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Se unen para visibilizar crisis de desaparecidos con jornada de búsqueda humanitaria en Culiacán

En el baldío que está por la Feria Ganadera y cerca del Fraccionamiento Punta Azul se realizó actividad de campo, esto en el marco de la Jornada Nacional de Búsqueda Humanitaria para visibilizar el problema social que agrava al País

A las 8:00 de la mañana fue la hora destinada para el punto de encuentro, en la Ley Millenium, a un costado de la Central de Autobuses de Culiacán.

Alrededor de 25 personas de parte de colectivos de búsqueda, organizaciones como Construyendo Espacios para la Paz y sociedad civil esperaban a que dieran la indicación para avanzar al destino.

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A pesar de ser aún de mañana y que el sol no estaba en su punto más alto, el calor ya quemaba la piel y el suelo del pavimento te avisaba con cada paso la temperatura aumentaría.

Poco después y junto a agentes de la Policía Municipal, Estatal y del Ejército Mexicano, se avanzó rumbo al baldío que está por la Feria Ganadera y cerca del Fraccionamiento Punta Azul, que sería el lugar para la búsqueda.

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Vestían con sombreros, camisetas manga larga, botas, pantalones, guantes para proteger las manos; al igual que contaban con agua, protector solar y medicamentos.

Nadie dijo nada, pero en los rostros de aquellos que tenían en sus camisetas el cartel de su ser querido desaparecido se demostraba la emoción, la fe y la esperanza que aún pasado el tiempo, no se han agotado.

Micaela González Hera empezó su camino en la búsqueda de sus hijos Christian Geovanni y Antonio de Jesús Lozoya González cuando ya no regresaron a su casa el 27 de noviembre de 2012.

“Los buscadores y los que apenas van intentando, para nosotros también irlos guiando en lo que va a ser el camino de aquí para allá. Cualquier duda, lo que tengan hay que alzar la mano y preguntar, para no quedarse ese espacio sin revisar”, explicó la madre buscadora cuando estaban por iniciar.

Si mirabas hacia el baldío, las señas de que ya se ha familiarizado que escarben en su tierra, busquen entre sus desechos los restos de personas, es evidente. La hierba seca y las ramas espinosas ya han cedido para no hacer daño a los que tienen un dolor interminable y a quienes los acompañan.

Con una vara de hierro y un pico andan tocando las irregularidades del suelo, si la tierra está dura, es que no la han trabajado, pero si está blanda, la vegetación está cambiada y hay muestras de algo inusual, es porque pueden dar con un positivo.

“Cuando ustedes hacen un hoyo en su casa y se nota ahí que hubo movimiento. Es lo mismo aquí, tendríamos que estar revisando, conforme vamos pasando en estos pedazos de varilla o revisar con la pala”, recomendó González Hera.

Micaela contó que al principio, su familia y ella buscaron a sus seres en las procuradurías, las agencias, corporaciones, hospitales, a los diferentes institutos de Servicio Médico Forense; pero al no tener alguna señal de su paradero, optaron por los terrenos baldíos.

“Nosotros empezamos a trasladarnos a los lugares, a buscarlos, pero nosotros solos, como familia. Nosotros nos incorporamos al colectivo como hasta el 2017”, indicó la madre buscadora.

Mencionó que cuando lo hacían solos por fortuna no encontraron a ninguna persona, ya que no contaban con seguridad y en varias ocasiones los echaban del lugar.

Javier Llausas Magaña, coordinador de Espacios para la Paz, dijo que alrededor de nueve personas de la organización están ayudando en la búsqueda, ya que es una ayuda que se hace a los que sufren por la desaparición de sus seres queridos.

“Es difícil, porque yo tengo hijos. Es difícil porque puede ser tu hijo y siempre quienes no han sido víctimas son quienes pueden ayudar, porque las víctimas están aturdidas, están golpeadas por el dolor”, dijo.

“Que venga la sociedad, es una parte de la realidad que vivimos en México. Hay que reconocerlo y hay que corregir eso, esto no está bien que una persona pueda desaparecer ahorita”, mencionó Llausas Magaña.

Escasas veces creen encontrar algo, pero resultan ser huesos de animales que ya pasado el tiempo se han vuelto irreconocibles. Se han vuelto expertos en distinguir los huesos de una persona al de un animal, sin haber estudiado algo relacionado, solo la experiencia de campo que les motiva a no cesar sus búsquedas.

Esta actividad de campo se realizó en el marco de la Jornada Nacional de Búsqueda Humanitaria, para visibilizar el problema social que agrava al país desde hace años y que aún siguen más de 5 mil 584 víctimas sin regresar, esto de acuerdo al El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas en 2023.

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