnización fuera más alta porque jamás pudo volver a su vida normal. Realizó terapia, para poder caminar, ya que duró tres años en sillas de ruedas y con el procedimiento pudo moverse con bastón.

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“En el trabajo me decían ‘Speedy González’, yo volaba. Yo era encargada de cocina en casa Ley, pues tenía que dar muchas vueltas por la mercancía y así, para el departamento y me decían los gerentes ‘¡Ay doña Berthita! La acabo de ver allá y mire, ya está aquí’. Por eso me decían así”, comunicó.

En el 2007 sufrió una caída desde su propia altura, dañándose la rodilla derecha, por lo que la herida se infectó en sus tejidos. Como tratamiento le dieron antibióticos pero nunca mejoró.

Después de eso, dijo que fue al IMSS nuevamente, para cirugía pero que el subdirector no lo autorizó, en cambio solo fue una interconsulta para continuar con el protocolo, esto fue en marzo del 2017.

En un documento emitido por el Instituto como respuesta de queja de ella, aseguró que desde un principio ella se le dio la opción de cirugía pero que no la quiso, siendo que en una receta médica emitida el 28 de marzo del 2017 se narró que ellos no la valoraron para proceder a operación.

Berthita, como le dicen de cariño, señaló que la operaron en abril del mismo año, pero tuvo que pasar una década para que ya no tuviera malestar en su rodilla derecha.

De la misma manera, dijo que la mandaron al psiquiatra, porque no le creían que le doliera tanto la espalda, eso fue en junio del 2017.

“El caso es que ellos querían hacerme ver de que estaba loca, por eso me mandaron con el psiquiatra”, señaló.

Hoy en día aún sigue tratando de que se haga justicia, que el IMSS le de una indemnización para pagar su casa, que tuvo que venderle a su hijo para pagar su tratamiento, pero el instituto se la negó.

“Valoraciones me han hecho muchas y lo que ellos no han querido reconocer, fue lo que me provocaron”, indicó.

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