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Día de Muertos

Juan Carlos conserva viva la tradición de los altares de muertos en Escuinapa

Desde hace 13 años, Juan Carlos Carrillo Fausto elabora un altar en la calle 22 de Diciembre, integrando personajes célebres y familiares, así como a ‘Don Chito’ y ‘Doña Epi’, dos monigotes que lo custodian
01/11/2025 04:00

ESCUINAPA._ “Don Chito” y “Doña Epi” se han puesto sus mejores galas y están listos para apoyar en la vela y cuidado del altar que desde hace 13 años realiza Juan Carlos Carrillo Fausto.

Desde septiembre, Juan Carlos empieza a buscar los moldes, papeles y diseños que darán forma al altar que coloca en la calle 22 de Diciembre, el que, aunque inició siendo para la familia, poco a poco fue sumando amigos, vecinos y convirtió el lugar en un sitio especial para recibir y recordar a sus seres queridos.

“En 2021 daba clases en un colegio, dentro de la asignatura que daba estaba crear un altar, qué mejor forma de demostrar a la clase que yo haciendo un altar”, explicó sobre los orígenes de esta actividad.

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Juan Carlos buscó en Internet y empezó a darse idea de cómo fuera un altar económico y con todos los elementos, a la vez que empezó a ir mejorando.

“Voy sumando personas, amigos, familias, peculiaridad. Es que son personas con las que convivi y es una forma de homenajear”, dijo.

También aprendió a realizar sus propios monigotes, primero con técnica de piñata, después con cartonería, así forma la Catrina.

Pero como también homenajea a un personaje famoso, esos que ha admirado, este año los monigotes serán de la “India María” y su burro “Filemón”. Antes han sido otros actores, indicó.

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“Crear a un artista tiene poco, cuatro o cinco años. Trato siempre que sea un personaje célebre, el año pasado fue a Cantinflas”.

Es una tradición que vive con su familia, rezan el rosario, comparten un rato para que ya el 2 de noviembre cada quien decida dónde estar.

Las personas llevan alimentos de los que les gustaban a sus seres queridos, para después compartir.

El 1 de noviembre se quedan quizá hasta medianoche y es ahí donde aparecen “Doña Epi” y “Don Chito”, dos monigotes que velan a los fieles difuntos, una tradición que Juan Carlos leyó se hace en algunas partes de Michoacán y que él decidió seguir poniendo sus propios nombres.

Juan Carlos indicó que después de que pasa la celebración, sube los monigotes, donde el tiempo y el ambiente serán los encargados de degradarlos para después de unos meses volver por los moldes para con ellos crear unos nuevos.