"Una pasión llena de retos"
Durante 29 años, Rodrigo González Rendón ha recorrido un camino que le apasiona, lleno de retos, satisfacciones y capacitación constante: la docencia.
Él tiene toda una trayectoria en las aulas, en especial las del ICO, donde ha permanecido por 26 años, primero como profesor, luego como coordinador hasta ser, desde hace 17 años, el director de secundaria.
El inicio de su pasión
Cursaba el tercer semestre en la Licenciatura en Biología Pesquera, cuando inició a dar asesorías y conferencias a sus compañeros, experiencia con la que descubrió la facilidad que tenía para enseñar y explicar.
Al graduarse de la UAS, por su alto promedio, fue invitado a trabajar como auxiliar en investigaciones pesqueras y, durante un año, viajó cada fin de semana a Teacapán y Barras de Piaxtla, para realizar muestreos de tiburón.
Ya era momento de pasar a la siguiente etapa, embarcarse, pero un problema de salud de su hijo, del que dependía su vida, cambió su rumbo en la universidad.
“Al salir de la universidad dije: ‘bueno, ¿qué hago?, se me facilita enseñar, explicar, ya lo traía, ya explicaba, era como un monitor de los alumnos y me voy al Colegio Robertson y dije, si la hago en ese colegio, la voy hacer’”, explica.
“En ese entonces, la educación y disciplina era gruesa y empecé a dar clases en preparatoria, de dibujo; en secundaria, de naturales. Después brinqué al Colegio Alborada, donde fui titular de inglés de preescolar a preparatoria”.
Su llegada al ICO
Manuel Cid fue director de la secundaria del ICO por 30 años y conoció a Rodrigo cuando era estudiante de la Secundaria Federal 1 y él profesor.
Él fue quien le brindó la oportunidad de ser parte de la familia ICO, al ofrecerle clases de ciencias naturales y en 1991 entró.
“El profesor Cid fue a casa de mis papás a ofrecerme 14 horas, fue un viernes y me dijo: ‘es para el lunes’, ya nos conocíamos, él trabajaba en la Federal 1 y yo estudiaba, y él me becó durante cuatro años en mi carrera”, recuerda.
Su entrada al colegio fue en el laboratorio, y a partir de que lo coordinó, inició a hacer ciencia e investigación con los alumnos, para aplicar todo lo que sabía de la biología.
Y así empezaron a trabajar en dos proyectos ecológicos que han trascendido más allá de las instalaciones del plantel.
Uno es el Programa de Enseñanza en la Ecología en el patio de la escuela, del cual se tiene una certificación a nivel nacional y se envió a Argentina.
Otro es Salvemos las playas, que fue enviado a Estados Unidos, y en el que se integró en asesoría Sandra Guido, de Conselva. Y a partir de ahí el ICO recibió una certificación como escuela verde.
Los retos y logros
Durante su carrera, el profesor Rodrigo ha tenido muchas satisfacciones como obtener, junto a sus alumnos, tres premios a nivel internacional, en proyectos de ciencias.
Entre lo más difícil, es encontrar profesores con las suficientes herramientas para trabajar con los jóvenes, en especial la disciplina, y buscar en los alumnos sus habilidades para ayudarlos a mejorar.
“Ya no solo es evaluar con un examen, lo principal son los proyectos, que el muchacho aplique sus habilidades y conocimientos, y desarrolle la comunicación, seguridad y madurez”, comenta.
“Lo difícil es que te apasiones, que ames tu trabajo, porque te estresa en todos los sentidos, más en la atención con los muchachos y el reto es ese ‘alumno problema’, cómo lo vas a sacar adelante”.
Uno de los retos que el director de secundaria se puso fue poner en un proyecto a una alumna con bajo promedio, para demostrar que sí se puede.
“Me costó mucho trabajo estar pendiente del equipo y la alumna que llevaba, más que ella demostrara que podía, y pasan el regional, el nacional y fuimos al internacional en Holanda”, describe.
“Ella hizo un buen trabajo, mejoró su promedio y su conducta, ahorita quiere estudiar medicina, eso es un cambio muy grande, que cuesta muchas horas de trabajo”.
Los cambios generacionales
En sus casi tres décadas como profesor, Rodrigo ha conocido a un sinfín de generaciones, siendo cada una especial y diferente.
“Las generaciones de años atrás podían ser indisciplinados, pero trabajaban y se dedicaban, tenían un respeto hacia el adulto, no hablemos del maestro”, menciona.
“Las últimas generaciones, los jóvenes no respetan al adulto, a sus papás les gritan, de repente aquí lo vemos y dices, cómo es posible”.
Padre de dos hijos y casado desde hace 29 años, Rodrigo considera que es de la generación de hijos obedientes, hijos tiranos, en la que se rompieron cadenas para darle todo a los hijos.
“Rompimos cadenas para darles todo, pero no les pusimos límites, hay hijos que gritan, exigen, golpean, son conformistas, no ven más allá en relación a lo que están haciendo”, dice.
“Lógico que hay sus excepciones de alumnos, sobresalientes, educados, con valores, familiares que les han inculcado valores y los límites, pero la gran mayoría son alumnos de nido vacío”.
Con respecto al avance de la tecnología en la educación, considera que no sustituirá al profesor, sino que será mixta, presencial y en línea.
Rodrigo González Rendón
Estudios: Licenciado en Biología Pesquera, Técnico en obras civiles, nivelación pedagógica y acreditación como profesor de química por parte de la SEP.
Asignaturas: ciencias naturales, química y biología.