Amigo lector de Noroeste, para un servidor es de gran satisfacción ver a los adultos mayores en plenitud, ver que no se haga racismo humano (que llegó la mujer, que el hombre), quien llegue a ser líder que sea en bien de la sociedad.
Pero cuando se empieza a dividir a la población (es cierto que dice el refrán “divide y vencerás”), a la misma familia “algo anda mal”, porque aquí perdemos todos, y esto señores va a afectar a todo el pueblo (así lo dice la gobernanza actual), pero usted tiene la última palabra, porque su calidad de vida, quien la construye, es la propia persona.
Es cierto que cada humano tiene diferente modo de ver las cosas, las emociones son diferentes, y el llevarlas a buen puerto no es nada fácil, y más cuando creemos que lo que “me dan, etcétera, es un favor”. No amigo, usted vale mucho y su valor agregado le da más valor, así que a partir de hoy que su realidad sea la Biblia, la ciencia, y cuando reciba una instrucción vea y analice que no sea una ocurrencia de ocurrentes en el poder, solo recuerde que el exceso de pasado se traduce en depresión, el exceso de presente en estrés y el exceso de futuro en ansiedad, y cualquiera de estas alteraciones lo puede llevar a sufriente general y en alteraciones cardiacas.
El corazón junto con el sistema arterial y venoso, entre mejor se encuentre, su salud estará bien. En la mujer con tanto cambio hormonal en su vida tiene que ser más cuidadosa no solo de sus emociones sino de su actividad física, ya que a partir del climaterio, en su tránsito a la menopausia y posterior al inicio de ésta, con el paso de los años, se hace más notable la caída de los valores de estrógeno y progesterona.
El estrógeno es un factor protector que posee la mujer para regular las cifras de colesterol y de su perfil lipídico. La caída del estrógeno ocasiona, de forma general, un incremento del colesterol total y un cambio en el perfil de las lipoproteínas con un incremento del colesterol LDL (colesterol malo) y una disminución del colesterol HDL (colesterol bueno). Esta situación coincide con una tendencia también de aumento de peso corporal a expensas de un incremento en el porcentaje de la grasa corporal.. el incremento de la circunferencia abdominal, hipertensión arterial, intolerancia a los hidratos de carbono con glucemia basal alterada o la aparición de diabetes tipo II, lo que facilita las enfermedades coronarias y cerebrovasculares.
La menopausia está muy relacionada con el incremento de los factores de riesgo coronario y a la enfermedad cardiovascular, sobre todo, con las cardiopatías isquémicas, uno de los factores es la relación que existe entre la edad y sexo, con la incidencia y mortalidad de la cardiopatía isquémica. Se ha demostrado que mientras la mujer menstrúe tiene un factor protector extra en comparación con el hombre.
La protección en la mujer con respeto a cardiopatías con relación con el hombre, es mayor en ellas, por ejemplo los estrógenos han adquirido en los últimos años mucha importancia por lo mucho que se ha descubierto en sus beneficios. A nivel de endotelio actúan produciendo vasodilatación y dentro del vaso tienen una acción saludable sobre la ateroesclerosis. El efecto dilatador en uno de sus efectos rápidos y se debe a que aumenta la síntesis de óxido nítrico y arginina. A más largo plazo aumenta el crecimiento endotelial y disminuye la proliferación de célula muscular lisa y de forma indirecta tiene efecto sobre la microcirculación con efectos antitrombóticos.
En el sexo femenino, cuando empieza el declive hormonal, entre los 40 a 50 años en promedio, comienza a desarrollar enfermedad coronaria de una manera acelerada, ya que antes se autoprotegía por los estrógenos. También la disminución de estrógenos conduce a la vasoconstricción a partir de la menopausia. El hombre tiene una mayor incidencia por tener más andrógenos que estrógenos.