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Oficios

Manuel preserva en Cacalotán la elaboración artesanal de pinole

Durante la temporada decembrina se incrementa la demanda para la elaboración de atole
26/12/2025 11:49

EL ROSARIO._ Con el tostado de maíz en hornilla a fuego de leña para después molerlo, desde hace ocho temporadas se ha dedicado a darle continuidad a la producción artesanal de pinole en Cacalotán tras sufrir problemas de salud su hermana, comentó Manuel Isidro Orrante García.

“Como ocho temporadas (haciendo), le aprendí yo a mi hermana nada más que se enfermó de la vista y ya no pudo, le hizo daño el humo”, precisó.

Junto a su hermana Dora Alicia Orrante García, refirió que forma parte de la tercera generación en realizar el oficio que inició con su abuela Severa Ramos, y de quien a su vez aprendió su madre Maura García Ramos.

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Recordó que su abuela y mamá producían el pinole para ofrecerlo en atole durante la temporada decembrina.

El tostado del maíz, indicó, inicia a mediados de noviembre para lo cual renueva su hornilla a base de lodo, pero que también atiende durante el proceso al cuartearse por el calor.

Aunque se ha encarecido el precio del maíz, señaló que mantienen el oficio por las personas que buscan el pinole que crean sus manos, razón por la cual el kilo de pinole pasó de 60 a 65 pesos.

Resaltó que no sólo buscan el pinole familias de la comunidad, sino también de la cabecera y poblados vecinos, entre los que mencionó Chele.

“Pues a veces aquí nos lo compran, en Rosario, Chele, vienen gentes a comprar que 3 kilos, 4 kilos, vienen al mandado de paso y lo llevan”.

Detalló que al subir el precio del maíz, han tenido que implementar la medida de tostar una cubeta cada tercer día, mientras que en años previos era una cubeta con maíz por día.

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Manuel explicó que de una cubeta de maíz tostado varía el número de kilos que se obtienen pero regularmente oscila entre los 12 a 14 kilos.

Sobre el proceso, refirió que así como llega el maíz lo mezclan con cenizas para que no se queme o margue.

“Le echo ceniza, porque si lo echo así se quema el maíz, necesitamos hacerlo así porque si no sale arrebatado y amargo sale y echándole ceniza sale bien doradito y ya se lleva a moler”, expuso.

Refirió que para que tome un sabor rico, el maíz debe permanecer en el fuego por al menos dos horas, tiempo en que se tiene que estar atizando el fuego.

Para retirar la ceniza, dijo que el maíz se cierne en repetidas ocasiones hasta que queda completamente limpio.

Argumentó que no le da flojera esta labor, ya que la hace con orgullo por su mamá y abuelita, pero sobre todo al ser el medio para el sustento de la familia.