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"Don Lucio Alduenda"

"‘Cuando llega la noche el panteón está en calma...’"

"El hombre de 93 años, que trabajó como enterrador 32 años en el Panteón ‘Benito Juárez’, dice que los muertos duermen en paz y descarta historias de ultratumba"
02/11/2016 22:39

ESCUINAPA._ Mejor conocida entre los lugareños como “la calle del último adiós”, la Gabriel Leyva es la que lleva hacia el Panteón Municipal “Benito Juárez”, donde los deudos despiden los restos de sus seres queridos.

En este camposanto, que según la fachada fue construido en 1962, desde el Siglo 19 ya se enterraban cadáveres donde la gente quería, pero con precaución, dice don Lucio Alduenda, quien trabajó como enterrador en el lugar durante 32 años.

Este panteón tiene muchos más años de lo que dice la fachada. Aquí desde hace mucho tiempo la gente venía a enterrar a sus muertos, porque aún no se hacían las tumbas, no había calles, el monte estaba muy crecido. En aquellos tiempo, la gente era más precavida, a veces ni se acababa de limpiar para el Día de Muertos del monte que había alto”, comenta.

Don Lucio, de 93 años de edad relata que cuando cae la oscuridad, al panteón lo cubre un velo de calma, contrario a lo que se piensa.

Aquí no me pasó nada fantasmal, todo es muy tranquilo. Yo no escuché nada de ruidos. Antes de ser panteonero, afuera del panteón había un árbol de guamúchil muy grande y alto, ahí colgaban a personas, algunas de ellas eran de Escuinapa, otras eran de otro lado”, recuerda.

Ahorita tengo 93 años, inicié a trabajar cuando tenía 60 años, recuerdo muy bien que el panteón llegaba hasta la Ganadera. Era un monte. Yo creo que hay personas enterradas por donde pasa la calle. Este panteón está desde 1906, o a lo mejor tiene más años. A mí me platicaban que aquí traían a los muertos y los enterraban, hay muchas tumbas que no están alineadas”.

Una de sus anécdotas es cuando a lo lejos creyó ver a una persona que traía un sombrero y se movía, y aunque sintió miedo, tomó un cuchillo y al acercarse al lugar, no era nadie, era solo una tumba cuya cúpula tenía la apariencia de un sombrero.

El ex enterrador descartó una de las leyendas urbanas del municipio, la del “Vampiro de Escuinapa”, en la que la gente contaba que el doctor Eligio Díaz salía de su tumba por las noches y asustaba a la gente.

Esa leyenda fue una mentira, todo nació porque un día la tapadera estaba abierta, pero fueron unos ladrones los que quisieron robar algo, pero no encontraron nada. Yo recuerdo que a él lo enterraron como en 1956, entonces la gente creyó que había salido el médico Eligio Díaz, no había nada, el difunto estaba hasta abajo, y de ahí nació la historia de que era vampiro”.

A pesar de lo que la gente cuenta del panteón municipal de Escuinapa, don Lucio, un hombre que le pone sazón a sus historias, asegura que a la muerte se le debe de tener respeto, que los muertos duermen tranquilos a pesar de que se dicen que vienen a visitar a sus seres queridos. Tampoco cree en la brujería que supuestamente se practicaba en el panteón, y dice que esas cosas se llevan en la mente.

A don Lucio le quedan más historias que contar sobre su trabajo en el panteón, donde ha enterrado a cientos de escuinapenses, entre ellos niños, jóvenes y adultos.

Han pasado muchas personas por este panteón, niños, jóvenes y adultos, he enterrado a cientos, no recuerdo la cantidad, pero sé que descansan en paz”.

 

Han pasado muchas personas por este panteón, niños, jóvenes y adultos, he enterrado a cientos, no recuerdo la cantidad, pero sé que descansan en paz”.

Don Lucio Alduenda

 

Ex enterrador en el Panteón Municipal “Benito Juárez”.