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Historia urbana

Wilfrido tiene 30 segundos para hacer su acrobacia

Acróbata de circo de profesión y ex entrenador de tigres, Wilfrido espera que cambie el semáforo para mostrar su destreza en una cuerda floja sobre la arteria principal de la ciudad

No es que el tiempo le preocupe, pero Wilfrido Oceguera tiene 30 segundos para hacer su acrobacia en una cuerda floja sostenida por dos postes sobre la Obregón.

Hace seis años dejó su trabajo en el circo después de que tres tigres le mordieran la pierna, pese a eso mantiene su oficio a base de las monedas obtenidas durante sus shows en los cruceros de las ciudades que visita.

Entre las avenidas Obregón y Madero, Wilfrido pone a prueba su equilibrio mental mientras camina por la cuerda, que en realidad es un alambre, retado por el retumbar de una enorme bocina con música política propia del periodo electoral, a su espalda y por el alboroto del claxon de un chofer enfurecido o de un tráiler con prisa.

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“Tengo que tener mente fuerte, no escuchar nada, te pones en blanco y así lo hago, entonces me paro, si me caigo tengo que ser rápido si no me lastimo, pero mi mente está siempre a lo que hace, si yo estoy arriba del alambre mi cuerpo ya se preparó, o sea mi mente ya le mandó las chispas y todo mi cuerpo ya sabe”, expresa.

Esa chispa en el cuerpo la comenzó a sentir desde los nueve años cuando por gusto y necesidad, moldeó su cuerpo y mente con un entrenamiento constante durante madrugadas a tardes, hasta que conoció a un cubano que lo inició en el circo, de acróbata primero, y entrenador de tigres después.

A los nueve años empecé a trabajar, pero de ahí me metí a los tigres (...) primero empecé con cinco, después empecé con 12 panteras y después iban a meter no sé si 20, pero entrené siete nada más y fueron tres los que me agarraron, fue cuando me retiré de los animales”, explica.

Acróbata de circo de profesión y entrenador de tigres, Wilfrido recuerda que la última vez que hizo shows en Culiacán fue antes de que se descontinuaran los MZ y añade que para él la ciudad tiene algo especial.

“¿Por qué ando en las calles?, porque hay algo en especial en Culiacán”, menciona.

El equilibrio no solo ha sido parte de su espectáculo callejero, durante el nudoso camino de su vida se ha prometido no influir en las decisiones ajenas a él y en cambio, percibir solo lo positivo en sus desventuras.

“Si no, no hubiera aprendido lo que sé ahora, me caí y muy duro, logré salir de la muerte, logré salir de los tigres, muchas cosas, pero cuando estoy de pie ni lo más mínimo me va a tocar”, añade.

Desde Morelia, a sus casi 50 años ha visitado toda la república, montando su pequeño espectáculo de cuerda floja, su truco en escalera y el rola bola, pero en cada uno, señala que lo importante es el equilibrio de la mente.

“Lo importante es el equilibrio mental, equilibrando la mente se puede hacer mil cosas”, dice.

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