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"CALLE FRANCISCO PÉREZ"

"Están vecinos rodeados de agua sucia y pestilente"

"Los trabajos están detenidos por falta de presupuesto, señalan"

ESCUINAPA._ Casi un mes después de que fue abierta, el tramo de la calle Francisco Pérez, entre Paz y Miguel Hidalgo, mantiene a los vecinos atrapados entre el agua de lluvia y drenaje que se ha acumulado en una obra en la que no ven avances, manifestaron.

“Empezaron a tumbar todo, me hicieron el hoyo hasta la casa, le dije al ingeniero y me dijo que no nos perjudicaba, ahora estamos con el drenaje y agua tirándose”, dijo Ramona Rojas.

Desde el 26 de junio que iniciaron la demolición de la calle, empezaron mal quienes están a cargo de los trabajos, indicaron, pues duraron una semana para recoger el material que estaba obstruyendo sus casas.

De esa semana en que recogieron el material y dejaron banquetas prácticamente ‘volando’ no han regresado, el agua de lluvia se quedó estancada en el lugar, acumulándose en ella agua potable y de drenaje.

Pues hay tomas que no quedaron bien o con la tubería rota de agua potable y la poca agua que cae se está desperdiciando día y noche, manifestaron los vecinos, no hay ni por dónde pasar, por el riesgo de caer en el agua o lastimarse.

Señalaron que han hecho reportes de las fugas de drenaje y de las alcantarillas destapadas que hacen que los olores pestilentes se metan a los hogares pero no se ha tenido respuesta de nadie, hasta a la Jumapae les han informado la situación y ellos responden que no les corresponde.

“Quisiéramos invitar a comer un día al Presidente, no se puede comer, está el olor fuerte dentro de la casa”, dijo otro de los vecinos.

Para los negocios que se tienen en la calle, ha sido pésimo, pues no hay ventas debido a que no hay cruce de la calle y es imposible poder atender a las personas, indicaron.

“De seis sacos de tortillas que vendíamos no llegamos ni a la mitad, ahorita es el tiempo bueno para las tortillas porque es cuando hay trabajo de mangueros, sí nos desespera porque hubieran ido por tramos, aquí nada más abrieron y no volvieron a trabajar”, dijo Olivia Guzmán.

Entre los malos olores, banquetas frágiles, la gente prefiere no pasar por el lugar, pues están en riesgo, manifestó, y ellos lo que quieren es ver que avancen con trabajo, pues tienen una calle donde no se observa actividad.

Saben que al final tendrán una buena calle, pero consideran que si se hubieran ido por tramos, terminando poco a poco, serían menos los afectados, así el problema es para decenas de familias.

 

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