Aunque las cosas han cambiado, los carteros siguen siendo mensajeros importantes para Escuinapa
ESCUINAPA._ De centenares de cartas a sobres de empresas o paraestales, los carteros siguen siendo mensajeros importantes para la ciudad.
En décadas muchas cosas han cambiado en el municipio, el crecimiento ha sido importante pero antes las cartas y, hoy, los sobres, siguen entregándose en bicicleta.
Y si alguien conoce de esta labor es Joel Alfredo Crespo Castillo, quien creció entre sobres, cartas y paquetes, al observar a su papá Joel Crespo Corona realizando esta labor.
“Tengo un año, entre el 1 de abril de 2024 en Mazatlán, después vino el cambio para acá. La gente te trata bien, sientes placer porque te dicen ‘tu eres el hijo del cartero, que bueno que siguen con esa labor’ y me gusta”, expresa.
A él le tocó ayudar de niño ayudar a su papá a acomodar cartas que se entregarían, pero siendo cartero dónde todo se mueve a través de correos electrónicos, ya no le toca entregar ese tipo de correspondencias.
Lo que llevan son sobres de empresas, de energía, de paquetes diversos, pero no cartas.
A veces la gente ni quiere esa correspondencia, les señala que no quieren guardar papeles, ellos de todas maneras se los dejan, no pueden llevárselos de regreso.
Desde hace tiempo entregan también los recibos de energía, cuando se ha suspendido el servicio por horas, entonces los que reciben son ‘mentadas’, dice Joel Alfredo, ya lo único que dicen es que no son trabajadores de esa empresa.
Joel Alfredo recorre las colonias Centro, Emiliano Zapata y otras más en bicicleta, es más rápido que otro vehículo, es más práctico, indica.
Esa bicicleta se los ha adaptado Correos de México, para que puedan llevar paquetes y sobres a entregar y es en lo que se mueve, igual que su papá, ya son los dos carteros que se tienen.
Y es que todo ha cambiado, precisa también, Nieves Ontiveros quien es auxiliar de correos.
De tener alrededor de 150 de cartas en semana para entregar hace 40 años, hoy son paquetes o miles de notificaciones de empresa de teléfono, de energía, de banco o despachos judiciales.
De ser 7 empleados, hoy son 3 pero ahí siguen, esperando y apoyando a la gente que quiere mandar algo como doña Eleuteria.
“Aquí mando, es más barato, es para mi nieto, camarones, chicharrones, nopales...lo tengo chiqueado”, dice la señora mientras es auxiliada por Nieves.