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"Expresiones de la ciudad"

"Amador Gaxiola: antes muerto que sencillo"
La ruta del paladar
15/11/2015 09:44

    Pues que sí. Que el senador Daniel Amador Gaxiola se encuentra en el cenit de Los Elegidos. Ah, pero no vaya a creer, oiga, que el enigmático número 33 que se carga tenga que ver nada con la edad en que murieron Jesucristo, el Che Guevara y la misma Eva Perón. Nadita de nada.
    Lo que quiero significar, y significo, es que el flamante recién cumpleañero alcanzó los 33 años de no tocar el gis. Imagino que ni se acuerda cómo es; supongo que ha de pensar que siguen siendo aquellos gises blancos que le rebotaban en la cabeza a uno cuando los profes se desesperaban con nuestras desatenciones, en los tiempos en que no existía el DIF para denunciarlos ni tampoco padres conscientes del maltrato infantil.
    Que cumplió 58 años, tú; que por eso dijo las playas de Celestino Gasca son mías para festejarlos; pero no vaya a pensar usted, oiga, que este prófugo de las aulas le encargó a Salvador el pescador algún parguito de buen tamaño para hacerlo a las brasas, invitó a sus familiares cercanos y a Carmina su vecina, enhieló un tambo con latas de cerveza y ya entrados en gastos, en ay, te deseo muchos años más, smuac, fueron por los chirrines y allá estaban todos, embotados de tan contentos, ensalivando la arena con eso de árboles de la barranca por qué no han enverdecido.
    Primero muerto que sencillo. Y es que como presidente de algo en esa cosa sindical de los trabajadores de la educación, y por ser senador de la república, cómo no; y porque las puede; y porque tiene su corazoncito puesto en elecciones por venir; y porque lo que sobran son besamanos en plan de no vaya a ser que siga siendo, y pues tiene que recibir mi abrazo, que me eche el ojo, que mire que yo lo miro, de una reunioncita con hoguera incluida se pasó a un bacanal de 10 mil cristianos, entre profesores no me vayas a olvidar, compadre, y otros políticos que yo creo que no tanto porque te quiero, viejo, sino porque más vale tener cerquita a la competencia.
    A mí me ataca la risa cuando me entero de estos argüendes, que si me pongo más obvio de sarcástico podría imaginar que el hombrecito pudo haber arribado a las playas trepado en una suerte de papa móvil, desde donde podría haber venido impartiendo –¡viva el Mesías!– bendiciones a los pobres mortales arremolinados y jadeantes, empujando, maltratándose, con tal de ser tocados por la divinidad de Su Excelencia.
    Pienso en el cuadro y concluyo en que seguimos siendo un país menesteroso, superfluo y triste, con ciudadanos asidos a la imbecilidad, dados a adorar al que trepe el escalón más alto; un país desgraciado que necesita encumbrados para seguir siendo, que se quedó con la costumbre diezmal de seguir engordando el puerco ajeno.
    Y cuando caigo en esto ya no me ataca la risa, sino que me viene un hastío que me quita hasta las ganas de verme en el espejo, porque ni yo mismo me soportaría. Pero qué cosa la de los profesores, oiga, que si por un lado se saben la "o" por lo redondo, por el otro se niegan a hilar la frase "corrupción histórica", se entorpecen el pensamiento para no recordar hechos ominosos, como la existencia de líderes sindicales del tipo Elba Esther Gordillo que les robó un mejor sustento a muchos de ellos.
    No digo, ni pruebas tengo, ni intento decir que Amador Gaxiola pertenezca a la corte de ratas que sangran el país; pero lo que sí tengo claro es que el señor no es más que un político llano que ha tenido la suerte de acomodarse para, desde hace años, vivir de los centavos que generan nuestros impuestos; pues, que yo sepa, el senador no es ninguna lumbrera intelectual; no es del tipo de gente que yo pudiera respetar por sus ideas, pero sí despreciar por la verborrea barata y las influencias de poder, tanto para embaucar como para comprar conciencias.
    Pensaba yo que luego de la caída de Elba Esther Gordillo, la clase magisterial mexicana se iba a poner al tú por tú con la vida, que iba a despertar del letargo, que ya no se permitiría la cultura estilo porfirista de mantener líderes en la vitrina de la adoración; y mire lo que estoy viendo: lo mismo de siempre, un cuerpo de profesores embotados con tal de tocar y ser tocado por el influjo de un hombre que lo que más quiere es seguir prendido al poder, y que lo que menos desea es la mala suerte de tener que volver a las aulas. Pues que se queden con su líder; y ojalá que siquiera hayan alcanzado un pedazo de la trompa de los cerdos que asaron para el festejo.
    ¿Les enseñarán a sus alumnos de qué tipo es el liderazgo que ellos practican? Qué espanto. Y punto.

    Comentarios: expresionesdelaciudad@hotmail.com