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"Columna"

"Expresiones de la ciudad"

"De la bohemia al Novenario, Rector incluido"
La ruta del paladar
10/11/2015 10:13

     Pues eso. Que nada de lo que se haga es inmoral si contribuye a perpetuar el alma. Digo esto porque hice mío un fin de semana de rompe y rasga, del tipo allegro, retando al Culiacán nocturno en su vertiente golfa. Creía estar ya a salvo y lejos de todo eso, y mira. Yo feliz, yupi, yupi, en medio de un gentío que chillaba alrededor de mí como instrumentos desafinados.
    Estuve dispuesto desde que hice acto de aparición en el Otelo´s Café, ese lugar, oiga, donde se la juega un grupo de actores y actrices para darle a la ciudad un rostro distinto; allí donde Rodolfo Arriaga, el jefe mayor, apuesta a que sí, cómo no, todavía hay oportunidades para el teatro cabaret, para la poesía y la trova. Un espacio donde mientras bebes una copa, salud, pues, al mismo tiempo aplaudes, ríes, bailas o cantas a la cultura desacralizada.
    Qué desafío el de Miriam Valdez, santo Cristo. Mire usted, oiga, que se necesita traer muy bien puesto el asunto para sostener el ritmo de una comedia como La novia de rancho, donde Miriam gime, grita, cuchichea, ríe, canta, llora, amenaza. Casi 90 minutos interactuando con el público. Es un monólogo. Y a ella se le da fantástico. Aunque termine con un ay, Dios mío, por qué tenías que hacerme actriz, habiendo tantas ocupaciones. Cansadísima. Pero feliz por lo que es.
    Le quiero contar, y le cuento, que en el Otelo´s Café me di de besos, smuac, smuac, con la actriz Itzel Navidad. Y estábamos en el tú la traes cuando recibí llamada del actor Héctor García. Oye, que te espero en el bar fulano de tal. Y pues yo que sí, nada más espera a que concluya La novia de rancho, y fuga. Allá iré. Y fui. Pero no solo. Itzel se vino conmigo.
    Al que llegué es otro lugar que no se parece a ninguno en Culiacán. El nombre se me fue por algún desaguadero de la memoria. Se lo debo. El caso es que allí se reúne la comuna cultural, sin faltar, claro, los bichos raros que luego, luego se ve que desentonan. A quienes primero saludé fue a Ana Dolores Carreón y a Elisa, su hija, mesa que compartían con Héctor García y Christian Amezcua. Y con la amiga Francis, de la Casa de la Cultura de la UAS.
    A aquello yo no le puedo llamar antro. Daría la sensación de un pub habitado por el tipo de juventud que aprecia más el tiempo que la vida. No, oiga. Por su aspecto, diría que se trata de un hoyo funky de patente sesentera. Pero mentiría. O quizá sí. O al revés: es un bar con cuerpo de funky pero con espíritu de peña. Claro. Eso es. Porque allí no se canta cualquier cosa. Pregúntenme a mí, porque lo que yo escuché no fueron canciones, sino estados de ánimo que me trasladaron a una época dorada del ayer personal.
    Y tarareé la noche con otros amigos que allí estaban, como los literatos Irad Nieto y Frank Meza, la cantante Orenda Gerardo y séquito que la acompañaba. Para ser justo, fue uno de esos momentos en que la vida lo reconcilia a uno con la vida, y en que todo lo que leíste y viviste y soñaste encuentra su lugar en el mundo, encajando en él de modo asombroso.
    Terminé ahíto de cantar y cantar. Y al otro día me aparecí en la Galería de Arte Frida Kahlo de la UAS, donde dio principio el Novenario Teatral 2012 en memoria de don Antonio García López. Al final es cierto, digo yo. Que la muerte es el principio de los recuerdos. Y todos nos pusimos a recordar, a hacerle homenaje al soldado de los teatros.
    En la Galería se dio un encuentro súbito: conversación con el Rector Víctor Antonio Corrales Burgueño. Yo no sé lo que se traen los que critican su administración, pero lo que yo sí atestiguo, orden de Dios, es que lo que tenemos en la UAS es a un Rector sensible con la línea que me concierne y para la que vivo, que es la cultura. Hay obras por anunciarse y que a mí me satisfacen como universitario. Ni quién me alegue. Y punto. Comentarios: jbernal@uas.edu.mx