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Accidente

‘Les dije tírenme balas, pero yo voy a ver a mi hijo, yo tenía que verlo y sí era él’, expresa la señora Dolores

Don Néstor, el papá de Sergio uno de los accidentados en La Muralla, se quiebra por ratos, aunque busca mantenerse firme, está acompañado de otros familiares

PALMILLAS, Escuinapa. _ Ubicados sobre la carretera internacional México 15 es común que en el poblado sepan de accidentes, pero esta vez el ulular de sirenas fue el anuncio de una tragedia que los envolvió a todos en la comunidad.

Mientras dos vehículos se observan a lo lejos cercados con cintas amarillas, decenas de vecinos de Palmillas llegaron al lugar, observan, algunos lloran y ahí están los papás de Sergio, esperando respuestas.

“Les dije tírenme balas, pero yo voy a ver a mi hijo, yo tenía que verlo y sí era él”, expresa la señora Dolores, quien brinco las barreras de seguridad para tocar a su hijo.

A los lados, sosteniéndose de una patrulla esta Don Néstor, el papá de Sergio, se quiebra por ratos, aunque busca mantenerse firme, está acompañado de otros familiares.

Reniega de no haber hecho más, eran más de las 6 de la mañana cuando fue a la fiesta donde habían estado conviviendo celebrando a la mamá de uno de los también fallecidos.

“Le dije a Sergio, ‘amonos’, le estaba ayudando a recoger al del sonido, luego les ayudo a los del auto a subir cosas, me hizo señas (que daría una vuelta), cuando los vi que arrancaron, como que se quiso bajar mi hijo, pero arrancaron, los seguí en la bicicleta, pero no los alcance”, expresa.

Los vio que paraban sobre el bulevar, continúo buscando alcanzarlos con su bicicleta, cuando los vio que enfilaban hacía la carretera, iban en estado inconveniente, no así su hijo que el vicio que tenía era bailar, indica.

“Cuando se pararon lo hubiera bajado del carro, andaban pedos, no los conozco, si los hubiera alcanzado les atravieso la bici y se los quito” dice en un susurro.

Sergio era un joven de 21 años, bailador, el más pequeño de su casa, él que aún estaba en el hogar, que salía a bailar y tenía que ir a buscarlo para que dejara de bailar.

Así lo hizo hoy, con su Sergio bailador, como le decía desde chico, indica, su hijo era noble, no era de pleitos, no entiende que ocurrió, como fue que hoy tiene que esperar ahí para llevárselo a casa de nuevo.

“Ya fui y lo vi nombre se va a morir también mi mujer, es bien débil, en el estado que los vi que iban, cuando iba pa atrás en la bicicleta, vi una ambulancia, al rato otra, pensé es él, es mijito”, dice el hombre de oficio pescador.

No sabe cómo le harán con los gastos funerarios, sus otros hijos trabajan fuera, tiene que esperar, llora de nuevo, siente impotencia expresa, su esposa intenta comunicarse con sus hijos, la escucha llorar cuando señala que a quien le marca es a Sergio, quien no le contestará, se quiebra aún más.

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