Venados cumplió con buena temporada, sin poder cristalizarla en la final

El balance general de Venados de Mazatlán fue positivo en varios aspectos, faltando con la culminación de un campeonato.

Los Rojos del puerto avanzaron hasta la final 2023-2024 de la Liga Mexicana del Pacífico, cayendo en la serie de campeonato a manos de Naranjeros de Hermosillo.

El club de la capital sonorense confirmó su etiqueta de máximo ganador de esta pelota invernal al sumar a sus vitrinas el título 17, logro que no conseguía en 10 años, después de que se les había negado desde 2013-2014.

Mazatlán se quedó con nueve banderines en su historia, el último en la edición 2015-2016, año en que por cierto representó a la Liga Mexicana del Pacífico en la Serie del Caribe y se coronó de manera invicta en Santo Domingo, República Dominicana, por cierto, siendo ésta la última vez de un campeonato de México en dicha competencia.

Si bien la culminación de la postemporada de Venados no fue la esperada por sus jugadores, cuerpo técnico, directiva y afición, el camino rumbo a tal instancia dejó buenos momentos, así como la recta final del calendario regular.

Temporada regular

Mazatlán cerró a tambor batiente el rol normal con victorias importantes que le permitieron meterse entre los mejores cuatro de la puntuación, siendo el cuarto en la siembra con 14 puntos y esa condición le abrió las puertas de abrir en casa la fase de playoffs.

Sumaron un marca de 36 ganados y 32 perdidos en el standing global, apenas a tres triunfos de distancia del que más ganó en ese departamento, Algodoneros de Guasave (39-29).

En la primera vuelta finalizaron en el quinto lugar y terceros en la segunda mitad, con lo que les bastó para recibir la postemporada en el estadio Teodoro Mariscal a Charros de Jalisco.

A lo largo del calendario, el equipo de casa se fue reponiendo a muchas adversidades propias de este deporte, con lesiones, ausencias, rachas de juego colectivo e individual.

Pero a todas las supo sortear y librar el mánager Luis Carlos Rivera y cuerpo técnico, obviamente de la mano de la directiva encabezada por José Antonio Toledo Ortiz, Ismael Barros Cebreros y Jesús “Chino” Valdez.

Para muchos la conformación del róster incluyó varios elementos experimentados, conocidos por algunos como veteranos, los cuales al final, junto con los jóvenes, ayudaron a la organización a instalarse en las instancias finales, situación que no pasaba desde la campaña 2019-20120.

El trayecto dejó cosas buenas al club al nuevamente contar con una buena base de jugadores nacionales, algunos de ellos que se consolidaron y muchos otros, que por cuestiones de necesidad, recibieron la oportunidad y demostraron que están listos para la regularidad.

Aquí será cuestión de la directiva y gerencia deportiva de darle continuidad a esa plantilla nacional tanto en el bateo como en pitcheo, con el fin de formar una base sólida y tal vez una dinastía semejante a la que llevó a Venados a ser nombrado el “Equipo de la Década” entre 2004-2005 a 2009-2010.

Se quedan cortos

Al interior de la organización y entre los aficionados se creó un ambiente similar a lo vivido en la época dorada, luego de ir dejando en el camino en los playoffs a clubes de mucho prestigio como Charros de Jalisco y enseguida al acérrimo rival deportivo, Tomateros de Culiacán.

Con esa inercia, y buen momento, Venados se presentó a la final con el objetivo claro de ser campeones e ir a Miami a la Serie del Caribe, sin embargo, no pudo cortar una racha de tres finales perdidas ante Hermosillo, quedándose con la esperanza de volver a levantar lo que hubiera sido su corona 10 de la pelota invernal mexicana.