"Reciben apoyo de lectores adultos mayores de El Bolsón, Navolato"

"Beatriz y Remigio, señores de 88 y 86 años de edad respectivamente, son ayudados tras conocerse su historia: un incendio los dejó sin nada"
28/02/2018 09:33

Beatriz y Remigio, señores de 88 y 86 años de edad respectivamente, originarios del El Bolsón, Navolato, recibieron ayer apoyos de lectores de Noroeste.

Una persona lectora de este diario dejó el sábado en la recepción de las oficinas del periódico una despensa dirigida a los señores a quienes se les quemó su vivienda.

También se entregaron a Beatriz 2 mil pesos en efectivo. Mil pesos los envió una lectora y otros mil pesos, un lector de la Ciudad de México que se conmovieron con el caso.

La despensa que se entregó a los adultos estuvo integrada de 4 litros de leche, una sardina, latas de atún, un condimento de pollo de 250 gramos, una bolsa de cereal de trigo, y una bolsa de jabón en polvo.

Asimismo sopas de spaguetti, codito y pluma; una bolsa de azúcar, bolsa de arroz de 750 gramos y mayonesa de 468 gramos, por citar algunos productos de cocina.

Otra lectora envió un edredón que fue bien recibido por los señores quienes agradecieron el apoyo.

Algunos ciudadanos de Navolato también han acudido a su vivienda llevándoles algún tipo de ayuda.

En un cuarto sin techo, Beatriz y Remigio tienen un colchón usado y una base de cama que un ciudadano de Navolato les envió.

Remigio no sabe cuándo les pondrán techo, mientras tanto, siguen durmiendo en la casa de un hijo y una nuera.

Los señores siempre están juntos y la mayor parte del día están sentados debajo de un árbol.

Hace tres meses a los señores se les quemó su vivienda, quedando materialmente sin nada.

Remigio expuso que su nuera prendió una veladora, ya que su hija, de 19 años de edad, nieta de Beatriz y Remigio, cumplía un año de haber fallecido. Un infarto le quitó la vida.

El hilo de la veladora era consumido por el fuego. Un gato presumiblemente pasó por ahí, moviendo una lámina, que cayó cerca del fuego. Después, todo se prendió.

La casa de lámina negra, vivienda de Beatriz y Remigio, toda se consumió. El fuego se pasó a otro cuarto, que era la cocina. En cuestión de minutos, las pocas pertenencias de los señores desaparecieron.

Se quedaron sin estufa, mesa de madera, sillas, cama, cobijas, abanico y ropa. Quedaron en la "calle".

"No tenemos nada, vivimos de arrimados", externa desconcertado Remigio, quien hace 40 años se quedó ciego. Para caminar se apoya de un bastón. Su esposa, que con dificultad camina, le sirve de guía.

En un cuartito de lámina negra dormían, el cual fue devorado por el fuego, que se extendió al techo del otro cuarto de material. Actualmente no tienen nada.

 

AYUDA

Una persona lectora de este diario dejó el sábado en la recepción de las oficinas del periódico una despensa dirigida a los señores a quienes se les quemó su vivienda. También se entregaron a Beatriz 2 mil pesos en efectivo. Mil pesos los envió una lectora y otros mil pesos, un lector de la Ciudad de México que se conmovieron con el caso.