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"Columna"

"FACTOR HUMANO: Las meninas y las neuronas"

"Si quieres activar tu cerebro observa el cuadro y descubre por ti mismo todo lo que puedas. Cuando uno descubre algo nos maravilla, cuando te lo dicen lo olvidas; diviértete y apreciarás más el arte"
FACTOR HUMANO
14/02/2021

Las obras maestras

Las obras maestras tienen la particularidad de mover las hormonas y las neuronas porque deleitan y desafían al intelecto. Su perfección produce admiración y reverencia volviéndose inmortales.

Incluso hay niveles entre ellas: la magnanimidad de su concepción, la superior destreza en su ejecución, su originalidad adelantada a su tiempo cambiando las pautas y formas de plasmar lo bello, el fin del arte.

Diego Velázquez

En plena madurez artística a los 56 años en 1656, terminó una de las obras cumbres de la pintura ‘Las Meninas’. Lleva 4 siglos y medio fascinando e intrigando. Édouard Manet al visitar ‘El Prado’ dijo que Diego ‘está muy por encima, los demás parecen aprendices’. Audaz juicio, adentro hay obras magníficas. Ahora descubre tú más de lo que aquí decimos. Listo.

¿Qué ves?

Primero notarás que el ojo se centró en la infanta Margarita bien iluminada, las sombras de su vestido claro le dan volumen; a su izquierda María, una menina o niña, le da un jarrón; a su derecha la menina Isabel ve al frente, se percata de algo y hace una reverencia. A la derecha Maribárbola nos observa, Nicolasito patea al Mastín. A la izquierda Velázquez atento. Pero el hombre del fondo atrae con su figura contrastando la fuerte luz que emana del marco, añadiéndole dimensión a la extensa habitación palaciega; a su izquierda un luminoso espejo reflejan los rostros borrosos de los reyes mirándonos; detrás de los niños dos adultos en la penumbra conversan, él está atento. Algo está sucediendo que 6 de los 11 ven al frente. Más que un retrato tradicional estático, la escena capta la frescura y dinamismo del instante como una foto. El juego de miradas entre ellos y al frente atrapa.

Ley de tercios

Divide horizontalmente el cuadro en 3 tercios, el de abajo se alinea con tres cabezas; el del medio al resto; el 3ro inicia en la línea de la pared ¿Te has dado cuenta que 2/3 partes del cuadro tratan del recinto? ¿Relleno? Aquí empieza lo maravilloso, aparte de los detalles excelsos y de colores a partir de pocos pigmentos mezclados con pinceladas rápidas y precisas en leves capas para dar efecto de profundidad, le da volumen al negro, ropa, algo muy difícil.

A Salvador Dalí le preguntan ¿Qué salvaría del palacio en un incendio? responde ‘¡El aire! Velázquez pinta el aire de la habitación como nadie, es el aire más exquisito que existe’. Este difumina los contornos de las figuras, entre más al fondo más pinta el espacio. Observa la iluminación del techo, el aire es el protagonista no la luz. Los tercios verticales, izquierdo con María con el marco del espejo y arriba con un colgante, el 3ro con Isabel, ambas enmarcan a Margarita. Su cabeza iluminada contrasta, encima sus padres atentos.

Yasumasa Yorimura "Las meninas renacen de noche".

 

Luz y perspectiva

El centro de fuga es el codo del caballero trasero. Ahí convergen las líneas de la perspectiva, descubre la línea de la pared derecha, pasa por el pecho de Margarita. La luz de la ventana las resalta a ellas y al espléndido color del piso. La puerta y el espejo son 2 de las 3 fuentes de luz, cada una con focos distintos, interesante. Sin la penumbra el espejo no brillaría reflejando lo que se supone hay en el bastidor.

Composición

Hay maestría en la geometría, los ángulos del recinto coinciden con sus medidas reales. Los niños son de tamaño real. La distribución de todos enfatiza el espacio, el perro contribuye. Observa la armoniosa geometría del tamaño de los cuadros atrás y las proporciones de la pintura; el espejo forma dos triángulos imaginarios: uno con Margarita y María, otro inverso con los extremos de los cuadros superiores ¿Los ves? Margarita, el caballero y el espejo encienden las opiniones.

Entra el misterio

¿Te has dado cuenta que Velázquez se pinta pintando ahí mismo? Entonces ¿Qué pinta? ¿A las meninas o a los reyes que contemplan la escena? Por el tamaño del bastidor parece que a las meninas, pero como el espejo refleja su cuadro oculto pintaría a los reyes que están a nuestro lado. Opino que a las niñas, basándome en el perro dormido y Margarita posando, tiene sed. ¿Qué ven ellos al frente? ¿La visita repentina de los reyes? Así parece. ¿Entonces el cuadro es el reflejo de un espejo? Usa espejos, descubre donde. Estuve ahí hace 32 años te mete en la escena, es la continuidad del piso, lo sientes.

Pero ellos te ven ¿Acaso te está pintando? Esta es su genialidad: su grandiosa concepción. Esto es lo que le da valor al arte, no la destreza, impactar al espectador provocándolo; todos pueden intuir, pero no todos descifrar ¿Qué has descubierto?

paulchavz@gmail.com

 

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