Eduardo Redondo Arámburo, un escuinapense ejemplar por el mundo
ESCUINAPA. _ Era el verano de 1956 cuando en una vivienda de este municipio nació Eduardo Redondo Arámburo, el niño que vivía cerca del mar, que admira a su madre, a boxeadores locales y a los héroes que defendían a su patria, entre lo que están su abuelo y bisabuelo.

El niño que por sus buenas calificaciones visitó al Presidente Gustavo Díaz Ordaz, sin imaginar que en algún momento estaría en el mismo Palacio de Gobierno, con una destacada trayectoria profesional para llegar a ser Almirante, mismo que lo llevó a fungir como Subsecretario de la Marina Armada de México.

“Fui junto con Ana Silvia Guadalupe Rodríguez Páez a ese viaje, con otros niños del Estado, fue por un examen de conocimiento que ganamos ir a ese viaje, conocí el Museo de Antropología e Historia”, recuerda.

Esta no era la primera vez que salía del municipio, ya lo había hecho desde los 6 meses de edad hasta los 6 años, cuando por diversas razones su familia se tuvo que ir a vivir a Mexicali, donde no la pasaron fácil y donde dejaron a su abuelo Rodrigo Arámburo.

Habían sido años difíciles en el valle de Mexicali, hacía calor intenso y estuvo a punto de morir por ello, a los 6 años volvió al municipio, volvieron todos a ese reencuentro con sus bisabuelos.
Sin embargo, fue ese viaje a la Ciudad de México el que le mostró cuál era el camino para destacar, para salir adelante, para tener recompensa y era estudiar, afirma. Y también ser competitivo, destacar, para ello su formación educativa en la Primaria José Natividad Toledo era sólida y recuerda de manera perfecta a esos maestros que no solo alimentaron su intelecto, sino también sus emociones, motivándolo siempre.

“Ahí estaba la maestra Felícitas León, Graciela Betancourt, Ismael Padilla, Juana María Hernández, después en la Secundaria Dr. Eligio Díaz el Profe Machado, Jesús Castro Virgen, Josafat Lara”, recuerda.

Fueron ellos quienes los impulsaban a destacar, a buscar ser y hacer más, quienes lo enseñaron a leer, pero también a tener convicciones, recuerda la pasión con la que el profesor Ismael Padilla les hablaba de historia, los llevaban a transitar en su mente por esos caminos de los Héroes de la Patria.
Son parte de su influencia de vida y lo agradece pues también en esa primaria y secundaria se forjaron amigos que se conservan aun, siendo la única secundaria que existía, llegaban a clases niños de de las comunidades como Palmillas, Teacapán, así conocía parte de lo que es su municipio.

Eran esos amigos con los que iba en bicicleta hasta La Estacada a comer un marisco o a capturar jaibas, a conocer que había un horizonte más allá de los cerros, entre el mar y con el que se encontró cuando salió de la secundaria y llegó a Veracruz buscando entrar a la Heroica Escuela Naval Militar.

Pasó los exámenes, pero ahí también empezó otra parte de su historia, el ganar un sitio dentro de la institución, ser recordado, ser competitivo, las herramientas las llevaba, indica.

Llegar no era fácil había una serie de exámenes qué responder, físicos, psicológicos, académicos, pero lo consiguió, empezó a destacar con sus calificaciones y eso lo hizo sentir orgulloso.

“Para llegar a ser grande o tener algo de éxito tiene que haber esfuerzo, constancia, dedicación y como dice el campeón Julio César Chávez: ‘hay que tener hambre de llegar a ser alguien, de triunfar’, creo que eso ocurre cuando debes sortear tantas situaciones”, expresa.

Su paso por la Heroica Escuela Naval lo llevó a conocer el mundo, a una China con atrasos, muy distinta a lo que es hoy una nación poderosa, un sur del continente americano, un recorrido en el buque escuela Cuauhtémoc emulando el viaje de Cristóbal Colón y hasta conocer la docencia para formar a los nuevos defensores de la Patria.

SUS HÉROES
El Almirante Eduardo Redondo Arámburo tiene en su memoria decenas de historias para contar, para ir en un viaje por el mundo, pero su raíz esta en ese sur del estado, donde vivió su infancia y adolescencia.

Y cuando se le pregunta por personajes admirables, la más grande es su madre Balbina Arámburo, que formó e hizo grande a tres hijos, Alfredo, Arturo y a él, que era el más pequeño.
“Admiro a mucha gente, que, con su esfuerzo, dedicación, tesón, lograr salir adelante, admiro a mi madre que sacó adelante a tre hijos, al campeón Julio César Chávez, a los campeones de mi pueblo, los boxeadores Zovek Barajas, Víctor ‘Pajarito’ Plascencia, a Agustina Ramírez quien tristemente murió en la pobreza, pero entregó a sus hijos a la Patria”, expresa.

Es admirador del General Antonio Rosales, de quien se sabe a la perfección la descripción hecha por Ignacio Ramírez, que habla de su valentía y como enfrentó a los franceses para defender su País.

Aunque practicó de adolescente el volibol y el basquetbol, el Almirante muestra sin decirlo, la influencia del box en su vida, mismo que lo llevó a tener peleas amateurs.

La admiración, sus héroes son sus bisabuelos Don Pedro Cristerna Echegaray, el Coronel Modesto Cristerna, quien fue parte de la historia al pelear contra el Tigre de Álica; su tío Germinal Arámburo Cristerna, su abuela Adela Cristerna Cruz, su bisabuela Agripina Cruz, a quienes ha honrado en su vida personal y profesional.

Redondo Arámburo piensa en su patria, a la que juró defender cuando se gradúo en la Heroica Escuela Naval Militar pero también piensa en su pequeña patria, en su estado, en la que la gente produce alimentos para un país, que es amable y directa, del que siempre se ha sentido orgulloso.

Este miércoles recibirá el galardón como ‘Sinaloense Ejemplar’, en esa distinción va impresa no solo su historia, sino la que lo han forjado desde su nacimiento en Escuinapa hasta su paso por el mundo.

Donde su buque, pese a las tempestades y mar embravecido a veces, ha logrado llevarlo siempre a puerto seguro, por el trabajo en equipo, como se debe trabajar siempre, un equipo que el pequeño Eduardo Redondo Arámburo tuvo con un Capitán fuerte que fue su madre Balbina, sus abuelos, tíos, sus maestros, aderezados después con la familia que formó.

Hoy está descansando del mar, pero siempre ve al horizonte, disfrutándolo.
El reconocimiento ‘Sinaloenses Ejemplares’ fue instituido en 2006 por decreto gubernamental, busca reconocer a sinaloenses en el país o el extranjero que son ejemplo y enaltecen al estado.

“Admiro a mucha gente, que, con su esfuerzo, dedicación, tesón, lograr salir adelante, admiro a mi madre que sacó adelante a tre hijos, al campeón Julio César Chávez, a los campeones de mi pueblo, los boxeadores Zovek Barajas, Víctor ‘Pajarito’ Plascencia, a Agustina Ramírez quien tristemente murió en la pobreza, pero entregó a sus hijos a la Patria”
Almirante Eduardo Redondo Arámburo
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