Sistema cardiorrespiratorio

MEDICINA DEL DEPORTE
08/05/2025 03:00
Amigo lector de Noroeste, el hablar del sistema cardiorrespiratorio no es otra cosa, que el funcionamiento del pulmón y el corazón principalmente, estos dos órganos deben trabajar a la par y si lo hacen de forma fisiológica serán parte de una buena calidad de vida

Amigo lector de Noroeste, el hablar del sistema cardiorrespiratorio no es otra cosa, que el funcionamiento del pulmón y el corazón principalmente, estos dos órganos deben trabajar a la par y si lo hacen de forma fisiológica serán parte de una buena calidad de vida, el corazón de manera normal debe latir en promedio setenta veces por minuto, y si en un adulto se tienen en promedio cinco litros de sangre, esto quiere decir que cada latido del corazón “bombea” 71 mililitros de sangre por latido, luego entonces un corazón (en el adulto) su frecuencia normal va a ser de 60 a 80 latidos por minutos, esta normalidad cambia en niños desde la concepción hasta preescolares, en la tercera edad o más el cambio de frecuencia cardiaca no es significativa.

Para el pulmón, su trabajo está en la respiración, y su función principal es el intercambio gaseoso, de bióxido de carbono y oxígeno.

La actividad física es un factor importante para el buen funcionamiento de estos órganos, es por esto que el perfeccionamiento de la activación de las funciones del sistema cardio respiratorio durante las actividades de la vida diaria o en el caso de deportistas durante el entrenamiento físico intenso se le vincula con el aumento de la sensibilidad y la resistencia a unos factores y disminución a otros, con determinado carácter de interacción en los contornos de regulación.

En el funcionamiento fisiológico del sistema cardiorrespiratorio, también es determinante el sistema nervioso, donde este es el que trasmite la señal de los diferentes déficits a lo que es sometido el cuerpo, y ante esto se manda la “señal” a los pulmones y corazón y así llevar la sangre oxigenada a donde se necesita. Ante esto se complementa por una impulsión libre desde la zona motora de la corteza cerebral que da “copias de señales” de los movimientos libres de la musculatura respiratoria. Los últimos se encuentran con impulsos aferentes espontáneos para la musculatura respiratoria del tronco cerebral a nivel de neuronas espinales de las unidades motoras de los músculos respiratorios. Donde una determinada integración de tales influencias de activación forma un nivel de ventilación alveolar que asegura la homeostasis respiratoria de la sangre arterial.

Cuando el sistema nervioso, el pulmón y el corazón, no trabajan en forma sincronizada, se da lugar a alteraciones que repercuten en la fisiología de trabajo del sistema cardiorrespiratorio, lo que complica un accionar tanto de las acciones de la vida diaria como de la actividad físico deportivo del individuo.

La desincronización de estos impulsos deprime la respuesta respiratoria y su concordancia con la respuesta circulatoria. En la actualidad se han observado complejos de formaciones de receptores especiales en los pulmones y las vías respiratorias que participan tanto en la función del manejo de la ventilación como en su coordinación con el funcionamiento no solo del sistema cardiovascular y otros sistemas viscerales, sino también del sistema motor.

El buen funcionamiento del sistema cardio circulatorio nos lleva a la optimización, y esta está dirigida a la economía energética de alta ventilación pulmonar. Su otro eslabón en el contorno de autorregulación de la respiración es el decrecimiento de la sensibilidad de los receptores de distensión de los pulmones. Esto crea las condiciones para el aumento del nivel crítico de la ventilación (economía de su costo energético) y la elevación de la eficacia de la compensación respiratoria de la acidosis metabólica.

Durante el entrenamiento intenso cobra singular importancia la especialización de las influencias neurógenas y el ajuste de la sensibilidad química para la regulación precisa de la compensación respiratoria de la acidosis metabólica.

Cuando se somete al individuo a la actividad física debe haber una adecuación a los cambios propios del trabajo físico a los que es sometido al entrenado, por lo que es necesario el mantenimiento del nivel individual óptimo de la sensibilidad de las respuestas cardiorrespiratorias a los estímulos adecuados con su acción recíproca, potencial que garantiza las respuestas y estabilidad correspondiente.