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Literatura

Con ‘Romina y la nube gruñona’, se sumerge José Carlos Zazueta en el mundo de los niños

El escritor y académico comparte la historia de una niña que aconseja a la nube cómo tener una vida más feliz

Romina es una niña a la que gusta dibujar, acudir a la escuela y que un buen día mientras está en salón de clases, ve por la ventana una gran nube que está enojada.

Así comienza ‘Romina y la nube gruñona’, de José Carlos Zazueta Manjarrez, con el que incursiona en la literatura infantil.

Se trata de un libro que creó con sus propios recursos y que ha estado presentando en colegios y bibliotecas y lo que salga de su venta será donado en su totalidad a la UNICEF.

$!La lectura se llevó a cabo en la Biblioteca Gilberto Owen.
La lectura se llevó a cabo en la Biblioteca Gilberto Owen.

“La literatura infantil es un género que conocía, pero en el que nunca había intentado escribir”, asegura el autor.

“Me atrajo porque siempre en la literatura y otras áreas de la vida me han gustado los retos

y la literatura infantil es un género difícil, porque si se es adulto de alguna manera tienes que regresar a ser niño y tratar de recuperar la imaginación que tenías”.

José Carlos Zazueta Manjarrez es licenciado en Antropología Social y maestro en Historia, es director de área en El Colegio de Sinaloa, donde ha coordinado diversos trabajos de investigación interdisciplinaria que han resultado en libros sobre lingüística, biología, zoología, historia regional e historia del arte.

Su incursión en la literatura se inició con la publicación de relatos y artículos históricos en diversas revistas y suplementos culturales locales y nacionales y es autor de Cuentos Breves de Imaginación.

Ahora, con Romina y la nube gruñona se sumerge en el mundo de los niños.

“Es un mundo en el que todo puede suceder, una nube con un lápiz puede borrar el Sol si se lo propone, los humanos pueden hablar con los animales y los animales entre ellos y las plantas, y con esa imaginación los niños rebasan fronteras y a medida que los vamos educando, están recibiendo educación formal, les vamos cortando alas a la imaginación, eso es fantasía y esto realidad”.

$!Itzel Martínez Thomas leyó el cuento para los niños.
Itzel Martínez Thomas leyó el cuento para los niños.

Escribirlo, reconoce, fue un reto, sobre todo porque se propuso hacer que les guste a los niños.

“Este es el primero que he escrito, tengo otro en proceso, con más personajes, para un público más grande, este es para un público de kinder, cuando mucho para primero de primaria y en las presentaciones en las escuelas me he percatado que sí les ha llegado, es una historia que a lo mejor ellos mismos entienden en toda su integridad y parece que la solución que la niña propone para la solución es buena”.

La historia la hizo en dos días, pero tuvo que regresar a ella muchas veces, porque se daba cuenta que estaba usando palabras que a lo mejor un niño de 3 a 6 años no iba a comprender, así que empezó a buscar sinónimos, a tratar de hacer las frases más cortas, más directas, sin tanta descripción para evitar que el pequeño se perdiera en la lectura.

La inspiración

José Carlos Zazueta Manjarrez puso Romina a su personaje, inspirado en una sobrina.

“Cuando lo terminé de escribir nació una sobrina mía que lleva ese nombre y ella es la sobreviviente de un parto gemelar en el que su hermana murió a las pocas horas, entonces un poco para recordar ese evento y por tratarse de la niña que se aferró a la vida, le puse el nombre al personaje”.

La nube gruñona somos todos.

“Pues todos estamos siempre en la vida inconformes con lo que tenemos, siempre queremos más, no nos gusta el trabajo que tenemos, renegamos del trabajo, a lo mejor porque vivimos muy lejos y tenemos que trasladarnos en auto, siempre tenemos cosas de las que estamos inconformes y esta nube siempre estaba molesta porque los vientos la movían de un lado a otro y estaba ya enfadada”, cuenta.

“Entonces la niña le dice ‘no tienes que borrar el Sol, yo te voy a dar una solución, cámbiate de casa, vete a un lugar donde los vientos no soplan tan fuerte y ahí vas a vivir muy contenta’”.

En esta historia, su espíritu académico.

“El libro trata no sólo de contar una historia, sino de dar un poco de conocimientos como los efectos que tiene el Sol sobre el aire, los vientos y las nubes, y el tipo de fauna en el polo, porque también tienen que ser educativos”, considera.

$!Portada del libro.
Portada del libro.

Zazueta Manjarrez comenta que se ha percatado de que muchos niños tienen ya esos conocimientos quizá menos complejos pero sí saben cual es el trópico y además considera que el vocabulario que está en todo el cuento es comprensible.

El proceso

El libro fue ilustrado por César David Angulo, un artista de Culiacán, a quien invitó cuando vio un trabajo que hizo a los papás de Romina.

“Les hizo un retrato e intuí que lo podía hacer bien, me dijo que nunca había hecho un trabajo así, le daba temor, pero le gustan los retos, y entre los dos discutíamos cómo podían ser las escenas, de qué ángulo la pintaban, es todo digital, sin pluma, traía bocetos a lápiz para las primeras ilustraciones y ya después me las trajo terminadas”.

En total, el proceso tardó un año, entre el trabajo del autor, ilustrador, y editor, porque lo hicieron prácticamente en tiempos libres.

“Es una publicación personal porque al ser el primer cuento que escribía, yo quería que fuese con la calidad que yo quería, si tú vas a una editorial y te dicen que lo publican, pero no con tantas ilustraciones, 40 páginas a color para ellos es mucho y es con su ilustrador, a lo mejor con materiales más baratos porque pasta dura es muy caro...”, comenta.

“Yo quise publicarlo para mí mismo, yo elegí una imprenta que tiene una muy buena selección a color y eso cuesta”.

El libro está a la venta a un precio muy por debajo del costo unitario y ese dinero lo está donando a UNICEF, el organismo de las Naciones Unidas que protege a la infancia en todo el mundo.

“Yo soy patrocinador de UNICEF desde hace 9 años, todos los meses hago una aportación con cargo automático, pero se pueden hacer aportaciones extraordinarias y dije ‘voy a hacer un libro y todo lo que obtenga lo voy a donar a UNICEF’, lo he estado haciendo el último mes”.

El libro se vende en las presentaciones y ya se está agotando la segunda impresión.

El sábado se hizo una lectura del libro en la Biblioteca Gilberto Owen, a cargo de Itzel Martínez Thomas, con la presencia del autor, y próximamente se presentará en el Instituto Chapultepec. Además hay pláticas con otros colegios para su presentación.

La historia de Romina y la nube gruñona tiene un final feliz.

Romina se despide de la nube que se va a vivir al ártico y ella, al darse cuenta de que había hecho algo bueno, sale al patio de la escuela a jugar con sus amigos.

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