Aunque ya no está, el recuerdo de don José Roberto siempre hará sonreír a doña Natividad
ESCUINAPA._ Hace seis años que don José Roberto Romero no está presente físicamente pero la historia que vivió con él, siempre la hará sonreír, señala doña Natividad Isiorda.
Y puede contarla mientras da un trago a una bebida ambarina, un gusto que compartían.
“Esto es lo que me dejó, este gusto”, dice la señora de 87 años, mientras ríe a carcajadas.
Una vida de más de 50 años juntos merece ser contada, eso sí, recalca, aún no quiere acompañarlo, pero sí disfruta de visitarlo en el Día de Muertos.
Señala que se conocieron cuando los dos tenían 25 años y detrás de ellos una historia de un matrimonio previo, ella llego de Nayarit buscando trabajo.
Tenía un hijo pequeño y mientras trabajan en los ranchos salineros, ella como cocinera y él en uno de los ranchos, coincidieron y después de un tiempo se casaron.
Su hijo lo consideró siempre su padre y después llegaron 8 hijos más, indica.
No hay felicidad completa en un matrimonio, los colores siempre serán distintos pero considera que lo volvería a escoger de pareja.
Siempre se pregunta sobre como lograron coincidir, después de que nacieron en estados distintos pero así es la vida, precisa, hoy celebra un encuentro desde otro plano.
“Si lo extraño, a veces veo su foto y peleó con él o cuando me voy a dormir y me desvisto le digo ‘¿ya me estás viendo verdad? Fueron muchos años de vida juntos, “, dice.
Hoy don Roberto no está, en la cripta que les prestaron, está su fotografía tejiendo una atarraya, espera pronto llevarlo a un espacio que es de ellos, señala doña Natividad, pues su esposo lo merece