Arnoldo Topete, el doctor de Escuinapa al que la revista Forbes ve como una personalidad de la medicina
ESCUINAPA._ La admiración por su padre, el cirujano Arnoldo Otoniel Topete Toledo, y la educación que recibió de maestros del municipio, lo han llevado a ser hoy uno de los cirujanos plásticos reconstructivos más reconocidos en el País.
Arnoldo Otoniel Topete González apareció hace unos meses en la revista Forbes como una de las personalidades importantes en materia de salud, y cerca de su nombre, su sitio de nacimiento: Escuinapa, la “patria chica” a la que presume a cada lugar al que va.
El joven médico recuerda con precisión el día en que decidió ser cirujano para mejorar el aspecto físico de las personas, apenas tenía 6 años.
Su padre, médico cirujano del Hospital General, había llegado a casa y habían conversado sobre un fuerte accidente en la zona del Valle.
Ese día, recuerda, había una disyuntiva entre cirujanos, una joven de 20 años, madre de familia, jornalera originaria de Oaxaca, tenía prácticamente mutilada su mano.
Un cirujano apostaba por amputar la extremidad, y su padre porque la conservara, y aunque su turno había terminado, decidió hacer la cirugía y el resultado fue exitoso.
“Cuando mi papá llega y me cuenta, me impresionó mucho, tenía 6-7 años, mi papá decía que cómo se la iban a quitar, si era una mujer joven de 20 años, el otro cirujano le decía que ‘no tenía caso’, ‘si tu opción es cortarla, me meto a operarla ahorita’; le salvó su mano, ese caso me marcó y entonces pensé en lo que quería estudiar y ser, cirujano plástico y reconstructivo”, expresa.
“Un accidente siempre es un evento traumático, es un día que no se te olvida, no se te olvida que el niño se agarró el dedo con la puerta, bajó el pie queriendo frenar con la bicicleta y se llevó la uña, cuando llega un doctor que te dice ‘no hay nada qué hacer, hay que quitarlo’, es muy fuerte, o cuando llega alguien más y te dice ‘no te preocupes, vamos a reimplantar el dedo, vuelve mano al cuerpo’, es lo que más me gusta, tener capacidad de decirle paciente, hay que hacer todo lo que se pueda, es darle una oportunidad”, señala.
En el municipio los accidentes de bicicleta que le tocaba ver cuando era niño, han cambiado por accidentes relacionados con trabajos en los empaques o motocicletas.
En esos casos ha compartido quirófano con su papá, pero además él se ha convertido en un entusiasta médico que ante estos percances, le llaman y hablan de cómo puede ser la cirugía del caso que se le está presentando, y así evitan una mayor pena a los pacientes que pasan por situaciones como éstas, señala.
Formación académica
Si algo recuerda con cariño el doctor Topete González es su paso por las instituciones del municipio, a sus maestros, a quienes agradece como parte del éxito que goza como profesional.
“Estudié aquí en el Instituto Cristóbal Colón, luego COBAES, ya de ahí medicina en el Tec de Monterrey, Campus Monterrey, me vine a hacer un año de servicio a Teacapán en 2011”, explica.
Como profesores tuvo a Jenny Rodríguez, Bárbara Quevedo, Eligio Díaz, Hildeliza Prado, Polo Lizárraga, Ramón Rivera.
A cada uno de ellos expresa su agradecimiento y demuestra el gran orgullo por haberles tenido como tutores.
“Cuando me preguntan que Escuinapa no tiene armas educativas, creo que tiene armas de más, tiene excelentes maestros, aquí estudié inglés, música, deportes, concursé en ajedrez, en tenis estatal, mi hermano y yo jugábamos en tenis, sí hay armas, tenemos buenos maestros, solo es que quieras aprovechar tardes, ir a inglés, ir al tenis, aprender música”, expresa.
En 2011 regresa a Escuinapa para realizar su servicio en Teacapán; en 2012 se fue a la especialidad de Cirugía General en el Hospital Regional de Ciudad Madero de Pemex, ahí se tenían todos los recursos para hacer cirugías y tenía excelentes maestros.
Ese año, como jefe de residentes, aplicó para la subespecialidad de Cirugía Plástica Reconstructiva, y logró uno de los tres lugares disponibles, de 70 que aplicaron para la prueba.
En 2015 inició su primer año de alta especialidad en el Hospital de Picacho, en la Ciudad de México, en donde estuvo cuatro años para completar su formación.
También estuvo en el Hospital de Pediatría donde realizó cirugías de labio leporino y paladar hendido, cuestiones congénitas de la mano, cirugía craneofacial.
De ahí pasó al Hospital de Lomas Verdes, que es uno de los que maneja más traumas, ahí destaca que se hacían muchas cirugías de reconstrucción facial a pacientes que habían chocado en motocicleta, sin casco, que iban destruidos de sus caras.
Después vino el Hospital Juárez de México, donde le tocó recibir en algunas ocasiones pacientes de Escuinapa, ahí se hacía mucha cirugía oncológica, el último año le preguntaron en qué quería especializarse, donde se decantó por lo que le apasiona, señala.
“Les dije que me interesaba la microcirugía, me dijeron ‘el mejor cirujano está en Corea del Sur, por qué no te vas’, me voy con mucho gusto, ‘te están esperando en Corea del Sur’, me fui al Hospital de Hyundai, donde se hacían reconstrucciones con microcirugías, reconstrucciones complejas no se hacen tan frecuente en México”, expresa.
Aunque la gente asocie que ser cirujano plástico reconstructivo tiene que ver con el cambio que puede hacer estéticamente a las personas, ésta solo es una parte de lo que se hace, el mayor trabajo lo tiene en el tema de la cirugía reconstructiva, más que en la cirugía cosmética.
“Que si la cirugía plástica tiene 10 tomos, nueve son de reconstrucción y solo uno de cirugía cosmética, los retos son más en la cirugía reconstructiva que en la cirugía cosmética”, dice.
Su fuerte, lo que considera le apasiona, es la reconstrucción de extremidades inferiores, en ese tema ha tenido que enfrentar retos profesionales, así le tocó operar al director de fotografía de la bioserie Luis Miguel, era la cuarta opción de la persona.
Vivió una cirugía compleja en una de las extremidades de esta persona, ya había visto tres cirujanos con diferentes opciones, finalmente le otorgó la confianza y ahí está, con esa nueva oportunidad.
“Siempre hay que ver los pros y contras, y a la hora en que entras a un quirófano hay que entrar con todo a favor, no con todo en contra, es mejor entrar 11 contra cinco y siempre somos los 11 para que el paciente tenga la mejor posibilidad”, asegura.
Como hombre de ciencia, su lado espiritual lo mantiene como una persona congruente y determinada, expresa.
“Soy católico, siempre que me encuentro en aprietos en quirófano, pienso Diosito, ayúdame dame la sabiduría para tomar la mejor decisión para el paciente’, y afortunadamente me han ido bien”, precisa.
En su carrera profesional considera que ha tenido por lo menos 10 cirugías complejas, difíciles de resolver, pero le ha ido bien a sus pacientes y han tenido resultados positivos.
Escuinapa de su corazón
Ser sinaloense y escuinapense es algo que presume a donde va, comenta Topete González.
Sus cartas de presentación, dice con orgullo, son todas las bondades de esta tierra y sus personajes, como Pedro Infante, Lola Beltrán, y todos los músicos que van triunfando en el mundo.
Le agrada que en su pueblo aún se pueda transitar por las calles sin problema, pasar las tardes dando la vuelta en bicicleta o ir a casa caminando sin riesgos, o pescar en Teacapán, como lo hacía con su tío abuelo, Luis Alberto Topete.
O reunirse con sus amigos, a quienes todos los días saluda vía WhatsApp estando cada uno en diferentes partes del mundo, y que cuando están juntos solo piensan en ir a pescar.
Sus amigos más cercanos son Óscar Murúa, Diego Ávila Macías, Jorge Hangis, Jorge Simental Echegaray y el cirujano maxilofacial Roberto Prado Adachi.
Como buen escuinapense, cada vez que viene al pueblo desde de la Ciudad de México aprovecha para conseguir paté de camarón, galletas de corazón, que son sus preferidas, y tamales de picadillo, para llevárselos a la capital del País.
“De extrañar, no, porque vengo cada mes, me gustan las galletas de corazón, me encantan, tamales de camarón de picadillo, paté de camarón, me llevó en hielera, comida es lo que me llevo, lo que más extraño es la comida, la preparatoria la viví muy bonita, 100 por ciento la haría de nuevo, tengo fortuna que conservo a todos mis amigos”, explica.
Destaca que otra cosa que hay que presumir de Escuinapa es el recurso humano que sobre sale en la actualidad en el campo de la medicina, como su amigo Roberto Prado Adachi, jefe de Cirugía Maxilofacial en el Hospital General de Mazatlán, de su hermano Luis Alberto Topete González, que es Cirujano Bariatra y Endoscopista, de Andrés Romo, que con sus diseños en Italia lleva también un pedazo de su tierra al mundo.
Todos han salido a otras partes del país o del mundo con una formación académica y cimientos que recibieron en su municipio, por eso presumen con orgullo el lugar donde nacieron.
Su papá, su orgullo
Para el cirujano plástico y reconstructivo, su papá Arnoldo Topete Toledo es la persona que más admira, de manera personal y como médico, pues es un profesional que sigue aprendiendo, que ahora lo consulta buscando siempre los beneficios para sus pacientes.
En la familia todos se han dedicado al tema de la salud, pues considera que es debido a la admiración que sienten por su papá.
Su hermana mayor, Mireya, es ginecóloga; su hermano Luis Alberto, cirujano bariatra; su hermano menor, César, es periodoncista; y él es cirujano reconstructivo, y todos buscar hacer lo mejor de su labor en el ámbito de la salud.