‘No quieren gente aquí... Imala está en pleito’: entre la reactivación local y el miedo
María [nombre ficticio] ya no solo teme las ráfagas de armas. Ahora también la aterra que, en pleno día, en drones dejen caer explosivos sobre Imala, así como la posibilidad de que los soldados se vayan del pueblo.
En plena jornada de reactivación económica organizada por el Gobierno estatal, advierte que no es momento para esos eventos porque en el rancho continúa la disputa entre Mayos y Chapos.
Por primera vez en seis meses desde que inició la guerra intestina del Cártel de Sinaloa, al menos cinco vendedores de snacks abrieron sus negocios en la plazuela. Frente a ellos las calles seguían vacías, y sus únicos clientes fueron funcionarios estatales, municipales, sus empleados y la prensa.

“No, siento que no [es viable un programa de reactivación]. Porque ya dijeron que no querían gente aquí [los grupos criminales], y aunque haya Gobierno pues sí, pero siento que no. No, porque Imala está en pleito”, expresa María, quien solicitó mantener su anonimato.
“La gente sabe que mientras que no se pelee esto y que gane un grupo ya bien, esto no se va acabar. Aquí no. En Sanalona está igual. Llegan Los Mayos hasta la mitad del camino y llegan los Chapos hasta la mitad del camino y de ahí hasta que no se quede uno con cualquier grupo”.
Teme que los militares se marchen de la base instalada en las albercas del pueblo, a un costado de la oficina del síndico, junto a la comandancia de la Policía Municipal abandonada desde que estalló el conflicto entre facciones.

“Esperemos que esté tranquilo. Sabes que mientras esté el Gobierno todo va a estar tranquilo, pero si de veras los pueden sacar [a los militares], toda la gente se va a volver a ir. Y estamos así de ‘si se va el Gobierno, todos nos vamos a ir detrás de ellos’”, compartió.
Bajo la sombra de un árbol, José, quien pidió mantenerse en el anonimato, comenta que en Imala solo hay militares y que la Policía Estatal se marchará una vez termine el evento.
“Pienso que sí hay seguridad. Por ejemplo, aquí los militares todo el día hacen recorridos de aquí a Culiacán y de aquí Sanalona, que es el circuito turístico, que es Culiacán-Imala- Sanalona.
José asegura que, desde la balacera ocurrida el 18 de noviembre de 2024 que afectó el suministro de energía eléctrica dejando a la comunidad sin este servicio, la situación ha permanecido relativamente tranquila.
Sin embargo, señaló que ha habido muertes entre las facciones criminales producto de la lucha por el control de territorio que se divide por el río Tamazula.
“Aquí, porque aquí en la entrada de Sanalona, porque se supone que del río para acá son de una clase de gente y del río por allá de otra clase de gente, y entran por allá y es donde topan”, dijo.
La actividad en el pueblo ha cambiado y ahora se cierra y se encierran en sus hogares más temprano. Los únicos que marchan por el lado contrario al resguardo policial, son los ‘plebes’.
“Como a las seis o cinco, la gente ya. Las tiendas se cierran a las cuatro. A las cuatro o cuatro y media ya están cerradas. Ya escueto. Sabemos que los que pasan de las nueve en adelante ya son los plebes”, indica María.
La residente de Imala se queda reflexionando y, en medio de la violencia que sigue azotando el pueblo, se resigna ante la situación.
“¿Qué vamos a hacer?, pues nada, nomás marcar al 911 pues que manden Gobierno y sí ya se van cargaditos y parece que lo toman como juego, es una risa y una grita como festejando algo, pero no, toda la gente metida bajo la cama”.
El ruido de los frenos de motor de un tráiler que pasa por la carretera le aviva el recuerdo a María el sonido de las ráfagas de armas de fuego.
-¿Con la presencia militar si se mantiene más tranquilo?
-“Sí, porque de perdida ráfagas y eso no se han escuchado. Drones sí se han visto, pero ráfagas no”.