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"PRESIDENTA DEL DIF ESTATAL"

"Rosy Fuentes, más que la esposa del Gobernador"

"Accede a hablar con Noroeste sobre cómo ha sido su trabajo desde el DIF estatal, cómo la ha cambiado a ella y a su familia, y sobre todo, cómo se ha trabajado para mejorar la calidad de vida de miles de sinaloenses"

Cuando Quirino Ordaz Coppel fue el designado por el PRI para ir por la Gubernatura del Estado de Sinaloa en el 2016, pocos lo conocían.

Había ocupado puestos en la Secretaría de Finanzas en la administración de Jesús Aguilar Padilla, pero su historial político no era tan significativo como para que por ese motivo lo eligieran como candidato.

En esa elección compitió contra Héctor Melesio Cuén Ojeda, Martín Heredia y Jesús Estrada Ferreiro, por la Gubernatura, pero a diferencia de ellos, Quirino se caracterizaba por algo, y era que siempre tenía a su lado a su esposa, Rosy Fuentes de Ordaz. Pocas personas más allá del círculo cercano del candidato y tiempo después elegido Gobernador, conocían a su esposa, de origen tlaxcalteca e hija del reconocido General Luis Ángel Fuentes Álvarez.

Pero el tiempo pasó, y la gente fue conociendo más a la que en ese momento solo la ubicaban como "la esposa del góber". Normalmente cuando un político varón gana una elección a Gobernador, designa casi por decreto a su esposa como Presidenta del DIF estatal.

Aquí en Sinaloa no fue la excepción, y al mismo tiempo cuando Quirino Ordaz tomó las riendas del Estado, su esposa, comenzó a presidir la institución.

Desde que la pareja puso un pie en el Palacio de Gobierno, se supo que Rosy iba a ser mucho más que sólo imagen, y la esposa del Gobernador.

Ella acudía con su esposo a la mayoría de los eventos, juntos de la mano, en cada salida, en cada reunión, era notable el cuidado que el mandatario priista tenía con su esposa.

Pero más allá de eso, ella comenzó a involucrarse de manera activa en el DIF estatal; anteriormente la presidenta de esta dependencia solía tener pocos reflectores, y los datos técnicos o de cifras de cada cosa que hacían dentro del sistema, se los dejaban a la entonces directora, sin embargo con Rosy esto no fue así, ella asumió ser la cara del DIF y fue proactiva desde el primer día que fue nombrada como presidenta.

El pasado miércoles 10 de febrero, Rosy presentó su Cuarto Informe de Labores; en el cual se resaltó el apoyo al sector de los discapacitados, a los niños y a las personas de la tercera edad. Este informe lo dio como normalmente lo había hecho, con su esposo a un lado.

Un día después, la presidenta accede a hablar con Noroeste sobre cómo ha sido su trabajo desde el DIF estatal, cómo la ha cambiado a ella y a su familia, y sobre todo, cómo se ha trabajado para mejorar la calidad de vida de miles de sinaloenses.

Al entrar a su oficina se respira un ambiente familiar, hay decenas de fotos de ella con su esposo; una en el Arco del Triunfo en París, así como en otros lugares del mundo. También llama la atención numerosas fotografías en compañía de sus hijos Silvana, Quirino y Santiago Ordaz Fuentes.

Llega la hora pactada y un número importante de personas que trabajan en el DIF alistan cada detalle para el comienzo de la entrevista; hasta el más mínimo cojín de un sillón, quieren que esté puesto de la manera correcta.

Rosy Fuentes se arregla el pelo en un cuarto que está a un lado donde se llevará a cabo la entrevista, ya se dirige al sofá, cuando habla con una de las personas de su staff y pide que pongan una foto de ella con su esposo aun lado de donde estaría el reportero que haría la entrevista, y ella.

Rosy toma asiento y se pone sus collares de oro que combinan a la perfección con los aretes que trae para hablar con Noroeste. Cada detalle está cuidado a la perfección.

Cuando fue su informe, la presidenta del DIF hizo mucha alusión al apoyo de su esposo para los logros que se han hecho desde la institución, y comienza la entrevista de la misma manera, de cómo la ayuda de Quirino Ordaz Coppel ha sido muy importante como para ver los avances que se han logrado cosechar.

Pide un poco de agua y comienza a hablar sobre cómo al ser solamente cuatro años de Gobierno, cuando normalmente son seis, iniciaron a marchas forzadas para dejar un precedente de su paso por el DIF.

“Una gran oportunidad, una gran satisfacción haber podido en tan poco tiempo, a pesar de que fueron cuatro años, que no nos gusta compararnos, pero sí nos dimos cuenta que avanzamos a pasos agigantados en muchas áreas, con respecto a años y administraciones anteriores”, menciona.

“Eso era por la prisa de saber que teníamos poco tiempo y queríamos dejar un gran trabajo. Ha sido un reto, pero estamos muy feliz de que sí lo logramos, si logramos algo”.

Rosy recuerda el accidente que dejó con secuelas permanentes a su esposo, y por eso, desde que comenzó esta función al frente del DIF, afirma que tuvo todo el apoyo del Gobernador para voltear a ver a las personas más desfavorecidas, las discapacitadas.

“Yo creo que el gran compromiso que se sintió con la discapacidad, de atender áreas que no habían sido antes atendidas, como el caso de nuestro centro de autismo, una condición de conducta que desgraciadamente no sabemos todavía, los estudios no revelan el por qué se han multiplicado los casos y que había una necesidad, sobre todo para la gente más vulnerable”, indica.

Con hojas que le sirven para guiarse en la entrevista, la presidenta reconoce que nunca había ido anteriormente a una localidad donde hubieran carencias, fue algo nuevo para ella. Comparte que decidió desde el comienzo ir más allá de estar solo en una oficina, quiso desde el principio ir con la gente, a las comunidades.

“Me dio la satisfacción de haber tenido la oportunidad de visitar muchas comunidades donde muchas veces no fue ninguna presidenta del DIF estatal, y donde lo valoraron mucho, porque a veces la gente, claro, está en la expectativa de recibir algún apoyo, pero a veces lo que quieren es ser escuchados, ser atendidos, ser entendidos en su situación, y que tú les lleves aparte algún apoyo, pues ellos lo valoran mucho”, explica.

“A mí lo que más me motivó, es que siempre tuve claro, y lo llegué a decir en muchas ocasiones, es que nadie ama, lo que no conoce, y entonces yo podía quedarme con la idea, de que pues en el DIF están los enlaces en las comunidades y se está haciendo el trabajo, pero al no estar yo, no te comprometes de la misma manera”.

“Recuerdo que yo veía las imágenes de las presidentas de los DIF municipales trabajando en sus comunidades, porque el DIF Municipal trabaja más en contacto, y yo quería vivir eso, y decía 'yo quiero ir con la gente', a mí me gusta estar con la gente y fue así como empecé a involucrarme en todas las giras”.

“Es trabajo que hace el DIF, pero yo ir y acompañarlos, pues lo vives de otra manera, y a tu equipo lo motivas de otra manera, porque ellos se sentían más comprometidos, de que 'va a venir la señora, hay que prepararnos, que se vea que está atendida la gente', es una supervisión del trabajo que se está haciendo, y entonces eso enciende motores y la gente se entusiasmaba”.

--Es seguro que ustedes han cambiado la vida de mucha gente, en muchas comunidades, pero ¿qué ha cambiado en Rosy Fuentes?

“Te vuelves mucho más sensible, ya no ves a un niño en la calle con los mismos ojos, ya no ves a un adulto mayor en abandono con esa indiferencia, teníamos ojos alertas, si alguien me llamaba 'tenemos esta situación' rápidamente llamaba a Connie Zazueta, mi directora, que le estoy muy agradecida porque igual con una sensibilidad enorme de resolver el asunto, lo que estuviera pasando”, responde.

“Eso me llevo, esa satisfacción de que de verdad no dejamos una gestión o una petición sin atender siempre. Yo trataba de meterme en la redes y cuando veía una nota se la mandaba a mi equipo 'oye están llamando para hacer esto' y se atendía y bueno, cuando ya acabe esto pues va a ser algo que va a costar trabajo, porque sí te haces alerta de estar viendo las necesidades y aunque es imposible a lo mejor resolver todo, se siente una satisfacción muy grande, porque tú tocaste la puerta, tú te moviste a gestionar algo, pudiste salvar a una familia, a un niño en un hospital, o apoyar a una madre de familia que la estaba pasando muy mal”.

Rosy Fuentes reconoce que más allá de ser su esposo, y que como Gobernador, ha apoyado muchos de los proyectos que se han ideado desde el DIF, el apoyo desde que Quirino Ordaz Coppel la designó como presidenta de la paraestatal, ha sido incondicional, pero sobre todo, la motivó a realmente apasionarse desde la función pública.

“Recuerdo claramente cuando Quirino me dijo que habíamos ganado después de luchar con la campaña y con todo el entusiasmo me dijo, 'haz todo lo que puedas hacer en esta oportunidad lo que puedas hacer, porque te vas a arrepentir de haber dejado pasar esta oportunidad de ayudar'”, rememora.

“Se me quedó muy grabado porque él fue director del DIF en la Ciudad de México hace muchos años, yo tenía a mis hijos chiquitos, yo no me involucraba tanto porque estaba atendiendo a mis hijos de tres, dos años, pero cuando él trabajó en el DIF de verdad, él cambió en muchos aspectos, en lo sensible, en la oportunidad de servir”.

“Entonces él con la experiencia me decía ' Rosy, es que cuando estés ahí, en el DIF, nunca lo vas a olvidar, de verdad, va a ser una gran oportunidad y tú debes de aprovecharla, así que haz todo lo que puedas hacer para que no te arrepientas de no haber podido ayudar' y creo que con ese ejemplo que él nos dio a todos, porque yo lo veo en todo su equipo, en los secretarios, es un Gobierno que sí ha estado mucho en la calle, es un Gobierno que ha estado con la gente, escuchando, porque él así lo pedía, porque desde la oficina no puedes resolver nada, o no entiendes la dimensión de los problemas y pues con esa idea yo salí con esa oportunidad”.

“Yo y mi familia somos gente que creemos en Dios y que creemos que tenemos una misión en el sentido de que si Dios nos puso aquí, somos instrumentos...por algo Dios decidió que estuviéramos, entonces yo decía ¿cómo voy a dejar pasar yo esto? Por algo Dios me quiso aquí, a él lo quiso allá”.

--Cómo esposo, ¿cuál es mejor apoyo que le ha dado Quirino?

“El apoyo de él es creer en mí, yo creo que que él vio más en mí, con un potencial que fue desde lanzarme en la campaña, empezar a hablar a la gente, cuando yo decía '¿cómo voy a hablar al público?' 'sí, sí, di lo que te salga del corazón' (le decía Quirino) y yo decía, pues lo que me sale es esto, y hablaba, y entonces me empecé a dar cuenta de que la gente conectaba conmigo, entonces me dí cuenta de que la gente conectaba conmigo, que hablaba de corazón, de lo que queríamos hacer por Sinaloa, y él creyó en mí, tan así que me trajo por todos lados”, recuerda.

En la charla, Rosy bromea de cómo la conexión fue tal con la gente, que en muchos medios de comunicación, sobre todo columnistas, la estuvieron candidateando como posible aspirante a ocupar un puesto público, hecho que le da un poco de risa. Afirma que nunca hay que decir nunca, pero no se imagina estar en un lugar sin que su esposo no esté con ella haciendo equipo.

“A lo mejor se mal entendió porque decían 'la están candidateando' no la verdad es que él ve la conexión que yo tenía con la gente, y las ganas de servir, y bueno, a mí el que él haya confiado y creído en mí, porque él verdaderamente me hizo crecer mucho en ese aspecto, mucho, en aprender, digo, a lo mejor no soy mucho la perfecta oradora, pero sí lo hago de convicción y porque sé que iba a contar con su apoyo”

--¿Se ve de nuevo en la función pública sola?

La verdad me han preguntado mucho eso, y yo siempre he sido un apoyo y complemento del trabajo de mi esposo, y así lo he visto siempre, como un equipo y él tiene sus sueños, o esa capacidad del trabajo que ha hecho, yo no me veo, te lo digo así, sola, la verdad no me veo, pero no quiero decir no, porque luego me van a decir 'no que no', pero la verdad que ahorita terminando esto nos vamos a ir los dos y solo Dios sabe que siga, gracias a Dios están sus empresas, está su futuro en Mazatlán y ahí vamos a seguir”.

Al terminar la entrevista, ella se siente cómoda hablando, charla un poco de todo, y reconoce que algo cambió de manera permanente en su ser, ya no ve las cosas como las observaba antes de estar en el DIF.

“Definitivamente no soy la misma de antes, en muchas áreas, como te digo, una vez que uno pasa por el DIF , no puedes seguir tu vida como antes, porque te haces mucho más alerta a los problemas sociales, y de alguna u otra forma, un compromiso por hacer algo, por las familias, por los jóvenes, por los niños”.

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