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Libro

Devela Javier Martínez Leyva mitos sobre el mestizaje en Sinaloa

A través de la educación, ejercida por los jesuitas, se fue introduciendo la cultura occidental en las tribus del norte de Sinaloa

El historiador Jesús Javier Martínez Leyva (San Blas, El Fuerte, 1950) compartió su teoría sobre cómo fue que se dio el mestizaje en el noroeste de México, donde las tribus mayos y yaquis se negaban a someterse y lo cual se logró mediante la educación, para lo cual se prepararon los jesuitas.

Al presentar su libro “Los mitos sobre el mestizaje en el estado de Sinaloa”, el autor estuvo acompañado en los comentarios por el Lic. Jaime Félix Pico, y por el periodista Rodolfo Díaz Fonseca, en el patio del Centro Sinaloa de las Artes Centenario del Instituto Sinaloense de Cultura, en coordinación con La Crónica de Sinaloa A.C.

Comentó que este trabajo inició a partir de una ponencia que iba a presentar en un congreso de los cronistas, pero al realizar la investigación se dio cuenta de que los números sobre la población indígena y española de tiempos de la Conquista en Sinaloa no cuadraban: de cómo un número tan reducido de españoles en un principio, culturizaron a un número tan grande de indígenas, y como al paso del tiempo el número de españoles era mucho mayor, de acuerdo con los apellidos.

Dicha culturización se dio a través de los miembros de la Compañía de Jesús, que establecieron el sistema de misiones, y a través del brazo militar cuando los pueblos indígenas se negaban a colaborar.

Comentó que la culturización se dio con la llegada de los sacerdotes, que al bautizar a los indígenas les cambiaban el nombre original por uno del santoral cristiano y, además, el apellido español del padrino, con lo que introducían dos palabras en el mundo cultural de los bautizados, pero con este acto les hacían sentir miembros no solo de la santa Iglesia Católica Universal, sino además de un reino, el español, lo que, para quienes eran solo miembros de una tribu, era demasiado grande.

Luego se les invitaba al catecismo y a la misa, y se las daban en latín y tenían que responder en latín, un tercer idioma, mientras se ponían a trabajar en las lenguas originarias.

En sus comentarios, Rodolfo Díaz Fonseca comentó que es un magnífico libro en el que, con una acuciosa investigación, aporta una nueva luz sobre cómo se fue produciendo el mestizaje en Sinaloa, por vía sanguínea o cultural, en un tema sobre el que pocos autores se han involucrado, además con un abundante material documental.

Félix Pico ponderó también este volumen en el que se dilucida el proceso de culturización, a través del sistema de misiones, apoyado en la fuerza militar, contribuyendo ambos a modelar una nueva forma de vida para los indígenas y creando una nueva cultura.

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