Hacen un ‘Viaje hacia el eclipse’ con Eduardo Sarabia

La raíces de su vida personal, su espiritualidad y el misticismo que lo han caracterizado, fue lo que presentó en su obra “Viaje hacia el Eclipse”, el artista Eduardo Sarabia.

Por primera vez, el artista con raíces mazatlecas, expuso su arte en el puerto y esto fue gracias al Instituto Sinaloense de Cultura delegación Sur, el Museo de Arte de Mazatlán, Galería OMR, y el Grupo Venados de Mazatlán.

En el acto inaugural oficial estuvieron presentes Juan Salvador Avilés Ochoa, director general del ISIC; Miguel Ángel Ramírez Jardines, delegado del Instituto Sinaloense de Cultura en la Zona Sur adscrito a el Museo de Arte Mazatlán; Maribel Nava, de Grupo Venados, y el artista Eduardo Sarabia.

“Muchas gracias por estar aquí, buenas tardes, estoy muy contento de estar aquí, inaugurando la exposición y el nuevo espacio que trabajamos muy duro en construir juntos, todas las personas que están aquí arriba, y la verdad estoy muy contento de poder compartir lo que hago con mi familia y con todos los mazatlecos”, dijo Sarabia.

El artista explicó sobre su exposiciónbasado en sus raíces.

“Y como mencionaron, yo nací en Los Ángeles, pero mi familia es de aquí de Mazatlán, bueno de La Noria, y yo pase todos mis veranos yendo y viniendo, y todos esos recuerdos y todas esas imágenes es lo que realmente yo presento en todas mis exposiciones en todas partes del mundo”, comentó.

“Es un orgullo poder traer todas estas imágenes a este origen, a este lugar de donde nace, literalmente es mi raíces sobre el Museo y se tienen que meter hacía los espacios, a las galerías y esas raíces, y eso vivido esta reflejando en esas obras”, explicó.

“Viaje hacia el Eclipse”, es la última exposición de Sarabia como parte de la trilogía de proyectos referentes al eclipse total de sol.

El artista nacido en Los Ángeles, hijo de padres mazatlecos, inició con “Prologue”, inaugurada en la galería Maureen Paley, de Londres, 2023; siguió con Cuatro minutos de oscuridad, en la galería OMR, de la Ciudad de México, y concluyó con esta en Mazatlán.

En la obra, el artista comparte elementos de su autobiografía y del cruce intercultural que surge a partir del encuentro entre distintos contextos político-sociales, geográficos e históricos.

Y está compuesta de técnicas de pintura, escultura, textil, cerámica, dibujo y un mural, es un breve recorrido sobre la trayectoria de su investigación y un homenaje a las distintas formas de observar el mundo, y sus matices.

En sus piezas se destacan por tener guiños que se repiten constantemente, creando significados consolidados, por ejemplo, la palma de la mano extendida como símbolo de saberes místicos, el quetzal como ave guía o las raíces del árbol del patio que recuerdan a la ceiba sagrada.

Con esta exposición se reabrieron las galerías Roberto Pérez Rubio y Antonio López Sáenz, recientemente remodeladas, en el Museo de Arte de Mazatlán.