El 11 y 14 de diciembre, el concierto ’Un canto por la paz’, con la OSSLA
La Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes prepara el programa “Un canto por la paz”, con la Novena Sinfonía, de Ludwig van Beethoven, como pieza principal, bajo la dirección artística del maestro Alexandre Da Costa, director titular, y como solistas el tenor José Manuel Chú, la mezzosoprano Oralia Castro, el barítono Marco Antonio Rodríguez, y las sopranos Perla Orrantia en la primera función y Evelyn Tovón en la segunda.
En el programa No. 10 de la Temporada de Otoño 2025 de la OSSLA, participan además el Taller de Ópera de Sinaloa, el Coro Universitario de la Facultad de Artes de la UAS, y como plus, la Compañía Danza Joven de Sinaloa.
Las dos funciones serán los días jueves 11 de diciembre a las 18:00 horas, y domingo 14 a las 12:30 horas en el Teatro Pablo de Villavicencio, en cuya taquilla los boletos ya están a la venta con un costo de cien pesos general.
La Sinfonía n.º 9 en re menor, también conocida como la Sinfonía Coral, culminó la carrera de Beethoven y, a dos siglos de su estreno, se mantiene como una composición esencial del repertorio orquestal, siendo considerada por muchos el mayor logro de la música clásica occidental.
Una clave de la amplia resonancia de la sinfonía es la inclusión del poema de 1785 “An die Freude” (“Oda a la alegría”) del célebre escritor y filósofo alemán Friedrich Schiller. Beethoven incorporó este texto en el cuarto movimiento, junto con una melodía inolvidable.
El sentimiento humanitario y edificante del texto ayudó a que la sinfonía se percibiera como un himno universal. El cuarto movimiento es interpretado frecuentemente como el llamado de Beethoven a la “hermandad global”.
Debido a su fama y significado, la sección de la “Oda a la Alegría” ha sido adoptada en actos ceremoniales por organismos internacionales como la UNESCO, los Juegos Olímpicos, el Consejo de Europa y la Unión Europea.
La Sinfonía n.º 9 es extraordinaria por varias razones: Cada uno de los cuatro movimientos representa una única declaración musical, cohesiva y coherente, y, además, esta coherencia estructural, más que la novedad de emplear un coro en una sinfonía fue lo que la hizo verdaderamente revolucionaria.