"Dámaso Murúa ya está con El Güilo Mentiras"
ESCUINAPA._ A Escuinapa, Dámaso Murúa Beltrán, el creador de "El Güilo Mentiras", el personaje que puso a la Perla Camaronera en el firmamento de la literatura popular, siempre lo tuvo en su corazón.

En cada una de sus historias, este pueblo donde la bicicleta es una extensión del cuerpo, Florencio Villa alias "El Güilo Mentiras", lideró las emociones, algunas gastadas, otras empíricas, de sus habitantes.
"Dámaso Murúa se encontró ya con Florencio Villa, "El Güilo Mentiras", con ese personaje con el que hizo una dualidad que algunos no sabían que no eran la misma persona", manifestó el cronista de la ciudad, Gilberto López Rodríguez.

Expresó que el escritor, quien nació en 1933, salió del municipio a la Ciudad de México con 18 años de edad, después de haber cursado la academia "Rojas Castro".
Se fue a perfeccionar sus conocimientos de taquimecanografía, a bordo del ferrocarril, mismo medio en que empezó a enviar sus libros.
En 1964 empezó con el libro "12 relatos escuinapenses", en 1966 siguió con "Mineral de los cauques" que hace referencia a Rosario, después continuó con "Colachi".
Como funcionario de Banpesca tenía que venir de manera frecuente al municipio, recorrer los esteros y charlar por largas horas, bajo un almendro con Florencio Villa, alias "Güilo Mentiras".
Así surgió el libro, de historias de este pescador, un personaje al que describió de manera clara en sus relatos, dijo López Rodríguez.
"Todo lo que escribía era con amor, con pasión de la localidad, asumiendo una dualidad con 'El Güilo Mentiras', se contagió de él", señaló el cronista.
Dámaso amaba a su tierra, pero también tuvo decepciones, una era que sus libros que eran enviados por ferrocarril no se vendían, de 500 ejemplares sólo tenían venta 50, el resto se regresaba a la Ciudad de México.

Su labor como escritor fue reconocida hasta el séptimo libro, pero le animaba saber que al argentino Jorge Luis Borges, antes de ser célebre en su País, obtuvo primero reconocimiento en París.
Le enorgullecía, dijo López Rodríguez, que el escritor argentino le contara que era con los relatos de "El Güilo Mentiras" como se dormían sus hijos.
El cronista dijo que por sus ideas socialistas, el escritor se negaba a recibir homenajes, así desdeñó el del Premio Sinaloa de las Artes, en el Gobierno de Jesús Aguilar Padilla.
Sí aceptó un reconocimiento que le otorgó en la década de los 70 el Gobierno local en una celebración de su decreto como municipio, pero su discurso fue como lo hubiera hecho Florencio Villa.
López Rodríguez dijo que el escritor dejó un libro de relatos sin comercializar y fue entregado a sus amigos, ése aún se tiene como joya en algunos hogares del municipio.