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Cultura

Arrojan activistas sopa de tomate sobre obra de Van Gogh

Las atacantes se plantaron frente a la obra, luego pegaron sus manos en la pared y cuestionaron ‘¿Qué vale más? ¿El arte o la vida?’

Dos activistas ecologistas arrojaron sopa de tomate sobre el cuadro Los Girasoles, de Vicent Van Gogh, que se exhibe en la Galería Nacional de Londres, en protesta contra la explotación de yacimientos de combustibles fósiles en Reino Unido.

Las activistas se plantaron frente a la obra y arrojaron sobre ella la sopa, para luego pegar sus manos a la pared.

“¿Qué vale más? ¿El arte o la vida?”, cuestionaron.

“¿Están más preocupados por la protección de una pintura que por la del planeta?”, añadieron, en un vídeo difundido por el grupo Just Stop Oil.

La Policía explicó en Twitter que varios agentes llegaron “rápidamente” al lugar y procedieron a la detención de las dos activistas que mancharon el cuadro, “por daños y violación de la propiedad”.

Vincent van Gogh pintó Los Girasoles entre 1888 y 1889, durante su estancia en la ciudad de Arles, al sur de Francia. La serie fue pintada con solo tres tonos de amarillo, señala la web del museo Van Gogh.

Las pinturas de girasoles tenían un significado especial para Van Gogh, porque comunicaban “gratitud”, según escribió. Los dos primeros que hizo los colgó en la habitación de su amigo Paul Gauguin, que pasó con él una temporada pintando en Arles.

Gauguin quedó impresionado por los girasoles, que pensó que eran “completamente Vincent”.

La obra se exhibe en la Galería Nacional de Londres desde finales de enero de 2014.

Los otros cuadros de la serie se hallan en los museos de Tokio, Munich, Filadelfia y otras dos piezas han desaparecido.

Los girasoles son una de las obras más conocidas del pintor y también una de las más caras. El 30 de marzo de 1987, uno de los Girasoles, logró el récord en una subasta en Londres, con un precio de 22 millones de libras.

El comprador fue un coleccionista japonés, que lo depositó en el Sompo Japan Museu of Art de Tokio.

Los dos cuadros expuestos en la National Gallery muestran como la serie es muy parecida pero encierra también diferencias.

El holandés empleó pinturas “muy similares” en ambos cuadros: su paleta de colores estaba dominada por un amarillo mate vibrante, dos gamas de verde y un azul intenso ultramarino, pero en el ejemplar de Amsterdam aparecen además un azul pálido, el llamado azul de Prusia, y un rojo intenso.

“El de Amsterdam es cinco meses posterior, Van Gogh pinta el mismo motivo pero lo reinterpreta, lo hace más decorativo, más exagerado y utiliza más color”, explicó el comisario del museo londinense, Christopher Riopelle, con motivo de su apertura al público en 2014.

Tras pintar las obras y pasar el otoño pintando junto a su amigo Gauguin, Van Gogh empeoró poco a poco, sufrió un ataque de nervios, se cortó una oreja y fue internado en un asilo.

Enfermo de una fuerte depresión, el holandés se suicidó de un disparo en el pecho en 1890

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