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Literatura

El sentido de mi vida consiste en escribir, asegura Xavier Velasco

El autor presenta su más reciente novela ‘El último en morir’, dentro de la Feria Nacional del Libro de León

Xavier Velasco empezó a escribir historias desde que era niño y pronto supo que no sabía hacer otra cosa y que ser escritor era lo que más amaba ser en el mundo y sobre este oficio trata su más reciente novela “El último en morir”, que presentó en la Feria Nacional del Libro de León.

En una transmisión en línea, desde el estudio de grabación de su casa, el ganador del Premio Alfaguara en 2003, compartió momentos duros y gloriosos, en su largo camino por la literatura, que lo llevó a una conclusión.

“El sentido de mi vida consiste en escribir, para eso vine y lo haré hasta que me vaya”.

La Feria del Libro de León se lleva a cabo en modalidad mixta, presencial y en línea y a través de Facebook se llevó a cabo la presentación de “El último en morir”, con la participación de Mayra González, directora editorial de Alfaguara, quien le dio la bienvenida.

Xavier Velasco compartió que esta novela surgió en un momento en que decidió hablar de su profesión, de su amor por la escritura, del trabajo del narrador.

Recordó haber leído libros que le gustaron mucho, como La loca de la casa, de Rosa Montero y de otros autores que daban su versión sobre el oficio.

$!Mayra González, directora editorial de Alfaguara, Xavier Velasco y su esposa.
Mayra González, directora editorial de Alfaguara, Xavier Velasco y su esposa.

Entonces tomó el cuaderno que compró en su luna de miel, que había guardado para algo importante y empezó a escribir, sobre la tarea de dedicarse a hacer novelas.

“’El último en morir’ nace un poco de la forma que ‘Éste que ves’, yo estaba escribiendo otra novela que me estaba complicando y sentí la necesidad de llegar a las partes básicas de mi persona, y dije ¿qué voy a hacer con esta novela?, ¿tiene arreglo? Sí, soy novelista, uno crea problemas para después arreglarlos”, apuntó.

“Uno es un solucionador de problemas, pero a veces están peliagudos y al no saber qué hacer con esa novela y tener tantos planos desarrollados me dije qué es ser novelista, por qué empecé con esto.

Entonces se propuso experimentar consigo mismo.

“Qué pasaría si escribiera todos los días de lunes a viernes, tres páginas cada día, durante tres meses y cumplí meterme en esa dinámica para demostrar que la inspiración no existe, que esto es un oficio”.

La novela la publicó en Alfaguara, se vino la pandemia y al no poder presentarla con público presente, creó una serie de videos en YouTube a finales de junio, que denominó Oficio novelista.

“Estos videos hablan del mismo asunto de ser escritor, cómo es la vida y qué problemas tienes para escribir, uno está dedicado al diablo del bloqueo, qué pasa cuando te bloqueas, yo no creo en el bloqueo, es un pretexto del miedo, porque es más bonito decir estoy bloqueado que ya no sirvo para escribir”.

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Xavier Velasco comentó que le encantan las presentaciones, ver que son cada vez más las personas que se acercan y tener al final el privilegio de hablar con los lectores.

“Presentar un libro es la parte más humana de los libros, cuando uno escribe una novela, se deshumaniza, estás solo. Presentar es salir al mundo, hablar con los lectores que te hacen favor de escribir la otra parte de ese mundo, hacer que la novela cobre vida”.

Este libro, agregó, en gran parte lo hizo para toda la gente que le gusta leer y muy particularmente para quienes quieren escribir y que como él se meten en ese problema que no tiene fin.

“Si ustedes creen que en este libro hago un recuento de mis triunfos, la verdad que no, hago un recuento de mis fracasos, todas las cosas que le salen a uno mal “, aseguró.

“Carlos Fuentes me dijo una vez que cuando un novelista es bueno, crea todos los problemas que puede y hace la novela más complicada, ya después la descomplica y cuando me lo dijo, alguien dentro de mí se rió porque mi mundo estaba lleno de problemas y yo no sabía que esos problemas eran un entrenamiento, de esto se trata”.

Al final, agregó, ningún problema es lo bastante grande como para matarlo a uno y eso lo aprendió de su esposa.

“Yo era de los que me tiraba al drama, en todos los artículos que no me publicaban, que cambiaban, que corregían, cuentos que me rechazaban, y sin embargo dentro de mí hay un terco que dice no me voy a dejar, voy a llegar de cualquier manera y cuando llegas, como cuando gané el Alfaguara, me fui chillando como tres kilómetros... siempre hay algo bueno que sale de lo malo”.

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