En esta semana invité a mis compañeros a comer un platillo mexicano a mi departamento. Encontré una carne de puerco marinada a un precio no tan caro y decidí hacer tacos al pastor. (He llegado a la conclusión de que por alguna razón la carne, sea pollo, res o puerco, sale más barata cuando está marinada que cuando no).
Esta vez, mi platillo fue más mexicano que cuando fue la Mexican Night, por parte de la asociación de comida de la escuela, porque había en la mesa guacamole, salsa, chiles, cebolla, cilantro y limones picados. Aunque por supuesto, mis tacos tuvieron que ser tropicalizados, ya que ni los chiles, el limón, las tortillas y el tomate, son iguales a los de Culiacán.
Cambios a través del tiempo
Otro curso más terminado y con él se van varios compañeros de intercambio que ya regresan a su país, lo cual me hace pensar que el tiempo se ha ido realmente rápido y que ya falta poco para que regrese yo también.
En lo que llevo de tiempo aquí he visto muchos cambios en el clima; por ejemplo, cuando recién llegué, el clima era de aproximadamente de 20°C y el paisaje del pueblo era verde y lleno de flores; después la temperatura empezó a bajar llegando a los 6°C en promedio y las hojas de los árboles ahora eran de color anaranjado/amarillo/rojo; después, casi todas las hojas se empezaron a caer y había lluvias; seguido de ahí empezó a nevar y de pronto todo se volvió blanco, la temperatura alcanzó los -17°C y los lagos se congelaron; justamente ayer y hoy, la nieve se empezó a descongelar y empieza a haber un poco de lluvias, (según unos finlandeses, esto pasa antes de que venga el verdadero frío con temperaturas de hasta -35°C y nieve en todas partes otra vez).
My lost phone
El viernes de la semana pasada había perdido mi teléfono después de haber ido al supermercado. Pero yo tenía la impresión de que lo había olvidado en la escuela, por lo que no fue sino hasta el lunes que lo fui a procurar, pero para mi desgracia no estaba en la escuela.
Lo tenía que haber perdido en algún lugar, fuese en el camino de la escuela al supermercado o de éste al departamento de regreso. Así que les pedí a unos compañeros que me ayudaran a buscarlo tirado por algún lado, pero era inútil, todo estaba lleno de nieve. Después de un rato, uno de mis compañeros me preguntó si ya había ido a la Police Station para ver si ellos me podían ayudar, lo cual se me hizo muy extraño y la verdad que al principio pensé que estaba bromeando, pero no; aquí las personas acuden con facilidad a la estación de policías cuando lo creen necesario, por lo mínimo que sea.
En la estación no me pudieron brindar información y lo único que me decían que podía hacer era esperar para ver si alguien lo encontraba y lo llevaba a la estación. Entonces, desanimada regresé a mi departamento y otro de los niños me comentó que lo podía publicar en grupos de Facebook, por si alguien sabía algo se comunicara conmigo.
Y un cultural shock grandísimo fue que varias personas me contestaron y entre ellas, una me comentó que ese mismo viernes que yo había perdido mi cel, otra publicó en ese grupo que había encontrado uno y que lo dejaría en la tienda que estaba más cercana al lugar.
Así es que fui a este otro pequeño supermercado y afortunadamente sí estaba, sí había sido mi teléfono y alguien lo había encontrado y llevado ahí para que yo lo recogiera; una situación que me dejó de verdad sorprendida y agradecida con la cultura que hay de socialismo y de ayudar unos a otros aquí en Mikkeli.
Lo único malo de esta experiencia es el hecho de que al compararlo con México pensé: “en México si la gente se encuentra algo se lo queda”.
