Obispo de Culiacán recibe renovación de promesas sacerdotales y bendice los santos óleos en la misa crismal
El Obispo de Culiacán, Jesús José Herrera Quiñonez, encabezó la misa crismal en la que recibió la renovación de promesas sacerdotales y bendijo los óleos con los que se realizarán ceremonias como bautizos y confirmaciones.
En la ceremonia el Obispo recordó las enseñanzas de Jesucristo y agradeció el oficio del sacerdocio, el cual calificó como un don.
“Sabiendo que nuestro ministerio será eficaz, creíble y fecundo si somos auténticos y solícitos servidores de los demás por Cristo. Tal como él nos lo mandó. Sí, el sacerdocio es un don precioso, pero el sacerdocio es inmerecido y nos supera”, dijo.
“Lo cual implica vivir en continua gratitud por el don recibido. Obispo y sacerdotes somos a la vez consagrados. La fuerza de la consagración que mana del Obispo simbolizada por el crisma y los óleos santos se propaga desde la catedral por todas las parroquias de la diócesis. Sus manos han recibido la consagración de las manos de Dios. Pero él y con él son consagradas y con él son santificadores”.
La misa crismal es una ceremonia que se realiza en las celebraciones de Semana Santa, en la que se bendicen los óleos para futuras ceremonias, además los sacerdotes que pertenecen al obispado de Culiacán refrendan su compromiso con la iglesia.
“En el crisma que hoy vamos a consagrar se ve reflejada la victoria sobre la corrupción del pecado original figurándose en el perfume del bálsamo el buen olor de una vida sin tacha y amable de quien es consagrado al Señor”, mencionó.
Los sacerdotes se comprometieron a velar por el bienestar de la iglesia y a entregar su vida a las enseñanzas de Jesucristo.
“El Señor nos repite a cada uno de nosotros una y otra vez en las situaciones concretas en que nos encontramos lo que un día de tiempo de Jeremías. Yo estoy contigo. O como dijo Isaías, no temas porque yo estoy contigo. No te angusties porque yo soy tu Dios. Te fortalezco, te auxilio, te sostengo con mi diestra y con tu espíritu”, mencionó.
“Él nos dará la fuerza para transformar incluso los signos de muerte en signos de vida y esperanza. Con esta certeza, renuevo a todos los miembros de esta iglesia particular la llamada que hice de una manera y de otra en repetidas ocasiones desde el inicio de mi ministerio episcopal entre ustedes”.