"Viven vecinos de Cedros momentos de pesadilla; testimonios señalan lesiones e irrupciones en casas"
Y ahora que todos lo recuerdan, muchos piensan: ¿por qué no sólo se llevaron su celular y su dinero, y se fueron sin clavarle una navaja?
Ese es uno de los ejemplos de inseguridad que más ha impactado en la zona de Urbi Villa del Cedro, el caso de una joven mujer que esperaba el camión frente a la Ley Exprés cuando y fue asaltada y agredida por la mañana, cuando estaba lista para ir trabajar.
Por ello, en esta semana, más de medio centenar de vecinos se reunieron, hartos por el ambiente de inseguridad que se respira; dicen que no hay vigilancia constante ni de planta por las calles del sector, y que si los policías llegan a detener a alguien acusado de cometer crímenes, los sueltan luego.
Como el de la joven apuñalada en una de las zonas más transitadas del sector, también hay otros testimonios de pesadilla, como cuando una familia bajó de madrugada y encendió la luz de su porche y sorprendió a un par de jóvenes que se disponían a entrar a robar a la casa; o el caso de otra vecina que llegó a su casa y sorprendió a los delincuentes dentro de su casa.
En las últimas dos semanas, señala Susana, una de las vecinas, ya suman cinco hogares que han sido visitados por criminales en una sola calle.
El viernes lo vecinos convocatron a través de las redes sociales a una reunión masiva y reprogramaron para otra entre lunes y martes. Propusieron conformar un comité y emular lo realizado por los vecinos del sector de Valle Alto y sus alrededores, que no pararon hasta que la Secretaría de Seguridad Pública local reactivó el formato de casetas policiales y acondicionaron una en la zona.
Pero antes, los vecinos pudieron entablar una red de ayuda y acción, se comunicaban directamente con la Policía y tenían respuesta más inmediata. Con estas exigencias, que no se limitaron ni aminoraron, lograron que hasta diputados y funcionarios del Gobierno estatal acudieran para atender a la ciudadanía.
Toca el turno de los sectores de La Conquista y Prados.
Estos complejos, ubicados al noroeste de la ciudad, están desarollados en medio de grandes áreas en condiciones de baldío. Las principales zonas de tránsito tienen problemas de alumbrado público por vandalismo o por falta de mantenimiento.
La reunión del viernes fue inédita.
“Estamos hartos ya de tantas cosas que pasan y la policía nunca ha venido; tardan hasta una hora en llegar si marcas al 911”, recalcó Susana.
Ahi recordó cómo un día ella regresó a casa. Que su par de hijos pequeños, acostumbrados a deshacerse del calzado de inmediato a su llegada, tuvieron que salir de inmediato.
“Había cajitas abiertas, tirados y cosas que no estaban en su lugar, me di cuenta que los rateros todavía estaban arriba (planta alta); 'váyanse al carro', les dije a mis hijos, 'sálganse, sálganse'... pero me dijo la niña que estaba descalza, 'así, luego te las pones', le dije, estaba asustada, salí de la casa y avancé”, detalló.
“Le llamé a mi esposo y le conté; luego, con todo cinismo, vi como el ratero salió caminando de mi casa, sin disimular”.
Algunos de los vecinos en la reunión, coinciden en que los misms criminales sean vecinos, pero que están en problemas de adicciones a las drogas. Otros creen que son externos, que vienen qué ver con personas que aprovechan la falta de vigilancia de la Policía Municipal o los “pitazos” que dan trabajadores como albañiles, pintores o carpinteros que trabajan esporándicamente en el sector.
Otro testimonio, de una vecina de la misma calle, señala que una noche la mascota de su casa, se negaba a subir las escaleras y en la madrugada comenzó a ladrar insistentemente hacia el porche.
Los dueños de la casa bajaron sin hacer ruido y pudieron observar cómo una pareja de jóvenes, hombre y mujer, husmeaban entre las pertenencias y buscaban cómo entrar a la casa.
“Cuando prendieron el foco, los muchachos se fueron corriendo... ahora, por detalles como ese, pensamos que han comenzado a envenar a los perritos de las casas, para que no alerten”, agregó.