"Reflexionan sobre el Jueves Negro, coincide ciudadanía y secretario de Seguridad en la no repetición"

"Participantes firmaron un Acuerdo para la Paz después de compartir ideas en torno al jueves 17 de octubre del 2019 y se comprometieron a que la sociedad civil y Gobierno trabajen en unión"

Apoyo a los elementos de seguridad, oportunidades para jóvenes y sobretodo, la no repetición de lo que sucedió en Culiacán el 17 de octubre del 2019, conocido como el Jueves Negro, fueron algunas de las coincidencias en el intercambio de ideas de las y los participantes del webinar Acuerdos para la Paz.

En el evento organizado por Iniciativa Sinaloa con apoyo del Fondo Resiliencia y la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional, participaron la investigadora Iliana Padilla Reyes; Adrián López Ortíz, Director General de Noroeste; Isabel Cruz Bernal, parte de los colectivos Camino Rojo y Sabuesos Guerreras AC; El secretario de Seguridad Pública Estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo; Ricardo Jenny del Rincón, Coordinador General del Consejo Estatal de Seguridad Pública; y Rossy Jacobo Lara, directora de Construyendo Espacios para la Paz y coordinadora en Sinaloa de Semáforo Delictivo.

Francisco Cuamea Lizárraga, encargado de moderar el panel, abrió la conversación exponiendo la necesidad de hablar sobre cómo enfrentar o dar la cara tema la violencia desde la ciudadanía.

En la primer participación se solicitó que desde la perspectiva de cada persona participante dijeran cuáles son las acciones aprendidas después de lo que ocurrió el 17 octubre del 2019.

Para Padilla Reyes la participación de los jóvenes es una de las cosas a destacar y la capacidad del crimen organizado, que es capaz de extender su fuerza operativa en todo momento hasta acercarse a simpatizantes jóvenes.

“Lo que vimos cuando analizamos el papel de los jóvenes en todo esto generalmente tenemos dos reflexiones: uno hablar de la narcocultura, decir que los jóvenes siguen la narcocultura, que siguen ese camino y dos hablar de la falta de oportunidades”, manifestó, agregando que entonces faltan oportunidades para este sector de la población.

El señalamiento y estigmatismo alrededor de las personas jóvenes que salieron a la calle en el Jueves Negro y la polarización, es algo que también se agudizó, sin embargo, señaló que los jóvenes son víctimas y victimarios, ya que el 42 por ciento de las personas detenidas en Sinaloa durante el año pasado son menores de 29 años, así como el 41 por ciento de las personas asesinadas en ese mismo periodo y la mayoría de las personas que han sido desaparecidas.

Padilla Reyes expuso cuatro mitos recurrentes en torno a el discurso de seguridad, el primero que mencionó es el Estado de Derecho desde un enfoque punitivo siendo que la experiencia internacional habla de reconciliación y perdón, pero no se ha aplicado en la entidad. En un segundo plano puso un mito entre las personas que dicen saber de seguridad y el resto de la ciudadanía, separando e impidiendo una participación integral.

La normalización de la violencia fue el tercer punto, destacando que la gente tiene temor más que normalizar la violencia, hay un proceso alrededor de esta, que permite vivir en un espacio pero no necesariamente estar de acuerdo y por último mencionó que es un mito que la violencia es un asunto entre grupos de la delincuencia organizada y el sistema de seguridad, pues afecta a toda un sistema, que incluye a la ciudadanía.

López Ortiz destacó que hay dolorosas reflexiones alrededor del 17 octubre, marcando de una mal manera la memoria colectiva de las y los sinaloenses especialmente en las personas de Culiacán.

“Vimos una cara del crimen organizado o la cara menos amable de crimen organizado, por primera vez vimos y nosotros en su momento lo cabeceamos así, narcoterrorismo, había una intención de generar terror en un sector para lograr ciertos objetivos, aunque la palabra puede ser muy fuerte”, señaló.

El Director General de Noroeste abundó en la importancia de resignificar un día tan difícil que tiene víctimas concretas, con nombre y apellidos, carpetas de investigación abiertas, víctimas inocentes que no participaron ni con las autoridades ni del lado del crimen organizado, pero estaban en el lugar de los enfrentamientos.

El fracaso institucional, consideró, fue lo qué dejó ese día como lección, auqnue el Gobierno federal intentó explicar una mañana tras otra a detalle que en realidad el operativo lo tuvieron que perder o ceder porque les fueron secuestrados elementos militares en diversas zonas, al final mostraron una descoordinación e incapacidad de reacción y movilización del crimen organizado.

López Ortiz consideró a la sociedad civil organizada y a los medios de comunicación como poderes a la par del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ya que tienen una responsabilidad para la construcción de la democracia.

Parte de esta responsabilidad fue el tratamiento de lo que ocurrió ese día, registrar la realidad de cómo, dónde y quiénes intervinieron, para contar a detalle lo que sucedió con rigor para construir credibilidad con la sociedad.

En un segundo punto refirió escrutinio y crítica por parte de los medios de comunicación al uso de recursos para hacer frente a las diferentes violencias y contar la realidad de lo que realmente está pasando, mostrando todos los matices de las cosas que ocurren en la entidad.

El tercer elemento es generar reflexión más profunda sobre el fenómeno y trascender lo que se hace al diario en la nota roja y por último, mencionó que los medios de comunicación deben de generar marcos éticos periodísticos y estar aprendiendo de lo que sucede para tomar decisiones sobre la cobertura y publicación de las violencias que se registran.

El secretario de Seguridad Pública Estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo, consideró que la apertura caracterizado el Gobierno actual, pero ese día en que le tocó estar en la calle le era muy difícil responder las dudas de mucha gente, por no tener conocimiento del operativo y desconocer la estrategia.

La preocupación de las fuerzas de seguridad, de acuerdo con el secretario, era salvaguardar la vida de la ciudadanía que se encontraba en el espacio transitando consumiendo en algunos lugares y fueron escenas no solamente dramáticas, sino escenas de valor.

El funcionario público coincidió con Adrián López Ortiz en que no hay narco bueno y lamentó que al exterior se dé esa imagen de Sinaloa, cuando en realidad el día del también conocido como Culiacanazo, el verdadero rostro de Sinaloa era la gente que estaba apoyándose unos a otros.

“Cuando nosotros llegamos en 2017 recibimos un Estado de Fuerza de 600 elementos, de esos, 200 estaban únicamente en la calle, para ser una Policía Estatal 200 efectivos realizando actividades era muy poco”, destacó sobre el estado de fuerza que ha sido criticado.

Reiteró que el problema del déficit de elementos estaba antes de su llegada y que entiende hay que sentar las bases de una policía de seguridad pública que sea sólida y que sea confiable, para que la gente confíe en las autoridades, pues se tiene que ganar esa confianza y respeto.

Reconoció que hay una mejor relación entre las autoridades de seguridad federales, estatales y municipales desde ese día y celebró que de no ser por los elementos de seguridad, se estaría lamentando la pérdida de más vidas.

Cruz Bernal en representación del colectivo Camino Rojo detalló que no se encontraba en la ciudad de Culiacán el pasado 17 de octubre, sin embargo, al ver las imágenes recordó que su familia se estaba cerca del lugar donde se dieron los enfrentamientos, lo cual le despertó angustia.

“Nosotras como madres de hijos desaparecidos tratamos de agrandar esas imágenes donde se ve a los muchachos, para ver si los nuestros están ahí”, dijo la madre buscadora de su hijo y otros familiares de desaparecidos y desaparecidas.

“Nos enseñó también que no perdemos la esperanza de encontrarlos, porque vimos uno que otro que estaba ahí de los que están desaparecidos, que fueron reclutados por el crimen organizado, son jóvenes que no andaban en nada, también aprendimos que esos serían los próximos desaparecidos”, agregó.

El Jueves Negro hizo reafirmar a la activista quién manda en Sinaloa, o al menos así lo consideró, algo que dijo saber, pero lo confirmaba con los hechos de los grupos delincuenciales.

Puso sobre la mesa también la desconfianza que hay en las autoridades de seguridad y el abuso de fuerza pública sobre la ciudadanía.

“Las desapariciones a raíz de ese Culiacanazo han aumentado al triple, se vino la pandemia y las desapariciones se dispararon totalmente”, reiteró respecto a los problemas de ese día.

Jacobo Lara hizo especial énfasis en el aprendizaje de ese día para que no se repitan los hechos y sirva a la ciudadanía y autoridades para analizar lo ocurrido.

“Yo creo que es importante reconocer lo bueno y lo malo. Se dijo por la propia autoridad, se reconoció esa mala estrategia, se vio esa policía rebasada, se reconoció el propio secretario lo dijo, hay que reconocer que estuvo mal, fue un caso donde creo que nadie lo esperábamos aquí en Culiacán, fue algo sorpresivo para todos a pesar de toda la información que tenemos acerca de la violencia y percepción de seguridad, aún así el hecho fue sorpresivo”, manifestó.

También reconoció cosas buenas, como el hecho de que habían elementos de seguridad apoyando la ciudadanía o la misma ciudadanía apoyando a la sociedad que se encontraba transitando en el espacio.

“El no olvidarlo nos va a servir precisamente para aprender lo bueno, lo malo y para no repetir eso malo que sucedió o esa tanta información o mal información que hubo en redes sociales es importante que tanto la autoridad, como los organismos de la sociedad civil y los ciudadanos podamos tener ese sistema de comunicación de una u otra forma, para que los ciudadanos podamos estar bien informados”, refirió.

Reconoció a las víctimas y consideró a toda la ciudadanía como víctima.

Jacobo Lara abundó en el trabajo que se ha hecho de construcción de paz y el ejercicio de informar a la ciudadanía de la incidencia delictiva y coincidió con Jenny del Rincón en la dignificación y fortalecimiento de las policías para ver el lado humano de los elementos de seguridad.

Rescatar a los jóvenes entre cárceles, centro de readaptación y quienes pasan por barandillas, para que tengan mejores oportunidades, son prioridades que se han planteado desde Construyendo Espacios para la Paz.

Jenny del Rincón compartió que todos los temas son importantes respecto a ese día, sin embargo, acentuó las cuestiones en seguridad pública.

“Nos dimos cuenta que nos falta mucho por trabajar, tanto la sociedad como a las autoridades en una mejora real constante y continua, de la cultura de la legalidad y de respeto al Estado de Derecho aquí en Sinaloa, parece que no se sabe lo que está bien y lo que está mal, y si bien, se sabe lo que está mal, se hace porque la idea es que no hay consecuencias”, resaltó.

“En Sinaloa se mata porque se puede, en Sinaloa se delinque porque se puede y ahí está la evidencia en los estudios que hacemos mes con mes y año con año aquí en el Consejo Ciudadano”, añadió.

En un segundo punto detalló que en Sinaloa había un completo abandono de las instituciones de seguridad pública, lo cual pudo ser por colusión o incompetencia de las autoridades que las han tenido en el olvido.

Reiteró que había 600 policías estatales en el 2017, como lo señaló Castañeda Camarillo, y solamente 200 funcionaban y agregó que del 2013 al 2017 no hubo más de 600 cadetes en el Instituto de Ciencias Penales de Sinaloa, es decir, no había nuevos policías ni se formaban y se preparaban.

Lamentó que la Secretaría de Seguridad Pública no cuenta con un edificio propio y no tiene comandancias en el norte en el sur del Estado, sino que tiene policías que se desplazan a esos lugares y tienen que pagar hoteles, dormir donde puedan o bien regresarse en la madrugada.

Aunado a ello, abundó que tampoco ha incrementado el equipamiento, la capacitación, las prestaciones, es decir, no se ha trabajado en la dignificación policial, ni se han incrementado los presupuestos.

Jenny del Rincón consideró que se debe reconocer por parte del Ejecutivo estatal, las fiscalías, tanto local, como federal y los congresos que hay políticas de seguridad, tanto de prevención, como de procuración e participación de justicia han fracasado.

Agregó que es importante fortalecer el presupuesto, el número del personal que trabaja en las instituciones, con capacitación continua y certificada y equipamiento para los elementos.

Acuerdo

Simbólicamente las y los participantes firmaron un Acuerdo para la Paz al terminar el diálogo, en el que se comprometieron para que se avance en una cultura de legalidad y Estado de Derecho.

“Este es un primer paso. Un primer logro que nos motive a buscar otros más, al sumarse más sociedad civil y más gobierno en la construcción de incentivos positivos. En la unión social para la paz”, reza el acuerdo.

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!