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Día del Padre

‘El Nacho’ comparte con sus hijos la tradicional venta de tacos dorados en Escuinapa

Hace 33 años, “El Nacho” inició con la venta de tacos dorados de camarón, aunque él no quería que sus hijos se dedicaran a este oficio, fueron ellos quienes pidieron ayudar en el negocio familiar

ESCUINAPA._ Dos cosas apasionantes se conjugaron en la vida de Ignacio Maldonado Morales para dar sentido a su vida, la paternidad y el continuar con una herencia familiar.

“El Nacho” o “El Moreno” como es llamado, inició con su negocio del platillo más representativo del municipio: los tacos dorados de camarón, junto con la creación de su familia y el ser papá.

“Tenía 20 años, estaba casado, no había estudiado más que hasta preparatoria así que una opción fue hacer tacos dorados, ya sabía cómo manejar el negocio, cómo hacerlos y ya han pasado 33 años, mi primer hijo tiene 32 años”, relata.

Su opción de vida para mantener a una familia lo han mantenido vigente en el gusto de los escuinapenses, pero hoy el negocio cuenta con la participación de sus tres hijos, Óscar, Diana y Omar.

Como padre no quería verlos dedicados al negocio, que es una tradición heredada en la familia, por lo que no fueron obligados a participar, pero cuando estudiaban decidieron formar parte de ese trabajo en equipo.

Ya los mayores tenían 20 años, eran universitarios y con la posibilidad de tener un empleo distinto y ganarse un salario, sin embargo, decidieron también ayudar en el trabajo a su papá y a su mamá Gabriela Moreno.

“Pues fue también una vocación yo creo, no es un trabajo que quería que siguieran, porque es una jornada pesada, estar mucho tiempo en lo caliente para freír, pero ellos ahora ayudan en la repartición, en el trabajo”, expresa.

Todos ayudan dentro del tiempo que pueden, pues no dejaron de lado sus actividades profesionales, apoyan en el tiempo que se les permite haciendo la repartición de los tacos a diversos puntos de la ciudad.

El menor es el único que se mantiene en casa, pues los mayores ya se casaron y lo hicieron abuelo, todos le hacen sentir orgullosos, manifiesta, pues siente que como padre ha cumplido cuando los ve ser personas de bien.

“Es muy bonito ser padre, es una emoción que siente uno cuando los ve...y los nietos también se quieren mucho”, dice Nacho.

Es corto para expresarse, indica, pero no hace falta que su voz relate el orgullo que siente. Entre lo ajetreado de servir los tacos dorados, hace una pausa y ahí es donde se refleja la emoción de tener hijos, de verlos independientes.

Ahora solo recorre el mundo con su esposa, precisa Nacho, a sus hijos ya los preparó para volar y ahí esta el significado de ser un padre presente.

Salvo Omar que detuvo sus estudios de fisioterapia por la pandemia del Covid-19 y que reiniciará este año en la Universidad, Óscar y Diana ya son totalmente independientes y han formado su familia.

Han sido más de tres décadas de crecer y aprender juntos como familia, de celebrar ser papá e hijos, de disfrutar a los nietos y aún faltan muchas historias por acumular, señala.

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