El Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, obligado para todo escritor
El Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, aseguró el poeta Eduardo Saravia, es de los pocos premios en México que son de los más buscados por los escritores y ganarlo es obligado para quienes se dedican a la literatura.
Geney Beltrán Félix expresó que en su caso “es además un premio muy cercano a mi corazón, porque se da en mi ciudad y por la noticia que tuve de este premio cuando yo era un adolescente y lo recibió Eduardo Langagne”.
Ambos son los autores ganadores del premio, en sus categorías de poesía y cuento, respectivamente.
Geney Beltrán Félix, ganador del certamen este año en el género de cuento con su libro Mala estrella, y Eduardo Saravia en poesía, con el libro La medida de todas las cosas, participaron en un conversatorio que estuvo moderado por Cesia Moreno, jefa de Literatura del Instituto Sinaloense de Cultura, realizado en el Centro de Literatura de la institución.
- Geney Beltrán
- Eduardo Saravia
Eduardo Saravia comentó que Gilberto Owen es una de las lecturas obligadas cuando empezamos a leer poesía, y fue en la época en que fui becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, que compartimos lecturas, entre ellas Los Contemporáneos, que fueron todos muy importantes para nuestra formación; yo estaba trabajando cuando recibí la llamada y me dijeron que gané el Premio, que me sorprendió muchísimo porque no lo esperaba.
“Yo tengo una historia muy particular con ese libro al que quiero mucho pero del que tomo distancia, porque su tema es la imagen paterna, y en la Fundación algún compañero me preguntaba cómo es que empecé a escribir y le dije que gracias a mi padre, porque de no haber muerto, yo jamás me hubiera acercado a la lectura, porque me lo prohibió y me mandó a trabajar, y fue hasta su muerte que me puse a escribir.
Del libro ganador en poesía dijo además que “al escribirlo, yo venía de leer Cartas de cumpleaños, de Ted Hughes; La belleza del marido, de Anne Carson, y por supuesto, de Franz Kafka, Carta al padre, que para mí fue un golpe tremendo y es que, como decía José Emilio Pacheco, no leemos a los otros, nos leemos a nosotros mismos, y fue este el que le fue dando la estructura a lo que yo escribí, el tono que tiene, fue lo que me ayudó a ver por dónde darle a este libro, sumado a la experiencia personal y un diálogo con mi padre que en mi vida no pude tener.
Por su parte, Geney Beltrán, comentó que, en su caso, estaba dando un curso en la Fundación para las Letras Mexicanas cuando le dieron la noticia del Premio.
“Vi que me llamaban de Culiacán, que es la única lada que contesto porque aquí vive mi familia, y me sorprendió mucho la noticia y fue muy grato, pues yo pensaba que no había ganado porque uno piensa lo peor, y caí en la cuenta de que este Premio más antiguo del que tuve noticia, porque se daba aquí en mi ciudad”.
Sobre cómo surgió su libro Mala estrella, escrito durante la pandemia, dijo que le impresionó hace años el asesinato de Javier Valdez y el escándalo que se hizo y en una venida a Culiacán, fue al Café Miró y vio la silla donde Javier se sentaba.
“Con estas historias, en su origen, trataba de responder a una pregunta, ¿qué me hubiera pasado a mi si hubiera seguido aquella vocación de periodista que creía tener en mi adolescencia?”, agregó.
“Una de las historias, de las más importantes para mí, es la de un personaje parecido a mí, pero menos aburrido que trabaja en un periódico, y es una historia sobre el miedo, la tentación, de dejarse llevar por nuestros propios demonios en un entorno tan difícil de ejercer en el periodismo en el México actual, y otra cosa cuando se recrudeció la violencia por Calderón y saber de las noticias porque tenía a mi familia, y así fueron surgiendo las historias”.
El Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2024 está dotado de 125 mil pesos en cada género, y en esta edición participaron 44 trabajos en la categoría de Cuento y 42 en Poesía.