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Vestigios

José Buenaventura Santamaría, el sacerdote que plasmó su huella en los templos de Chametla y Matatán, y se armó contra una posible invasión de los ingleses

Leopoldo H. Bouttier, cronista de la ciudad, dijo que el sacerdote José Buenaventura Santamaría armó la costa de Chametla contra los ingleses, por lo que el Rey Carlos IV de Borbón lo hizo dignidad de la Catedral Metropolitana de México

EL ROSARIO._ Los históricos templos barroco de Chametla y de Matatán, son el gran legado que dejó en este municipio el sacerdote José Buenaventura, quien ordenó construir el primero y rehabilitar el segundo.

Leopoldo H. Bouttier, cronista de la ciudad, hizo referencia al texto que destaca los méritos y servicios de este padre.

Manifestó que de los méritos del presbítero, algunos detalles están grabados en el templo de la sindicatura Chametla.

“En las imágenes, detalles de las portadas de la iglesia de Chametla, con inscripciones que hablan del padre”, dijo.

$!José Buenaventura Santamaría, el sacerdote que plasmó su huella en los templos de Chametla y Matatán, y se armó contra una posible invasión de los ingleses
$!José Buenaventura Santamaría, el sacerdote que plasmó su huella en los templos de Chametla y Matatán, y se armó contra una posible invasión de los ingleses

El cronista detalló que en 1799, temiéndose la invasión de los ingleses en las costas de Chametla, el sacerdote tuvo bajo su mando a 80 hombres armados.

Por estas acciones, el 19 de marzo de 1805, el Rey Carlos IV de Borbón le concedió una media ración de la Catedral Metropolitana de México.

El 19 de junio de 1805, señaló, en el puerto de Cádiz, don Manuel Antonio Gómez, Secretario del Supremo Consejo de Indias, certificó, como secretario del Rey, la relación de méritos y servicios del padre.

“Que es natural del Real del Rosario, Diócesis de Durango, hijo legítimo de don Ignacio Santamaría y de doña Manuela Ibarra Balmaceda, españoles nobles... Desde sus primeros años se incorporó en la familia del reverendísimo Obispo don Fray Vicente Díaz Bravo, hasta la muerte del prelado”, se detalla sobre los méritos en un documento.

Argumentó que le confirió una beca de merced del seminario de Durango, siguiendo la carrera eclesiástica, ordenándose presbítero en el año de 1775.

“Fue su primer destino ser cura interino de Santa Cruz de Matatán, en donde reparó de su peculio la iglesia que se había quemado por un rayo. De ahí fue nombrado teniente de cura (vicario) del Real de Minas de Nuestra Señora del Rosario y finalmente cura de San Pedro de Chametla, que desempeñó por más de 23 años”.

Bouttier dijo que ya en Chametla, arregló la iglesia vieja y para mayor comodidad de la feligresía construyó la nueva, la que estableció con 2 mil 676 pesos de oro y tres altares barrocos, con sus adornos.

En 1810, el nuevo monarca Fernando VII, lo elevó a dignidad de la misma Catedral Metropolitana.

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