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‘Gracias, maestro, por tanto’, le dicen sus alumnos

Celebran trayectoria del maestro Baltazar Hernández Cano con una Gala Homenaje en su honor

Tras 27 años al frente de la Banda Sinfónica Juvenil del Estado, se jubila; el Isic le entrega un reconocimiento como formador de generaciones, dentro del Festival Cultural Sinaloa 2025
13/10/2025 00:17

El maestro Baltazar Hernández Cano tomó de nuevo la batuta al frente de la Banda Sinfónica Juvenil del Estado, en la que por 27 años estuvo al frente, esta vez para dirigir la Primera Suite en Mi bemol de Gustav Holst, durante el Concierto de Gala Homenaje que el Instituto Sinaloense de Cultura hizo a su trayectoria y su legado.

El público y los integrantes de la banda, lo recibieron con emoción, aplausos y sonrisas en sus rostros.

Este año, Hernández Cano se jubiló y pasó la batuta al maestro Diego Rojas, quien en la primera parte del concierto, compartió experiencias que está viviendo ahora que está trabajando con la Banda Sinfónica, y del enorme legado que dejó Hernández Cano en sus 27 años de trabajo.

“Ahora que he estado en el salón de ensayos de la banda vi todo el trabajo de años del maestro Baltazar, cuentos de programas y conciertos para diferentes instrumentos, lo que representa cientos de horas de trabajo, más allá de dirigir a la banda y esto es parte de su legado”, dijo.

Constantemente, añadió, la banda es requerida para dar conciertos en diferentes municipios y para atender las peticiones ensayaban a la par hasta tres programas diferentes, y el maestro Baltazar dirigía, viajaba, hacía arreglos, programas y sin tener jamás directores invitados, lo que habla de un gran trabajo intelectual y físico.

Mientras, en el recorrido musical llevaron a los asistentes por Rusia, China y España, con obras como Marcha Eslava y Obertura 1812, de Tchaikovsky; Tres miniaturas chinas, de Robert Jager; España Cañí, de Pascual Marquina y Los planetas (Marte y Júpiter), de Gustav Holst.

A nombre de los integrantes y compañeros de la banda Amílcar Morales le dedicó unas palabras de agradecimiento por los años de enseñanza, de paciencia, música y sobre todo corazón, dijo.

Recordó cuando llegó a Difocur, siendo muchos de ellos muy chicos, para enseñarles marchas y música clásica, cuando ellos querían banda sinaloense y se resistían al cambio.

“Recuerdo cuando nos decía que estudiáramos mucho porque nos iba a llevar a Japón y a Suiza, todavía queremos ir maestro”, dijo desatando la risa de los asistentes.

“Desde que lo conocí no recuerdo un solo día que el maestro haya faltado un solo día a un ensayo o concierto, el que faltaba era yo, usted no solo nos enseñó a tocar un instrumento, nos enseñó a amar la música, a vivirla con el alma, nos enseñó que detrás de cada ensayo hay una historia, había risas, palabras suyas como ‘toquen feo, pero recio’ y eso nos motivaba a seguir adelante”.

Le agradeció las palabras de aliento que les dijo y por no rendirse con ellos, por creer aún y cuando ellos muchas veces no creían en sí mismos, y por hacerlos sentir parte de algo grande.

“Hoy le decimos con todo el corazón gracias maestro, por tanto, por cada recuerdo, cada concierto, cada risa y cada enseñanza, usted deja un legado que no se va con la jubilación, porque sigue en cada uno de nosotros, en cada melodía que toquemos donde su enseñanza se escuche”.

Juan Avilés Ochoa, director general del Instituto Sinaloense de Cultura le entregó un reconocimiento, y destacó su labor de formar a músicos que se desarrollan en la Banda Sinfónica y el trabajo extenuante como músico, director, formador de generaciones.

“Venimos a despedir porque el quiere a un personaje sin el cual no se puede entender el desarrollo musical de Sinaloa, el maestro Baltazar le ha dedicado estos 27 años a la Banda Sinfónica Juvenil del Estado que inició prácticamente con Difocur, hoy Isic”.

No los llevó a Japón ni a Suiza, señaló, pero en la edición 40 del Festival Internacional Cervantino dirigió el concierto inaugural en Guanajuato y la banda fue invitada para inaugurar el aeropuerto internacional Felipe Ángeles.

El maestro Baltazar Hernández, acompañado en el escenario por su esposa, la maestra Judith Zazueta, agradeció con lágrimas en los ojos, el cariño de los asistentes, que no dejaban de aplaudir y echarle porras.

“Gracias por todo el apoyo de los padres siempre han dado a los jóvenes, ellos han hecho el esfuerzo más grande uno aquí viene nomás a cumplir con todo el corazón, No tengo nada más que agradecimiento para la institución, las autoridades y todos los jóvenes”, dijo visiblemente emocionado.

Al final, le entregó simbólicamente la batuta de la Banda Sinfónica al maestro Diego Rojas

El programa culminó con una celebración musical con las Danzas Slavonic 7 y 8, de Anton Dvorak, la Rapsodia American Folk con arreglos de Clare Grundman, la Danza Bacanal de Camille Säint-Saens, y el Danzón número 2 de Arturo Márquez.