María, madre de esperanza ante la violencia en Sinaloa: Martha Yanett Ortiz
EL ROSARIO._ Ante las muertes generadas por la violencia en Sinaloa y el País, María se muestra como madre de esperanza, afirmó Martha Yanett Ortiz, ponente del 31 encuentro mariano con motivo de la Fiesta de la Virgen del Rosario.
“El estado de Sinaloa, tanto como el país de nuestro México, han sido golpeados por esta cultura de la muerte, por la violencia, por la inseguridad, y gime el mundo de dolor, de muerte, de angustia; gime por los desaparecidos; gime por el deseo de paz, de bien; gime porque necesita de Dios, y la mujer que da a luz, aquella del apocalipsis es la luz de esperanza que nos regresa al amor, a la justicia al deseo de bien para nuestra alma y para nuestro corazón de volver aquellos orígenes en los que podíamos salir a jugar a las calles, en los que teníamos libertad”, aseguró.
La consagrada de la Sociedad de Vida Apostólica Oferentes del Corazón de Jesús, y licenciada en Ciencias Teológicas, argumentó que a lo largo de la historia de la Salvación y de la fe misma, el rol de la Madre de Dios ha sido ser portadora de la esperanza que viene de Dios.
“María, como madre de esperanza, primero en la historia de la Salvación, María es esa mujer de la que habla el apocalipsis, la mujer vestida del sol con la luna bajo sus pies, que viene a dar a luz al hijo, el hijo de la promesa que da respuesta al mundo que gime, esperando ser salvados del dolor, del pecado y de la muerte”.
Señaló que en esta advocación de Nuestra Señora del Rosario, el Rosario es también ese centro de esperanza, es ese papel de María que ha puesto sus ojos en el pueblo de Rosario, porque en su historia lleva también esta mirada de Dios.
Motivo por el cual refirió que los fieles de este pueblo deben dar testimonio con su vivir y obrara que aquí habita María.
“Podrán quitarle la fe a muchos lugares, pero este pueblo se mantiene en fe y en pie, no permitamos entonces que el poder del mal pueda arrebatarnos la esperanza en que si nuestra madre eligió este lugar por voluntad de Dios para cimentar su historia le sea arrebatado por el miedo por la frustración por la desesperación, por la desesperanza, el papel de María es fortalecernos en unidad, en unirnos como pueblo como hermanos, como lo hizo una vez en pentecostés”, concluyó.